María Guzmán Flores

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Hasta cuarto de primaria conservó un lugar en la fila de los burros, porque no se sabía las tablas de multiplicar “cantaditas”, como los maestros de antaño exigían que los niños las aprendieran. Ella resolvía los problemas de matemáticas, no sabe de qué manera, pero lo hacía, y ayudaba a sus cinco hermanos menores a elaborar sus tareas. Así le nació el gusto por la asignatura que imparte desde 1978 y que tantas satisfacciones le ha traído, entre éstas, la de ser delegada desde 1987 de la Olimpiada mexicana de matemáticas.

¿Cuál es la mecánica de participación y los resultados de México en estos 23 años de competencia?
Se tiene registro del concurso, realizado cada año, desde 1995. A partir de entonces hemos quedado en 10 ocasiones en primer lugar. Aunque siempre estamos entre los primeros, a veces hemos bajado, pero por los cambios de ciclo, porque acuden chicos nuevos y no les va tan bien. Nunca salimos de los 10 primeros lugares.
¿Cómo eligen a los estudiantes que competirán?
En las primeras versiones del concurso estatal se hacía una convocatoria abierta para los chavos que quisieran participar, pero teníamos muchos problemas, porque había maestros que daban “puntitos” a los que quisieran ir al examen. Para nosotros era costoso prepararlos, porque las escuelas no se comprometían a ello. A partir de cierto momento decidimos que cada escuela integrará un equipo de seis competidores, y así permanece; además, en la convocatoria se pide que cada escuela (pública o privada) lleve su equipo y se comprometa a prepararlo.

¿Qué pasa con los chicos que terminan sus participaciones?
Algunos de los que permanecen en Guadalajara nos ayudan a preparar más chicos, pero la mayoría se va. La Universidad de Guanajuato tiene una escuela de matemáticas que está en convenio con el Centro de Investigaciones de Matemáticas, y los chicos que van a la olimpiada son invitados para conocer la carrera y les ofrecen becas, así que muchos de nuestros jóvenes se quedan allá o entran en la UNAM.
¿Jalisco exporta genios?
Sí, difícilmente regresan: se quedan en esas universidades, porque les ofrecen continuar sus posgrados en otros países. De la olimpiada y de CUCEI han egresado chicos brillantes, pero nos falta contar con más bases para retenerlos. Sería interesante buscar mecanismos que nos ayuden para mantenerlos aquí, tal vez ofreciendo apoyos, tanto académicos como económicos.

¿Cuál es su mayor satisfacción en el camino que ha seguido?
Observarlos resolver problemas que a veces uno, como maestro, se complica, porque rápidamente estamos pensando en las fórmulas o teorías que vamos a utilizar. Ellos los resuelven con una frescura que impacta. Ese ha sido un aliciente, cuando a veces por cansancio y por lo extenuante que resulta buscar patrocinios y apoyos para la competencia, me ha pasado por la mente dejar de trabajar. Pero el ánimo que ellos tienen y su necesidad de conocimiento, me impulsan a seguir adelante.

¿Qué es lo más difícil de enseñar matemáticas?
Creo que el miedo. Lo primero que siempre encuentro es una gran resistencia. Muchos chicos se meten a carreras en las que creen que no se van a topar con las matemáticas y no es así. Por ejemplo, cuando daba clases a los de la carrera de estudios internacionales, me decían que venían huyendo de las matemáticas. Les contestaba que también ellos iban a tener que hacer presupuestos, proyectos y que las requerirían para la recolección e interpretación de datos. Así que mi tarea, al principio del curso, era hacerla de psicóloga.

¿De dónde vienen esas fobias que muchos estudiantes tienen?
Me di cuenta que como maestros cometemos muchos errores en nuestra manera de trabajar, y en algunos casos provocamos esas fobias. Muchos chicos son buenos para hacer cuentas en el supermercado y tienen mucha habilidad, pero en ocasiones en la escuela hacemos que las pierdan. En lugar de mejorar y entender cómo funcionan sus mecanismos, lo que hacemos es decirles “no, esa no es la matemática, porque se tiene que hacer con estas formulitas”, y no nos interesamos en sus métodos. Entonces tampoco los motivamos.

Primera persona:
María Guzmán Flores es maestra en el Departamento de Matemáticas, del CUCEI y delegada de la Olimpiada mexicana de matemáticas desde hace 23 años. Es parte fundamental para que Jalisco siempre ocupe los primeros lugares del concurso.

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