Recuperar un paraíso

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Las aves, sobre todo garzas y patos, que viajan hacia Cajititlán y Chapala, hacen una pausa en sus vuelos —para descansar, comer, anidar y reproducirse—  en las presas El Cajón y Las Rusias negras, que se encuentran en el poblado de Tonalá; ambos embalses albergan una gran biodiversidad y justo en medio de ellos, se levantan los edificios del Centro Universitario de Tonalá, que a partir de este año abre el Programa de sustentabilidad CUTonalá para recuperar la flora y la fauna de este pequeño paraíso que ha sido afectada por la urbanización.

La profesora investigadora Aída Alejandra Guerrero de León, es la encargada de dar cauce y desarrollo a las líneas que este proyecto, que es parte del programa del propio Centro Universitario, pero también de la Rectoría General de la Universidad de Guadalajara.

Ante los ecosistemas que “tuvieron un impacto por la construcción del propio centro —dice Guerrero de León—, en los dos humedales de las dos presas nosotros tenemos la intención de desarrollar este programa para mitigar los posibles problemas ambientales; es una encomienda que viene principalmente desde la Rectoría General y es secundada por la rectora del centro universitario local, para tratar de respetar la biofauna que existe allí y recuperar las zonas que fueron deforestadas”, todo en siete líneas de sustentabilidad, denominadas PisaCUT.

Debido a que la construcción del Centro Universitario de algún modo “promueve la especulación de la venta de terrenos en derredor, también encontramos que en esa zona, como es natural, se demandarán servicios; y es posible se establezcan zonas urbanas” donde antes fueron campos. “Y si bien es cierto que con la urbanización y los servicios que exige su establecimiento se eleva la economía y se mejora la calidad de vida de la población” ya establecida en Tateposco —que es una zona marginada—, “el programa universitario de sustentabilidad contempla el cuidado y resguardo del desarrollo ambiental”.

Con PisaCUT se cuidará la parte ambiental, social y económica, “que son los tres ejes de este programa”.
Pese a que aún no hay evidencia clara de que la zona se urbanice, y aún hay enormes espacios baldíos, “la construcción de un centro como el nuestro promueve, de algún modo, el crecimiento; pero todavía prevalece la especulación, porque no hay algo concreto”.

La zona mantiene terrenos de vocación sobre todo agrícola; y como no hay bosques ni abundan los árboles, “la posible urbanización no impactará con deforestación; aún así, bajo las líneas de nuestro programa, está previsto acercarse a las comunidades para concretar su parte social” y ya desde hace algunos meses —casi justo al llegar toda la comunidad escolar al centro— se realizan campañas de cuidado ambiental, sobre todo en las colonias de Arroyo de en medio, La Ladrillera y Santa Paula, entre otras.

En el caso particular de las presas El Cajón y Las Rusias negras, que están a una corta distancia del Centro Universitario, “en el programa de sustentabilidad tenemos como prioritario realizar un plan de manejo hídrico; eso significa delimitar la cuenca donde están las dos presas, hacer un diagnóstico preciso de toda la problemática que existe alrededor —tomando la parte social, ambiental y económica—, describir bien la vegetación, la flora y la fauna donde abundan las aves y las ranas; para ello ya hay tesis de estudiantes de la maestría Agua y Energía que se imparte en el centro. Debo aclarar que actualmente estamos en la fase de investigación, para saber lo que realmente hay en la zona; y que después de hacer un riguroso diagnóstico del estado de los dos humedales, elaboraremos un manual de manejo integral; eso significa que tendremos que comenzar de lleno la protección de los dos humedales y desarrollar una propuesta de conservación en colaboración directa con la CONAGUA”.

Agrega: “Nosotros, como Centro Universitario, tenemos el resguardo de las dos presas y nos corresponde, en todo caso, hacer planes de conservación (lo que existe, evitar se contamine), restauración (lo dañado, repararlo) y, claro, protegerlo con programas tipo RAMSAR. Y tendremos que trabajar con la población directamente, pues aún existen personas que cultivan tilapias allí”.

“Se pretende, con este programa, sanear esta microcuenca hídrica y reforestar la ribera con especies típicas de los humedales: ahuehuetes, taxones, salix y sauces; especies que crecen naturalmente en esta clase de espacios”, dice para concluir la investigadora Aída Alejandra Guerrero de León.

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