Un panorama casi crítico

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Red metal barrels against blue sky.

La gran crisis no está a la vuelta de la esquina, como muchos pronostican, pero tampoco hay que cantar victoria. Las cifras de espanto en materia económica inquietan no sólo a los especialistas, sino también al ciudadano de a pie que teme perder su patrimonio. Y en tal sentido las medidas de estabilización económica por parte de las autoridades no parecen las más adecuadas.

“Es exagerado pensar en una crisis como la del 94, pero indudablemente sí habrá algunos problemas en el corto plazo”, afirma el coordinador del doctorado en economía, del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), Antonio Ruiz Porras, quien considera que no hay que caer en el pánico, pero es mejor ser precavidos para 2016, tanto los gobiernos y empresas, como las familias con su gasto cotidiano.

“Creo que hay que tener mucha mas precaución para el 2016, pues se van a clarificar muchas interrogantes que todavía están en la incertidumbre; por ejemplo, el tipo de cambio, que a principio de año ha estado muy inestable. Se dice que habrá mayor certeza de precios más estables para el petróleo, pues resulta una fuente de ingresos importante para el gobierno”, indica el especialista.

Las últimas cifras son preocupantes: la mezcla mexicana de petróleo bajó de 79 a 44 dólares por barril; el gobierno anunció recortes de 259 mil millones al presupuesto nacional; la paridad del peso respecto al dólar llegó a estar 16 a 1, y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) redujo sus estimaciones de crecimiento para México a 2.9 por ciento, en lugar del 3.9 por ciento, como había pronosticado en noviembre pasado, y para 2016 ajustó su pronóstico de 4.2 por ciento a 3.5 por ciento.

No sólo eso. En las calles y en redes sociales, los rumores sobre una crisis demoledora —similar a la de mediados de los noventa— que golpearía la economía nacional, son recurrentes. Advertencias coloquiales como “No contrates una hipoteca”, “No compres nada a plazos ni te endeudes”, “Los empresarios están sacando su dinero del país” y otros mitos urbanos son el pan de cada día.

“Creo que tenemos un panorama complicado para la segunda mitad del año, porque se prevé que las tasas de interés en México aumenten como consecuencia del aumento de las tasas de interés en Estados Unidos. Eso es indudable que generará problemas para la gente que tenga deudas, particularmente las deudas a corto plazo, tarjetas de crédito. Probablemente sean las primeras tasas en donde se vea reflejado este incremento”.

Sin embargo, estima que posiblemente haya cierta desaceleración económica, pero no una crisis severa.
“Estamos pensando en un crecimiento de 1.5 por ciento aproximadamente más bajo del 3 por ciento que se estimaba a principio de año”, detalla Ruiz Porras.

Para los créditos a largo plazo, como los hipotecarios, el especialista no ve riesgo alguno, porque “son a tasa fija que, independientemente de las condiciones del país, no puede variar. Entonces el problema está por los créditos de corto plazo, de tarjetas de crédito, préstamos bancarios, préstamos prendatarios, para la gente que va a las casas de empeño”.

A la pregunta de si cree que las medidas que está ejecutando el gobierno federal para enderezar el rumbo sean suficientes y correctas, contesta que “yo no diría correctas, más bien insuficientes, porque a final de cuentas realmente hubo otras previsiones completamente distintas para este año que no se han cumplido. En ese sentido no ha habido una buena previsión: más bien están actuando conforme se presentan las circunstancias”.

Detalla que aunque el precio del petróleo está defendido por las coberturas, no es el 100 por ciento del crudo el que está protegido, sino sólo el 60 por ciento, y el otro 40 por ciento está sujeto a los vaivenes del mercado mundial.

“Otra cosa que tampoco se menciona es que la cobertura de los precios del petróleo aplica sólo hasta noviembre de este año; eso significa que todavía le falta varios meses para que empiece a funcionar —y la gente piensa que operan en automático estos mecanismos de estabilización—, lo cual significa que tengamos problemas de financiamiento del sector público. Yo pensaría que habrá recortes adicionales y más endeudamiento del sector público, porque estos mecanismos no son automáticos”.

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