Además del volumen de lluvias y el deshielo de los polos, el cambio climático está modificando la productividad de los cultivos agrícolas, así como la calidad de los vegetales y hortalizas.
Sagar Krupa, catedrático de la Universidad de Minessota, Estados Unidos, dijo que los cambios en la atmósfera han propiciado que las plantas crezcan más rápido, pero a la vez tengan un rendimiento más bajo y menor calidad.
Esto va ligado a la alta concentración de bióxido de carbono (CO2), que aumenta aproximadamente uno por ciento al año, contribuyendo al calentamiento, aunque a la vez es un gas fertilizante.
“En Europa, donde hay muchos invernaderos, los granjeros meten CO2 para que las hortalizas crezcan más grandes, pero hay un problema: su gran tamaño se debe a la excesiva acumulación de almidón. La nutrición de un cultivo se controla por la equilibrada proporción entre hidratos de carbono y proteínas, de manera que cuando hay más almidón que proteínas, el alimento pierde parte de sus nutrientes. Éste será un problema más serio en países pobres de ífrica y el este de Asia”.
Durante el curso “El cambio climático global y la agricultura sostenible”, organizado por el CUCBA y la Sociedad mexicana de agricultura sostenible, el doctor Krupa explicó que otro problema que enfrentarán los agricultores, es la escasa disponibilidad de agua dulce.
De acuerdo con el Panel intergubernamental de cambio climático de la ONU, para el año 2050, 40 por ciento del agua dulce desaparecerá a causa del calentamiento global. De seguir las tendencias actuales, los cultivos tropicales serán desplazados hacia el norte.
El especialista en procesos atmosféricos y contaminación del aire, ejemplificó con el caso de Estados Unidos, país que, por tradición, planta sorgo en los estados del sur, y maíz en los del norte. “Esto ha comenzado a cambiar. Si vamos por la carretera podemos observar que los cultivos del sorgo están avanzando hacia el norte”.
Aprovechar las áreas cultivables será un problema de tipo social porque los granjeros no quieren cambiar sus cultivos. Si los productores de trigo quieren cambiar a cultivar girasol, tendrían que modificar también los procesos de producción industrial. Esto será una dificultad, pues se requiere más dinero y la evolución no será inmediata, sobre todo para las grandes compañías.
