La agenda social

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La generación de conocimiento riguroso para la comprensión y explicación de la realidad social, así como el uso del mismo para ejercer una crítica sobre la desigualdad, la injusticia y la corrupción, son dos de los compromisos fundamentales de las ciencias sociales en México, señaló Óscar Contreras Montellano, Secretario Ejecutivo del Consejo Mexicano de Ciencias Sociales (COMECSO), durante la inauguración del 5º Congreso Nacional de Ciencias Sociales realizada el lunes 14 de marzo.

El acto inaugural se llevó a cabo en el Auditorio Salvador Allende del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), donde a lo largo de una semana se llevaron a cabo diversas conferencias y mesas de trabajo sobre el tema de la agenda emergente de las ciencias sociales.

“Este congreso se ha convertido en un evento emblemático de la comunidad académica de las ciencias sociales en México, y ello se debe al hecho de que tanto el comité científico como los coordinadores de los ejes temáticos son académicos muy reconocidos en sus respectivos campos”, dijo Contreras Montellano.

En su intervención, Víctor Carreón Rodríguez, director adjunto de Planeación y Evaluación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), informó que de 2007 a 2014 las ciencias sociales han abarcado el 23 por ciento del total de becas para estudiantes de posgrado —maestría y doctorado— con apoyo de CONACyT.

La inauguración formal estuvo a cargo de Héctor Raúl Solís Gadea, rector del CUCSH, quien dijo: “Uno de los objetivos de la participación de la UdeG en el COMECSO, es contribuir a que las ciencias sociales tengan un rol relevante en la vida pública nacional e internacional”.
 
Sin sociedad civil la impunidad aumenta
El estancamiento económico, la violencia criminal, la corrupción y la escasa participación ciudadana, entre otros aspectos, han provocado que la sociedad esté desencantada con la democracia en México, afirmó José Woldenberg, investigador de la UNAM, en su conferencia.

Woldenberg explicó que en anteriores décadas las elecciones eran sólo simulación, no había pluralidad política ni espacios para la sociedad civil; hoy todo eso ha mejorado, pero la gente no se siente satisfecha.

“Hay un sentimiento de hartazgo para con los partidos, los políticos y los congresos, que son instrumentos fundamentales de un régimen democrático. Basta salir a la calle para darse cuenta. Ante ese malestar se puede responder que la democracia no es ni pretende ser una varita mágica. Más bien, tiene dos objetivos fundamentales: la coexistencia pacífica de la diversidad política y posibilitar el cambio de los gobernantes”, puntualizó.

En cuanto al déficit de orden democrático explicó que la democracia, desde su diseño normativo, hace complejo, retorcido y difícil su propio funcionamiento, y eso deja “un sedimento de inconformidad” en la gente. Sobre la participación ciudadana, consideró que aunque las organizaciones de la sociedad civil tienen agendas múltiples y han visibilizado temas que antes eran poco conocidos, la mayoría de la población no participa en los grandes debates nacionales. Aseguró que apenas unos cuantos grupos tienen asociaciones ciudadanas fuertes, pero otros están atomizados y carecen de potencia.
 
Tierra muerta
La economía global ha mutado de una lógica de consumo a una lógica de extracción, por lo cual, ahora los grandes corporativos se empeñan en exprimir recursos naturales y humanos con tal de obtener ganancias a toda costa sin importarles matar la tierra en apenas 20 o 30 años, consideró la catedrática Saskia Sassen, de la Universidad de Columbia.

La ganadora del Premio Príncipe de Asturias y especialista en planeación urbana, dictó la conferencia magistral titulada “La transformación del mundo y las categorías analíticas de las ciencias sociales”.

Dijo que ese modelo extractivo está generando “tierra muerta”, en todos los sentidos. Para ejemplificar cómo “las altas finanzas” están arrasando con lo que encuentran, recordó la crisis inmobiliaria que se originó en los Estados Unidos en 2008 y que después saltó a otros países.

Agregó que el modelo para “matar la tierra” no se constriñe a las casas abandonadas derivadas de las crisis inmobiliarias, sino en la pérdida masiva del hábitat y la destrucción del medio ambiente, con actividades como la minería, que extermina los suelos y deja altos niveles de toxicidad o  con la extracción de agua por parte de empresas como Coca Cola, afirmó la autora del clásico libro La ciudad global.

Otras de las conferencias que se dictaron dentro del Encuentro Nacional de Ciencias Sociales, fue la de Wolfgang Knöbl, director del Instituto de investigaciones sociales de Amburgo, “Reconfigurations of social theory after western hegemony” (Reconfiguraciones de la teoría social posteriores a la hegemonía occidental), donde planteó que en esta transición, muchas herramientas de análisis que utilizaban los teóricos han quedado obsoletas, pues, para empezar, el viejo concepto de Estado Nación ya no es vigente. Y para finalizar, el último día, “Cultural trauma, social solidarity, and moral responsability: the Holocaust and others mass murders”, que impartió Jeffrey C. Alexander, de la Universidad de Yale.

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