Educar desde la interculturalidad

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    La necesidad de estructurar libros de texto y materiales educativos en lengua wixárika para los indígenas de las comunidades del Norte de Jalisco, no está considerada en las políticas educativas. En consecuencia, los alumnos de las escuelas primarias enfrentan un desfase entre la estructura de pensamiento de la lengua española y la propia, aseveró Miguel Ángel Paz Frayre, académico del Centro Universitario del Norte (CUNorte), al dar a conocer los resultados parciales de su investigación “Educación, interculturalidad, procesos, políticas y actores”.

    La investigación tiene entre sus objetivos indagar, explorar y explicar la importancia de la política pública educativa dirigida a la población indígena. Es decir, cómo la estructuran, cómo la proponen y cómo la operativizan. Para ello recorrió algunas comunidades del municipio de Mezquitic. Su plan es revisar de Huejuquilla el Alto, Villa Guerrero y Bolaños.

    En la región Norte hay 21 mil 53 habitantes que se autoadscriben como indígenas. De éstos, la mayor población se encuentra en Mezquitic, con 12 mil 115. En este municipio el 73.3 por ciento de su población habla alguna lengua indígena. Le sigue Bolaños, con 3 mil 967 y donde el 61.4 por ciento de la población total habla lengua indígena. En Huejuquilla el Alto hay 699 indígenas y en Villa Guerrero, 485.

    Entablar diálogos
    El investigador destacó la necesidad de entablar un diálogo con las comunidades indígenas y, a partir de sus necesidades, estructurar y proponer programas, planes de estudio y material de apoyo.

    Explicó que los libros de texto que sirven para su aprendizaje están diseñados para quienes hablan español, sin importar las diferencias culturales, convirtiéndose el aula, en el caso de los indígenas, en un espacio de conflicto entre dos lenguas, dos cosmovisiones, dos formas de pensar, definir y vivir la vida. Por lo tanto, cuando aprenden el español bajo esas condiciones, realmente les están imponiendo una lengua y una estructura de pensamiento sobre la suya.

    El problema radica en la jerarquización establecida, en la que el español comienza a ser más importante. En este caso esa lengua, junto con su cultura y estructura de pensamiento, comienza a desplazar a la wixárika. Las lenguas indígenas se enfrentan a un proceso de discriminación severo. Todavía en la práctica no se equipara con idiomas a los que se les asigna un valor simbólico diferente, como el francés, alemán o español, añadió el académico.

    Es importante conservar la lengua y estructura de pensamiento indígena, para que el niño aprenda desde sus propios referentes cognoscitivos.

    Destacó que en las comunidades indígenas es difícil resolver muchos de los problemas prácticos que se presentan en el aula al tratar de cumplir con los objetivos del programa educativo. En las ciudades, en el caso de la comprensión de algún concepto, pueden resolverlos con una multiplicidad de recursos, como el uso de internet, la visita a un museo o un zoológico. En cambio para los indígenas del Norte de Jalisco suele ser más difícil este proceso.

    Resulta complicado explicar a los niños de segundo o tercer grado de primaria que nunca han salido de sus comunidades, ciertos conceptos contenidos en los planes y programas de estudio.

    Además, hay palabras incluidas en los textos que no existen en wixárika, lo que dificulta el aprendizaje del idioma oficial del país.

    También señaló que de los libros en español, hay otro en wixárika para los alumnos indígenas que cursan la primaria, pero no reflejan de manera clara la cultura de la comunidad. Muchas veces se recurre a la folclorización y descontextualizan los elementos culturales. Entonces los textos suelen no tener sentido. Por ejemplo, cuando se habla de algunos mitos o fiestas, tienden a uniformarlos y no tomar en cuenta las diferentes variantes, ya que la cultura y la lengua wixárika no son homogéneas.

    El problema también es para el profesor, que se ve en la necesidad de estar diseñando y rediseñando nuevas estrategias, aunado a que en ocasiones la escuela es unitaria, es decir, hay un solo maestro para los seis grados, o multigrado, un profesor para diversos grados escolares, que pueden ser tres: primero, segundo y tercero o cuarto, quinto y sexto.

    En consecuencia, la educación en la sierra está atravesando por un periodo de conflictos serios que los docentes buscan resolver a su manera, con sus propias estrategias, con sus propios recursos y no siempre con los resultados que esperaban.

    La Secretaría de Educación exige que el niño aprenda a hablar español y las competencias que ello implica, cuyos resultados no se adecúan a las exigencias institucionales.

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