Imágenes de la memoria

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    “Es un trabajo de reflexión, de recordar y de autoconocerse”, dice el periodista Francisco Vázquez sobre el ejercicio que realizó para su proyecto de rescate fotográfico en la zona Norte de Jalisco, que culminó con la publicación de un libro. “Esta es una de las regiones menos conocidas para los jaliscienses, muchas de las historias que hoy se conocen fueron recuperadas poco a poco por los mismos pobladores que son apasionados por la historia de su pueblo”.

    El jefe de Difusión del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas, aficionado a la fotografía ––y también apasionado de su pueblo natal, Colotlán–– comenzó junto con Angélica Márquez Pinedo este proyecto que al principio pretendía ser nada más una exposición de fotografías en el Centro Universitario del Norte, hace un par de años. Así, tuvo la oportunidad de introducirse en las casas y en la historia de seis familias que además de acceder a que sus fotografías fueran parte de esa exposición, contaron sus anécdotas y las que sus familiares habían transmitido de generación en generación.

    El proyecto terminó convirtiéndose en un concurso de fotografía antigua para toda la región. “Queríamos ver, dada la sorpresa que nos dio que en Colotlán hubieran fotos tan antiguas conservadas, si había más en el resto de la zona”, cuenta Vázquez. La sorpresa llegó: a la convocatoria acudieron 78 familias con más de 700 fotos que tenían el año de 1950 como límite.

    Entonces surgió la idea de reunir en una publicación las fotografías ganadoras del concurso y otra selección cuidadosa de las mejores. Los archivos de la memoria es el nombre de un tomo de gran formato que contiene las imágenes seleccionadas, que cuentan la historia de un lugar un poco abandonado por la historia, y que en esa región recientemente ha tenido dos presentaciones, en Colotlán y en El Teúl, Zacatecas.

    Pese a que el libro abarca una temporada que inicia en 1860, incluyendo épocas bélicas como la Revolución y luego la Guerra Cristera, las fotos del libro difícilmente hablan de ello. “No se trataba de las fotos que a nosotros nos hubiera gustado encontrar”, dice Vázquez al respecto, “son las fotos que las familias tenían y que hablan de una historia diferente, de una historia más íntima, de la historia cotidiana de las tradiciones, las reuniones sociales, la vestimenta de, por ejemplo, los charros. Otra cosa que nos llamó la atención, por ejemplo, es la expresión en los ojos de las mujeres de entonces, la vida en el campo solía ser particularmente dura para ellas, y eso se refleja en esas fotografías”.

    Además de estas fotografías, que en sí mismas son valiosas, el libro incluye testimonios sobre algunas de las historias detrás de ellas: cartas, documentos y otra serie de textos que enriquecen la inmersión de quien lee, creando una experiencia integral de un recuerdo que es, a todas luces, íntimo, familiar.

    Pocas investigaciones académicas se han realizado sobre la zona Norte de Jalisco. Se tienen apenas algunos documentos. Si se ha recuperado en parte, mucho tiene que ver con el interés de quienes viven ahí de atesorar sus retazos de historia, sus relatos y los recuerdos familiares que conservan con fervor, y en este sentido, el enriquecer el valor de esas fotografías que alguien conservaba, fue como una segunda misión para Francisco Vázquez.

    “En muchos sentidos, esperaba que este ejercicio sirviera también para que las personas que llevaran sus fotos valoraran más sus historias. En casi todas las casas era repetitivo que hubieran perdido gran parte de su acervo, ya sea por descuidos o porque otros miembros de las familias se las llevaban”.

    El siguiente paso para Vázquez, no es sólo seguir dándole difusión al libro que se ha publicado, sino formar un acervo con las fotografías encontradas con el fin de que éstas se conserven para que futuras investigaciones sobre la zona Norte las puedan usar como una herramienta para sus trabajos. “Finalmente, es un archivo maravilloso que se tiene que conocer”, comenta.

    El libro fue editado por Cultura UDG en colaboración con el Centro Universitario de Ciencias Económicas y Administrativas (CUCEA). La estrategia de difusión por lo pronto, comenta Vázquez, es llevar el libro a la región Norte y distribuirlo allá en centros culturales de los distintos municipios.

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