Sanjuana Martínez

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“Los sacerdotes no son Dios”

Van de parroquia en parroquia. Sus víctimas son menores de edad que, movidos por la fe y la religión, depositan en los sacerdotes su confianza. El poder que da la sotana es el escondite ideal para sus delitos. Por años, en México y otros países han abusado sexualmente de unos cien mil niños.
La pederastia en México se ha convertido en un crimen de Estado, a decir de la periodista mexicana Sanjuana Martínez, autora del libro Prueba de fe, en el que documenta casos de violación de sacerdotes católicos, así como las redes eclesiásticas y de gobierno que los encubren.
Con un prólogo del obispo Raúl Vera López –que recibió un “extrañamiento” de parte del Vaticano por colaborar en esta publicación–, Prueba de fe evidencia la postura de la iglesia hacia este tema que considera “un problema de conducta” que puede ser curado en clínicas (una de esas está en Tlaquepaque, Jalisco). Para las autoridades eclesiásticas, en cambio, la compasión y ayuda a las víctimas queda en segundo término, enfatizó Martínez en entrevista con La gaceta.

¿Qué elementos de la pederastia tocó en este libro?
Si el Manto púrpura vertía los testimonios de las víctimas, creo que Prueba de fe es una búsqueda de la estructura de impunidad que existe dentro de la iglesia. Analiza desde dentro las condiciones que permiten la existencia de una estructura sistémica que ofrece protección a sacerdotes pederastas y no a las víctimas de sus abusos.
Hay un lineamiento que permite a los obispos y cardenales proteger a los agresores sexuales con sotana. La iglesia no reconoce los abusos que se dan en el seno de su institución, por una cuestión sumamente antigua y conocida: porque en el momento en que un cardenal como Norberto Rivera reconozca el primer caso, sabe que a partir de ahí se viene el aluvión de todos los demás.
Según las estadísticas de organismos independientes, en México existen más de 100 mil víctimas de abusos sexuales de sacerdotes. Estamos hablando de un problema muy grave a nivel nacional.

En Estados Unidos la iglesia católica ha tenido que desembolsar varios millones de dólares en indemnización a las víctimas, ¿qué pasa en México para que esto no suceda?
Cinco mil sacerdotes han sido acusados de abuso sexual en Estados Unidos, pero ahí por más de 20 años ha imperado la justicia, la verdad, la reparación del daño a las víctimas. Aquí, sin embargo, la autoridad eclesiástica persiste en la negación. Cree que negando el problema va a desaparecer, cuando en realidad está ahí. Esa es la estrategia para evadir su responsabilidad y la acción de la justicia contra los criminales.
Es importante señalar que como parte de la estructura de impunidad y protección que existe dentro de la iglesia, ellos han diseñado todo un proyecto con aspecto terapéutico para refugiar y esconder a los delincuentes. En Jalisco existe la casa Alberione (calle Pemex 3987, colonia Vista Hermosa, Tlaquepaque), que más bien es un hotel de cinco estrellas, un spa donde a base de masajes, de terapia psicológica, mucho evangelio y una pastillita para disminuir el apetito sexual, creen curar la pederastia. En realidad, lo único que hacen es fomentarla y ofrecer a la feligresía una mentira, una falsedad de la realidad, al decir que son clínicas para curar la pederastia, cuando sabemos que es un refugio de criminales.

¿Buscó a las autoridades de Jalisco durante su investigación?, ¿qué opinión tienen de esta casa?
Nunca las autoridades de Jalisco se han interesado en investigar esta casa, que está siendo requerida por Interpol, porque ahí se han refugiado más de 800 sacerdotes de 16 países, todos huyendo de juicios de abuso sexual contra menores. La Interpol sigue investigando, mientras las autoridades de Jalisco lo ignoran. Creo que esto es un contubernio entre ellos.

¿Quiénes son los sacerdotes que han pasado por Alberione?
Los datos están en el libro, señalados uno por uno. Puedo mencionar el caso del sacerdote José Luis de María y Campos López, condenado a seis años de prisión en León, Guanajuato, por abusar de cuatro monaguillos. Este sacerdote huyó inmediatamente a Guadalajara, para refugiarse en la casa Alberione. A nivel nacional se sabe que existe este refugio para proteger a los sacerdotes abusadores. Es una actitud que fomenta la pederastia. Esto ha generado el aumento de casos y que haya víctimas que han sido sometidas a lo largo de 30 o 40 años de carrera delictiva de estos sacerdotes. ¿Cómo es posible que estos sujetos estén por encima de la ley?

¿Qué opinión le merece la demanda penal contra Norberto Rivera y Nicolás Aguilar, en Estados Unidos, y contra el sacerdote Carlos López, en el Distrito Federal?
Creo que se abrió una puerta de esperanza hacia las víctimas. Lamentablemente, el juez de la Corte superior de California (Estados Unidos) ve a las víctimas mexicanas con mucho desprecio, porque no aceptó la jurisdicción (para enjuiciar a Rivera). Es un caso que no ha terminado, que sigue, pero que ha sembrado la duda en territorio nacional.
Por primera vez se ha cuestionado legal y judicialmente al cardenal Norberto Rivera en México. Esa es la ventaja. Pueden llegar más casos a partir de ahora, porque el problema es muy grande. Aquí el asunto es que de cada 10 víctimas, ocho nunca hablarán. La gente tiene miedo, porque sabe que va a acabar todo en la impunidad, porque sabe que no hay justicia. No se atreven a hablar, porque la iglesia les recomienda no hablar, les pide el “pacto de silencio”. Ese es un pacto que los fieles no debemos aceptar. Tenemos que romper el silencio, alzar la voz para exigir una solución y proteger a nuestros niños.
El libro contiene un capítulo dedicado a la prevención de la pederastia clerical. Es una guía para padres, para maestros, para quienes están a cargo del cuidado de los niños y para que nos enteremos cómo funciona el perfil de un pederasta y que esto es un problema en el que todos tenemos que involucrarnos. Ante la falta de acción del gobierno, de las procuradurías, las policías, los juzgados y los ministerios públicos, es la sociedad civil la que tiene que actuar.

¿Qué peso tiene la religión y la autoridad moral que posee un sacerdote, para que una familia y un niño acepten callar un caso de pederastia clerical?
Ese es un punto importante, porque la respuesta a la sociedad ante esos abusos es sumamente débil e ignora el sufrimiento de las víctimas. Como consecuencia de los atavismos católicos, la gente no se atreve a cuestionar a los sacerdotes.
Hay víctimas cuyos padres han preferido no denunciar los delitos de los sacerdotes, simplemente por ser el cura de la parroquia. Hay un caso en la ciudad de Torreón, en donde encuentran al sacerdote abusando de un muchacho de 13 años en un coche. Lo llevaron a la policía y al llegar ahí, la misma madre del niño no le cree, y eso hace que suelten al sacerdote. Eso es terrible, porque estamos hablando de una actitud de sacralidad hacia las sotanas, sin importar lo que el sacerdote haga. Ellos no son Dios, son seres humanos de carne y hueso. Son ciudadanos que tienen obligaciones y que no tienen por qué gozar de privilegios que les permitan vivir en la impunidad.
Lo que más me ha estremecido en este año y medio que regresé a México, es el silencio social. Nadie cuestiona, nadie pregunta, apoya ni protesta, a pesar de que hay 90 por ciento de católicos en México. ¿Que a nadie le importan los niños, que estos depredadores con sotana vayan de parroquia en parroquia violando pequeños? Es muy duro, pero así es el pueblo de México, y ojalá que cambie.

Los pederastas civiles en el poder están siendo protegidos por las autoridades de todos los niveles, como vimos con el caso de Mario Marín. Para los sacerdotes, ¿la protección viene también del Vaticano y el poder que tiene?
La protección se las da las creencias de la gente, que no se atreve a cuestionar y, por supuesto, la protección del más alto nivel: del gobierno de Felipe Calderón.
Calderón tiene un nexo íntimo con la ultraderecha de El Yunque, con la iglesia. Y si acepta proteger todos estos crímenes terribles, a los sacerdotes y a la iglesia, ésta después le bendice. Son poderes que se van protegiendo, y eso es lo que ha producido que exista en todo el territorio nacional esta amplia red de pederastia que va en aumento. No importa que usen traje, pantalón de mezclilla o sotana: son hombres de poder que permiten que exista esto.
El libro muestra cómo este caso se va extendiendo y va siendo peor. Ahora los curas no sólo son pederastas, sino pornógrafos que trafican e intercambian pornografía.
El Vaticano ha tenido una actitud de benevolencia hacia los crímenes sexuales de sus sacerdotes. De hecho, existe una instrucción que se sigue aplicando para proteger al agresor sexual y no a la víctima. Eso lo hacen también por la cuestión del dinero, pero eso ha provocado un éxodo de católicos importante. México ya no es eminentemente católico. La hegemonía del catolicismo se ha terminado y seguirá el éxodo si las autoridades eclesiásticas no empiezan a colaborar con la justicia, no empiezan a entregar a sus curas pederastas y a dar cuentas a la sociedad civil, a rendir cuentas a los fieles.

¿Hay vinculación entre sacerdotes pederastas y redes de pornografía infantil por internet o algún otro medio?
El caso que documentamos es el del sacerdote Carlos López. Él está intercambiando pornografía no sólo en México, sino en Estados Unidos. Él pedía tangas a sus cómplices o a la gente que trafica con estas fotos. Se tomaba las fotos durante los abusos, después pedía tangas por internet y quienes se las mandaban le pedían verlas en los niños.
La víctima nos entregó un disco con 70 fotografías. Decidimos no publicarlas, porque son imágenes terribles y estaríamos promoviendo la perversidad al más alto nivel.

¿Continuarás investigando este tema?
Con Prueba de fe cierro mi trilogía, porque estoy trabajando un tema más light: los crímenes del ejército mexicano (risas).

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