Salvador Romero

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Las demandas y formas de organización de los movimientos sociales han cambiado en las últimas décadas, pues la sociedad es cada vez más compleja y la tecnología ha incidido en la manera en que los países han implementado el capitalismo en sus territorios. Esta es una de las premisas del libro Los movimientos sociales como resistencia frente a la hegemonía del capitalismo en América Latina, de Salvador Romero Montalvo, académico del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades.

En entrevista, el autor, quien presentó el pasado martes este libro y pertenece al Departamento de Estudios Ibéricos y Latinoamericanos, desmenuza los factores que han incidido para que países como Argentina, Chile, Brasil y México busquen “alternativas” para concebir el mundo “desde otra perspectiva”.

¿Cómo han cambiado los movimientos sociales en las últimas décadas?
Los movimientos sociales en América Latina y México van a tener rumbos nuevos y características distintas porque la realidad está cambiando, y las contradicciones cada día están reflejándose de una manera muy distinta en el nuevo milenio que en el siglo XX. Hoy las confrontaciones son provocadas por la complejidad de los grandes avances de la comunicación y la tecnología. Hay una efervescencia de movimientos sociales en el planeta y van a implementar estrategias distintas frente a esa complejidad en la que el capitalismo está hundiendo a la sociedad, ahora reflejada en situaciones que están golpeando a la naturaleza y en las que la humanidad experimenta más represión reflejada en el hambre y la desigualdad. De más de siete mil millones de seres humanos que habitamos el planeta, 40 por ciento viven en pobreza y 30 por ciento en la pobreza extrema y no puede ser posible que el capitalismo vaya a dar solución a los problemas cuando estamos viendo todo lo contrario, que se agudizan más los problemas que hay cada día, hay más miseria y en contraparte la humanidad está dándose cuenta de esta realidad, de salir de ese proceso de enajenación para entender que hay otras posibilidades de construir un mundo distinto fuera del capitalismo.

Los países latinoamericanos han experimentado alternancia entre modelos de derecha y de izquierda, ¿cómo ha incidido en las luchas sociales de la región?
Si hacemos un balance, los pueblos de América Latina ya no aceptan las formas capitalistas de sociedad, ese encontrón que se está dando entre el modelo venezolano con el modelo norteamericano es un ejemplo, y esto se ha extendido a los pueblos colombiano, chileno, argentino, el brasileño y mexicano, que han sido objeto de estudio con todos sus cambios.   Lo que pasa en Brasil con el Amazonas es una estrategia del capitalismo, un sistema que desde su origen ha venido destruyendo al ser humano. La estrategia de los empresarios es urbanizar ahí y ocupar el territorio para garantizar la hegemonía de Estados Unidos en América Latina. Siento que toda América Latina saldrá en defensa del Amazonas.

¿Cómo es el panorama en el caso de México?
Por supuesto que el capitalismo sigue, podemos entender que lo que está pasando en México es una transformación democrática burguesa, es un cambio, no podemos hablar que en esencia es una transformación en el sistema porque siguen los ricos y los pobres, pero sí podemos decir que este modelo que surge con el presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque demócrata no es, es un modelo muy distinto al modelo anterior que representó durante 36 años al regimen neoliberal y con el que los mexicanos se hundieron en extrema pobreza, en una especie de dictadura similar al Porfiriato, un maximato neoliberal salinista. Ahora hay que ver cómo se está desarrollando la cuarta transformación y lo que sí tengo claro es que no es un cambio de gobierno tan simple sino que se están transformando las instituciones y el Estado se está renovando con un cambio constitucional para sustentar una nueva forma de gobierno y poder.  En esto las organizaciones sociales se han seguido movilizando, siempre van a ser válidos todos los movimientos, todos tienen derecho a manifestarse. En un año de cambio de gobierno no podemos diagnosticar tantas cosas, yo creo que debemos esperar un tiempo más adelante.

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