Leones para la educación

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La trayectoria como futbolistas profesionales no ha sido impedimento para que varios de los jugadores de los Leones Negros busquen una preparación más allá de lo deportivo. Sin importar los sacrificios que dicha meta representa, desean forjarse un futuro a través de una profesión, a la cual puedan dedicarse una vez terminada su etapa deportiva. Admiten que combinar los entrenamientos, partidos y viajes con la vida académica no es fácil y en ocasiones implica hacer algunas pausas por los cambios de ciudad, pero tampoco resulta imposible: solo es una cuestión de darse la oportunidad. Algunos estudian o están por ingresar a la Universidad, mientras que otros aprovechan las becas para aprender inglés que les ofreció la directiva. De la cancha a los juzgados Por sus venas corre el amor a la camiseta de los Leones Negros. Aunque su infancia la vivió con los colores rojiblancos de las Chivas, desde hace ocho años Cristian López Contreras ha estado involucrado en el proyecto del futbol universitario, con el deseo de destacar en los ámbitos nacional e internacional. Llegó a los 15 años a la Universidad de Guadalajara, jugó una temporada en la tercera división y cinco en la segunda, para después recibir la oportunidad de integrar el equipo que participa en la liga de ascenso. A la par de la carrera futbolística, actualmente cursa el cuarto semestre de la licenciatura en derecho, en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades. “Estudio derecho. Pasé a cuarto semestre. Me incliné mucho por esta licenciatura, por la familia y porque me gustan muchos los aspectos que tienen que ver con esta área”. Actualmente su prioridad es su carrera futbolística, pero está consciente de que no durará para siempre. Por ello decidió adquirir una preparación académica, que en un principio fue difícil. “Es muy complicado. El primer semestre no podía acoplarme con el entrenamiento y el estudio. Estaba muy cansado, pero después te empiezas a acostumbrar y se te hace una rutina de vida”. Como todo jugador, sueña con llegar a la primera división, selección nacional y a Europa. “En un futuro me gustaría trabajar en la Universidad de Guadalajara ejerciendo mi carrera”. Por partida doble Si para un futbolista es complicado estudiar una licenciatura, dos son un verdadero reto, que se traduce en una gran satisfacción. Hace 15 años Juan Pablo Montaño llegó de Puerto Vallarta con una maleta llena de sueños, muchos de éstos relacionados con el futbol y algunos otros que tienen que ver con las aulas y los libros. “Llegué a Tecos a hacer pruebas en tercera división y me quedé en juveniles. Luego fui subiendo: pasé por tercera, segunda y cuando iba a pasar a lo que era la primera división “A”, desaparece y me quedo en segunda, para después ser llamado a la primera división. Hago mi debut con Tecos el 29 de marzo de 2003, contra Veracruz. Me debuta Alberto Guerra”. Durante los 12 años que permaneció en Tecos hizo la preparatoria y comenzó la licenciatura en informática, en una escuela incorporada a la Universidad de Guadalajara, pero la falta de tiempo lo obligó a hacer una pausa a un año de terminarla. “Después comencé en la Universidad Autónoma de Guadalajara la licenciatura en negocios internacionales, la cual acabo de terminar y ahora se presenta la oportunidad de concluir la carrera que tenía trunca, ya que voy a ingresar al Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingeniarías. En febrero me van a revalidar las materias y en un año y medio espero terminar la carrera. Además, nos dieron beca para estudiar inglés en el Proulex y empiezo el 23 de noviembre”. Le gusta combinar el deporte con la escuela y aunque esto implique un gran sacrificio, afirma que no es imposible y “la satisfacción llega cuando culminas la licenciatura. En lo relacionado a mis carreras, siempre me ha gustado la computación, siempre me ha gustado el comercio y las formas de negociar, además de que incluye muchas ramas, como administración, contabilidad, mercadotecnia. Se me hace una carrera completa”. El ambiente universitario siempre lo ha disfrutado. Por ello se siente privilegiado de pertenecer a esta institución. “Yo quisiera seguir en el futbol por mucho tiempo, pero uno nunca sabe. El futbol no es para siempre y quiero ejercer en mi carrera”. En comunión con la naturaleza Además del futbol, gusta de los viajes, el contacto con la naturaleza. Para él, permanecer en una oficina simplemente no es opción. Desde los siete años empezó en el futbol con el equipo Delfines, donde tuvo la oportunidad de jugar en segunda y tercera división. Después el club desapareció, por lo que emigró a Autlán de Navarro por un periodo de año y medio. Luego surge la oportunidad de jugar en Tabasco, en la segunda división, donde permanece por seis meses, para después llegar a la escuadra universitaria. Emmanuel Guevara Lazcano está contento con la oportunidad que el futbol le da de participar en la liga de ascenso. “Afortunadamente se me han dado las cosas para poder estudiar. Estoy en octavo semestre de la licenciatura de biología, en el Centro Universitario de Ciencias Biológico Agropecuarias. Sólo tuve que dejar la escuela los seis meses que estuve en Tabasco y espero terminar en un año”. Antes de estudiar biología estuvo semestre y medio en la licenciatura de administración, porque su papá es contador, pero fue ahí cuando descubrió que lo suyo era el contacto con la naturaleza. Lo que más le llama la atención es lo ambiental, la ecología y la relación del ser humano con la naturaleza. “Quiero titularme y trabajar aquí o fuera del país, donde haya oportunidad de trascender. Todos me preguntan que en qué voy a trabajar y en realidad hay muchas áreas que no se han explotado. Siempre he pensado que se estudia para trabajar en algo en favor de nosotros mismos. Si con mis estudios puedo apoyar en algo a revertir este proceso de acabar con el planeta, lo voy a hacer”. A sus 23 años destaca el sentido de responsabilidad que le inculcaron sus padres, lo que lo motiva a desempeñarse bien, tanto en el terreno de juego como en el académico. “La educación no está peleada con el deporte. Mucha gente e incluso los maestros te dicen ‘o estudias o entrenas’. Pienso que hay tiempo para todo y si se puede hay que echarle ganas a las dos cosas”. Futuro ortodoncista Desde pequeño conoció el mundo dental. Sus padres son cirujanos dentistas, por lo que muchas horas de la niñez las vivió en los consultorios. Fue así como tuvo el primer encuentro con dicha profesión. José Luis Meléndez juega en Leones Negros. No solo sueña con consolidarse como un buen jugador, sino también como un destacado profesional. A sus 20 años relata cómo ha sido su trayectoria en el futbol. Desde niño empezó a jugar en Chivas, donde permaneció siete años y jugó en tercera división. “Después tuve un intercambio deportivo en Colombia, con el Once Caldas. Estuve en primera división, regresé del intercambio y llegué al América. Jugué con el equipo Socio íguila, año y medio. Éste desapareció y llegue aquí”. Afirma que conjuntar la escuela con el futbol es complicado. En Chivas le brindaron la oportunidad de estudiar la preparatoria, pero fue difícil, por lo que terminó la prepa abierta y recientemente salió en listas para ingresar a odontología, en la UdeG. “Estoy contento por la oportunidad de poder estudiar, ya que es una parte importante en la vida. Entro en febrero. La carrera deportiva es corta. Estar preparado te ayuda para que en lo deportivo seas un mejor jugador y eso va ligado al estudio”. Sus planes deportivos y académicos ahora son muchos. Quiere empezar a tener mayor actividad en Leones Negros, mantenerse en el equipo, llegar a la titularidad y no soltarla, además de especializarse en ortodoncia y tener una clínica una vez terminada la licenciatura. “Hay deportistas que creen que no hay tiempo. Dicen que están grandes para empezar a estudiar. Yo digo que nunca es tarde: para el estudio no hay edades y en el momento que sea se puede”.

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