Identidad y pertenencia

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    Al margen del aspecto deportivo, el mundial de futbol Brasil 2014 me ha confirmado la identidad y el sentido de pertenencia de los mexicanos con los valores y los personajes nacionales. No me ha extrañado la presencia en las tribunas de aficionados con atuendos creativos, llenos de folclore y colorido. Lo mismo se nota la presencia de Frida Kahlo como del Chapulín Colorado, el Chavo del Ocho y hasta charro bragado con todo y caballo. El “Cielito lindo” ha tenido impacto porque se trata de una melodía que le llega hasta las profundidades del alma al mexicano.

    Toda esa serie de símbolos y representaciones denotan una invariable presencia de nuestro sentido nacionalista, que se evidencia en grado superlativo cuando juega la selección nacional. Por supuesto que no falta la bebida nacional, la alegría y el entusiasmo que se desborda antes, durante y después del partido. Todo ese tipo de manifestaciones, creo, han puesto en evidencia diversos postulados consagrados en la obra de Samuel Ramos, El perfil del hombre y la cultura en México.

    Para el filósofo se vuelve necesario explicar cómo piensa el mexicano, basándose en las experiencias, muchas veces traumáticas, de su historia. Así, concluye que el mexicano “imita” la cultura europea y anglosajona como un mecanismo psicológico inconsciente de defensa, y sus sentimientos de “inferioridad” y “autodenigración” son una respuesta a su necesidad de evadir y despreciar la realidad.

    El perfil del hombre, según Ramos, es un producto de sus motivaciones, sentimientos y resentimientos adquiridos a través del tiempo. Señala  que los mexicanos “no eran”, pero sí se “sentían inferiores”; el “sentimiento de inferioridad” con respecto a otras personas de otras culturas los había llevado a representar una existencia ficticia que se distingue por ciertos rasgos negativos como la pedantería, la agresividad, el machismo y la inseguridad. Y acota: “Mientras no se defina su modo de ser (del mexicano), sus deseos, sus capacidades, su vocación histórica, cualquier empresa de renovación en sentido nacionalista será una obra ciega destinada al fracaso”.

    ¿Qué somos, de dónde venimos y a dónde vamos? ¿Qué nos hace diferentes? Son preguntas que han tratado de responder, en nuestro ámbito de pensamiento, escritores y filósofos como José Vasconcelos, Alfonso Reyes, Rodolfo Usigli, Leopoldo Zea, Octavio Paz, Santiago Ramírez y, más recientemente, el antropólogo y sociólogo Roger Bartra, entre otros. Pues en el futbol y sus manifestaciones hay una respuesta, porque no he visto “inferioridad” ni autodenigración. Tanto en la cancha y fuera de ella sucede lo contrario.

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