La percepción y los mitos acerca del amor romántico pueden convertirse en un “caldo de cultivo” para que se manifiesten violencias físicas y no físicas durante el noviazgo y el matrimonio, como celos, manipulación, “relaciones tóxicas” y otras conductas que podrían ser la antesala de feminicidios, advirtieron especialistas.

El amor romántico es una construcción social que establece la forma de amar de jóvenes y adultos, y esta manera de relacionarse está influenciada por mitos de la sociedad acerca de cómo debe de manifestarse este sentimiento, dijo Esmeralda Correa Cortez, investigadora del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la UdeG.

“El amor visto como una percepción sociocultural es un ‘caldo de cultivo’ para la violencia en las parejas. Hemos hecho investigaciones sobre las nuevas manifestaciones del amor y de relacionarse, y hemos encontrado todavía la presencia de este amor romántico”, aseveró.

Indicó que las sociedades han presionado para que el amor romántico sea incentivado con conductas como la idealización de cuerpos perfectos, la dependencia de los miembros de la pareja, el establecimiento de estereotipos y roles de género o la idea del amor eterno.

“Otro mito del amor romántico es la idea de la media naranja, estamos buscando quién nos complemente y esto nos lleva a una codependencia, el amor romántico nos lleva a codepender, a que no podamos estar sin otra persona porque desarrollamos ciertas características, incluso miedo”, añadió.

Correa Cortez dijo que aún se conserva la idea de que el amor debe ser incondicional y perdonar cualquier situación, además de que aún se mantiene la percepción de la entrega total entre parejas, lo que puede comprometer el desarrollo personal de ambos.

“El mito de ‘los celos es amor’ es de los más comunes. ‘Si te cela es porque te ama’, esa es una de las más grandes falacias del amor; nosotros podemos amar y no celar, porque los celos son partes patológicas de las relaciones”, expuso.

Violencias en parejas

Las manifestaciones de violencias durante el noviazgo ya no se limitan al mundo real, sino que se han vuelto constantes en redes sociales, declaró María Teresa Prieto Quesada, investigadora del Departamento de Políticas Públicas del CUCEA.

Desde el CUCEA se elaboró una encuesta para conocer algunos de los escenarios en los que se manifiesta la violencia durante el noviazgo. El estudio se aplicó a más de dos mil 500 estudiantes, de 11 licenciaturas del CUCEA y se encontró que 37.7 por ciento de las y los encuestados ha recibido insultos de parte de sus parejas o exparejas.

Además, 32 por ciento de estas agresiones tuvieron como origen celos, posesividad, rechazo o estar fuera de control; 10.4 por ciento ha recibido amenazas de sus parejas o exparejas y en 4 por ciento de los casos se han difundido fotografías íntimas con el fin de causar daño por parte de parejas o exparejas.

“El 0.6 por ciento ha sido víctima muchas veces de que la pareja se enoje y pierda el control. Hay que tener mucho cuidado, porque acuérdense que la violencia en el noviazgo es el antecedente de muchos feminicidios”, resaltó.

Ciclos destructivos

En México, alrededor de 70.1 por ciento de las mujeres de 15 años y más han experimentado al menos una situación de violencia a lo largo de la vida, según datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021.

David Coronado Arias, Director del Centro de Estudios sobre Violencias del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), advirtió que aunque cada tipo de relación puede representar un riesgo, es necesario diferenciar sobre factores de riesgo que puedan provocar violencias.

Ana Eugenia Gaspar Portillo, investigadora del Departamento de Políticas Públicas del CUCEA, explicó que cuando los factores de riesgo se manifiestan con frecuencia, pueden provocar comportamientos que derivan en conductas o “relaciones tóxicas”.

“Estas relaciones evitan que las personas crezcan; las relaciones a fin de cuentas son vínculos que van deteriorándonos, y nos deterioran de tal manera que al final inclusive sacan a relucir la peor faceta de nosotros”, detalló.

Gaspar Portillo consideró que las conductas “tóxicas” en las relaciones repercuten en cada uno de los miembros de la pareja, y resultan como relaciones poco compensatorias.

“Al final, esa relación no me basta si no me hace crecer, no me hace encontrarme conmigo mismo, sino al revés: va limitando mi posibilidad de comunicarme con los demás, porque además de la situación de violencia, va decayendo la autoestima”, advirtió.

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