Objetivo: lectores

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Ante el desafío que enfrenta sostener una librería en México, la Feria Internacional de Libro de Guadalajara (FIL) y el Instituto de Desarrollo Profesional para Libreros (Indeli), entregarán un reconocimiento a la Librería Española de San Luis Potosí, que tiene 103 años de antigí¼edad, y a la que se reconoce su labor y servicio, dotado con un estímulo económico de 120 mil pesos. El jurado del galardón estimó que el proyecto para la creación de una tienda virtual, presentado por la ganadora, “es un ejemplo de servicio al cliente para la mejora continua de información y venta a poblaciones donde no hay librerías”.
Para la cuarta edición del premio, el jurado estuvo integrado por Virginia Krasnisnsky; representante del Indeli; Verónica Mendoza, representante de la FIL Guadalajara; Clemente Merodio López, representante de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana; Jesús Galera Lamadrid, representante de Editorial Trillas, y Arturo Ahmed Romero, director del Indeli.
Dicho concurso está dirigido a las librerías independientes que deseen efectuar una remodelación para optimizar sus espacios, brindar un mejor servicio a los clientes o mejorar su imagen
En su primera edición, en 2008, el Premio nacional de librería fue entregado a la librería Sor Juana, con sede en Tijuana, Baja California. En 2009 el concurso fue declarado desierto. La librería El Tercer Milenio, de Celaya, Guanajuato, ganó en 2010, con su proyecto para una zona dedicada al público infantil. La entrega del cuarto Premio nacional de librería será el próximo 29 de noviembre.
Para el contexto cultural de México en materia de desarrollo e infraestructura cultural, siguen en la mesa los temas a debate sobre el futuro del libro y la industria editorial, en especial el desafío que enfrenta el gremio librero. Ejemplo de ello fueron las mesas realizadas en la XI Feria del Libro del Zócalo del Distrito Federal, que a través de la Secretaría de Cultura propiciaron el diálogo entre los libreros y especialistas en el sector, para buscar de forma conjunta las condiciones de acceso a financiamientos para las librerías, además de la creación de una red de librerías de barrio del Distrito Federal, que permita acercar la oferta de libros en las zonas precarias.
Además de los temas tratados, estuvieron presentes representantes del Indeli, como René Solís Blun, con el tema del futuro de las librerías en México, y María Teresa Martínez-López Mercado, Eva Luz Solano y Silvestre Barrios Arellano, Virginia Krasniasky, quienes fueron convocados para compartir estrategias de desarrollo en el sector editorial, afrontando los retos de la virtualidad.
El tema del desarrollo editorial y en particular de las librerías continúa siendo un tópico vigente que será tratado en la próxima edición de la FIL, que además de festejar su XXV aniversario, tiene en su programa foros diseñados para especialistas del gremio editorial.
Las diversas encuestas de hábito y consumo cultural reflejan que el hábito de la lectura está relacionado con el acceso a los libros, por lo que las diferencias en el comportamiento lector de los mexicanos están en mayor o menor medida relacionadas con factores como escolaridad, nivel económico, edad y género, además de la ubicación geográfica y tamaño de su localidad.
La importancia del fomento de la lectura en la infancia resultará trascendente en el hábito y consumo cultural, así como el reto que enfrentarán los libreros respecto al libro digital.
Puesto que la conducta lectora representa un proceso multifactorial y complejo, habrá que enfrentarse con las estrategias necesarias para propiciar un México lector, tarea pendiente que tendrán que afrontar los involucrados en el sector, además de las secretarías de educación y cultura, principalmente, las que de alguna forma tienen directamente responsabilidad en la ejecución de las políticas culturales adecuadas para el fomento a la lectura, con la conciencia de que las dinámicas cambiaron para el sector editorial.
Ya lo menciona Jorge Volpi cuando habla de la nostalgia del libro impreso: “Frente a la nueva amenaza tecnológica, la aparición del libro electrónico no representa un mero cambio de soporte, sino una transformación radical de todas las prácticas asociadas con la lectura y la transmisión del conocimiento” (El País, 15/10/2011).

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