Hace unos días a través de la red social Facebook, una de mis amigas quien también resultó ser mi maestra en la carrera de Periodismo del Cuciénega, y es analista política, compartió en su status una idea que me pareció importante, en resumen: rechazar cualquier manifestación relacionada con el estilo de vida de los narcotraficantes.
Un ejemplo claro son los famosos narcocorridos que desde mi opinión se están convirtiendo en un himno para los jóvenes que muy lejos de asustarse, aspiran a llegar a ser un día el narco del que habla el corrido.
Muchos de ellos ni siquiera tienen un nexo con los narcotraficantes, pero la tendencia a enaltecer una vida de lujo por medio del dinero que produce el tráfico de drogas, contribuye tal vez a que quieran ser parte de este negocio.
Es claro como el narcotráfico se cuela en cada aspecto de nuestras vidas y por eso creo que es importante poner una barrera y expresar nuestro rechazo a estas manifestaciones del narco.
