Fotografías: Edgar Campechano Espinoza l CUAAD

La corriente de la arquitectura moderna, que abarcó entre 1940 y 1970, dejó en Guadalajara grandes construcciones creadas por autores que se atrevieron a experimentar en técnica y tradición.

Para conocer estas obras, que son patrimonios dignos de ser preservados, se creó el libro Aportaciones foráneas a la arquitectura moderna de Guadalajara, que es el resultado de una investigación de Claudia Rueda Velázquez, profesora e investigadora del Departamento de Proyectos Arquitectónicos, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).

Se trata de una publicación editada por Arquitónica, Universidad de Guadalajara (UdeG) y el ITESO y que abunda en los autores foráneos que encontraron en Guadalajara un campo fértil para crear obra pública y privada.

Hablamos de 12 arquitectos. El libro está construido a partir de ensayos, cada uno dedicado a un arquitecto y un punto de vista sobre su obra. Damos a conocer cuáles son esas aportaciones, la mayoría fueron de quienes hicieron obra de equipamiento por parte de programas institucionales. Siempre hemos visto a Guadalajara desde los archivos locales, y a los foráneos sólo cómo se habían incorporado a nuestra sociedad», dijo la autora.

Compartió que el libro cuenta con fotos inéditas y planos de más de 30 archivos documentales, algunos de fuera de Guadalajara, de Ciudad de México y el extranjero.

Dichos arquitectos son: José Villagrán García, Mario Pani, Enrique de la Mora, Félix Candela, Teodoro González de León, Reynaldo López Rayón, Fernando Barbará Zetina, José Hanhausen, Alberto Arouesty, Raúl Gómez Tremari, Alejandro Prieto y Silvio Alberto.

“Este libro, además, recibió el primer premio en la terna de Publicaciones en la reciente Bienal de Arquitectura Jalisciense 2024; es un libro muy completo y lleno de información para generar conocimiento sobre nuestra ciudad. La arquitectura es un testimonio insobornable de la historia”, mencionó la Directora de Arquitónica, Arabella González Huezo.

Entre los hallazgos que destacan en este libro está el proyecto de vivienda social de Mario Pani que fue la Unidad Vecinal Guadalajara (UVG) 1 (1949-1952), una súpermanzana cerca de la zona del Tecnológico de la UdeG.

También destacan el descubrimiento de la presencia en Guadalajara de más de ocho obras creadas por Félix Candela, y que el Cetis Colomos fue un proyecto destacado de Reynaldo Pérez Rayón en 1968.

De igual forma, al final del libro se presenta una guía que explica el estatus de las obras, e incluye su ficha técnica, con el fin de que los lectores reconozcan las edificaciones y su valor.

Algunas de las obras arquitectónicas modernas de la ciudad que aún sobreviven, aunque con modificaciones, son la Escuela Normal (1954-1958), el auditorio y edificios de la Facultad de Medicina (hoy CUCS de la UdeG, 1957-1962), la Clínica número 1 del IMSS (1962), el Templo de San Luis Gonzaga con su imponente cúpula (sobre avenida Alemania en la colonia Moderna, 1957-1969), el Parque Alcalde (1960-1961).

Otros que fueron demolidos son la Caseta de Venta de la colonia Verde Valle en Guadalajara, que consistía en un gran domo paraboloide (1959-1960) o la Casa Chalita, ubicada en la esquina de avenida Ávila Camacho y Circunvalación (1961).

González Huezo dijo que en Jalisco se está fortaleciendo el rescate del patrimonio del siglo 20, incluso desde la trinchera de las instituciones de gobierno; sin embargo, sí ha habido pérdidas significativas, pero a su consideración ha habido muchas victorias de salvaguarda de fincas que están protegidas.

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