Un sueño contestatario y nada más

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Las letras contestatarias del compositor jalisciense Francisco “Pancho” Madrigal, creadas en los años ‘60 y ’70, continúan siendo vigentes, porque Latinoamérica sigue viviendo bajo sistemas autoritarios y de represión.
Esos corridos de Madrigal serán representados en danza folclórica y bailados con una visión contemporánea en el Teatro Degollado el próximo 11 de julio, a las 20:00 horas, por el Ballet Folclórico del CUAAD, de la Universidad de Guadalajara y los alumnos de octavo semestre de la licenciatura en artes escénicas.
Este homenaje, titulado Jacinto… un sueño y nada más, recreará la dramaturgia literaria de la pieza de Pancho Madrigal y tomará como inicio la canción “Jacinto Cenobio”, una de las baladas clásicas más sonadas del autor.
Los bailarines recibirán el apoyo de Pancho Madrigal. Y junto con “Jacinto Cenobio” narrarán el fenómeno migratorio de los campesinos de la hacienda de antaño hacia la ciudad, resultado de la represión de los hacendados por las inconsistencias del sistema agrario mexicano.
Ismael García ívila, director general de la obra, explicó que “la vitalidad de la pieza de ‘Jacinto Cenobio’ permite desarrollar la dramaturgia escénica, porque habla del proceso de migración del ser humano y porque su temática principal son las danzas de la fertilidad, tanto de la tierra como del ser humano”.
Los 40 bailarines interpretarán las danzas de la fertilidad, así como la recreación cosmogónica huichola sobre las festividades Hikuli neixa, Namawita neixa y Tatei neixa, cuyo motivo principal es la creación del quinto maíz.
Jacinto… un sueño y nada más… se compone de cuatro escenas para representar la creación del ser humano en la faz terrena, según la visión plural del universo prehispánico de Jacinto Niño…
La creación del maíz huichol y el peregrinar del peyote constituye una estructura coreográfica sobre el labrado de la tierra, que recrea la zona geográfica del ojo de dios del Jacinto Muchacho…, quien aprende el oficio de las formas agrarias de los jornaleros, las faenas del campo, del “peón” (arado, siembra, escardar, cazanguear y la pizca del maíz) y el duelo de Juan el peón… que cae abatido por las arduas jornadas de trabajo, luto que se representa con el alabado polifonal a capella de la madre Julia de los caminos… la que pierde la razón por el amor al hijo, exhibiendo el alma presa en una carroza.
Su desconsolado Jacinto Hombre… vislumbra su futuro fuera de su tierra y decide vivir del trabajo del oro verde. Migra a la península de Yucatán, con su fiesta de la vaquería. Sueña y ve fundadas sus esperanzas con los suyos, al regresar a su tierra… un sueño del Jacinto Sensato, que después de un largo peregrinar comprende que todo ha sido un sueño y nada más en el Jalisco contemporáneo.
Un sueño y nada más, porque Jacinto soñó con cambiar el mundo, pero el mundo y el sistema político sigue igual, explicó Ismael García.
La obra será presentada en cuatro actos. El primero, llamado la “Creación maravillosa”, será acompañado por el bailarín Rafael Carlín tendrá una participación especial, al igual que los músicos Jaramar Soto y Paco Padilla.
En esta primera escena aparecen guerreros tigres y caballeros águila, que por su presencia y belleza, fuerza y nobleza, fueron emblema de los linajes gobernantes y del poder real.
La segunda escena, llamada “Jornaleros”, plasma la grafía corporal, la represión que existe entre las clases sociales hegemónica y subalterna, representadas por los hacendados y campesinos de la hacienda de antaño, que muestran particularmente el maltrato y discriminación a los trabajadores del campo. La bailarina Deborah Velázquez estará como invitada especial.
En la tercera escena, llamada “El oro verde”, Jacinto es ya otro hombre, que después de haberse ido de su tierra por el deseo de progreso y superación, llega a la península maya con su fiesta del palmar, chicleros y vaquería. Muestra a Jacinto cómo utilizan el “almud” como instrumento de medida y venta de los frutos que produce el campo.
En la última escena, llamada “Un sueño… a mi tierra”, tanto Jacinto como Pancho Madrigal imaginaron la creación perfecta, al hombre creado incorrupto, que añora la vida que disfrutó con la inocencia del Niño, la energía del Muchacho, el arrojo del Hombre y la sensatez del Anciano. Jacinto Viejo está trabajando en un mercado, descarga un carro y no tiene nada en su vida. Los hijos se fueron, se quemó su jacal. Jacinto sabe que fue un sueño y nada más.
La pieza más famosa de Madrigal, “Jacinto Cenobio”, será interpretada por Luis Manuel, el de la Paloma.

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