Moisés Romero Vargas

1536

En sus carteles siempre está detrás el método y la pasión; es su sello personal. No obstante, cuando se trata del cartel social, le gusta asumir una actitud crítica y, como diseñador, opta por tomar un papel más activo en los acontecimientos cotidianos.
“Los carteles son de alguna forma un reflejo de los conocimientos y experiencia que uno recoge durante su vida. Por ello para un diseñador la información es el alimento principal de la creatividad”, refiere Moisés Romero Vargas, quien desde niño tuvo la inquietud de dibujar y en su etapa de bachiller descubrió el diseño. Estudió en el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).
Actualmente es director editorial del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), y hace poco ganó el concurso que cada año convoca Poster for Tomorrow, organismo que promueve carteles relacionados con los derechos humanos, y que en esta ocasión trató el derecho a la educación. De entre 2 mil 780 propuestas participantes, la suya resultó ganadora y su cartel forma parte de colecciones de 10 prestigiosos museos de diseño y cartel del mundo en países como Finlandia, Polonia, Francia, Holanda y Bélgica, entre otros.

¿Qué elementos requiere un cartel para que logre la atención, retención y reconocimiento de la gente?
El cartel solo cuenta con un espacio de tiempo pequeño para poder atraer la atención. Cuando sucede esto debemos hacer un uso ingenioso de la información para lograr comunicar el mensaje. El cartel debe aspirar a ser un mensaje universal, atendiendo el sentido estético y funcional.

Cuando empiezas a diseñar un cartel, ¿cuál es tu objetivo, en qué piensas?
Siempre trato de decir algo de una forma distinta a la ya existente, hacer una aportación.

¿En qué momento decides cuando un cartel está terminado?
Cada cartel se gesta en el ejercicio de la imaginación y durante el proceso va adquiriendo forma. El reto mínimo es plasmar lo que uno imagina. Doy por terminado un cartel cuando todo encaja perfectamente, nada sobra y todo está dicho. Las inquietudes y nuevos retos los transfiero al siguiente proyecto.

Tienes un largo currículo de concursos y premios recibidos en el extranjero. De acuerdo a tu experiencia, ¿qué importancia tiene en estos momentos el cartel en el mundo?
El cartel puede transformar al mundo y la forma en que el ser humano se ve a sí mismo. Detrás de la conducta, hay actitudes, valores, ideas y creencias. El cartel debe propiciar y despertar inquietudes sobre las ideas que tenemos de acontecimientos y fenómenos. Transformar es también entender las consecuencias de nuestras elecciones.

Alguna vez se definió al cartel como “un grito en la pared”: ¿crees que tiene vigencia aún esta frase?
Un cartel sólo existe y adquiere sentido cuando es visto. Por lo tanto se deduce que tiene que estar expuesto a las miradas. Hace 100 años las ciudades, sus costumbres y necesidades eran distintas a las de hoy. Cualquiera de nosotros pasa más tiempo frente a un monitor que al aire libre, y sucede igual con la música. Ahora mismo puedo tener acceso a las nueve sinfonías completas de Beethoven y disfrutarlas por medio de un aparato del tamaño de un pulgar, sin embargo, no podemos dejar de reconocer que vivir la experiencia en vivo y a todo color es siempre más enriquecedor.

Desde tu punto de vista, ¿tiene futuro esta forma de comunicación?
Seguro. La tendencia de las sociedades es consumir información de forma más rápida e inmediata. El cartel tiene esa peculiaridad: la síntesis. Hay que pensar que el cartel ha adquirido otras formas ya reconocidas en nuestro paisaje: las vallas publicitarias, los parabuses, espectaculares o pantallas digitales.

¿Está en riesgo ante la aparición y uso de las redes sociales?
Como en casi todo, las redes sociales han dado cabida a todas las expresiones. El cartel no es la excepción: se ha convertido en un espacio para compartir ideas, abrir relaciones de colaboración con otros diseñadores. Ahora mismo puedo entrar en contacto con un diseñador finlandés, revisar su trabajo, compartir experiencias y colaborar mutuamente. Sucede y es una realidad.

Se avecina un proceso electoral en nuestro país, ¿qué rol jugará el cartel en estas elecciones?
El diseñador debe asumir un papel responsable y ético con respecto a los mensajes que produce. Los candidatos deben entender la congruencia como ingrediente principal para la credibilidad de su discurso (lo que pienso, lo que hago y lo que digo). El candidato, desde hace tiempo, se asume como un producto. Ahora parecen más importantes los dientes emblanquecidos que la trayectoria, los peinados intactos que las propuestas, los años disimulados que la misma ética.

Primera persona
Moisés Romero Vargas es egresado del CUAAD y director editorial del CUCS. Ganó el concurso de carteles promovido por Poster for Tomorrow. Su trabajo forma parte de colecciones de 10 prestigiosos museos de diseño y cartel alrededor del mundo.

Artículo anteriorSergio Vicencio Carrión
Artículo siguiente¿Qué ha cambiado? II