Marc Crosas

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El amor por el futbol lo trae en la sangre. Los recuerdos de su niñez siempre tienen al mismo protagonista: un balón. Nacido en el seno de una familia futbolera, Marc Crosas supo desde siempre que el sueño a cumplir era ser un jugador profesional, meta que conquistó al debutar a los 18 años con el equipo de sus amores, el Barcelona.

Desde entonces el futbol lo ha llenado de experiencias positivas, negativas, de crecimiento y lo ha llevado a conocer diferentes países y culturas.

Hoy, nacionalizado mexicano, enfrenta diversos retos bajo la filosofía de que todo depende de uno mismo, y porta con orgullo la camiseta de los Leones Negros, equipo con el que quiere escribir grandes historias.

Los primeros encuentros con la pelota

Siempre me recuerdo en fotos de pequeño con balones de futbol o relacionadas con él. Cada Navidad o cada que venían los Reyes Magos siempre esperaba algo vinculados con este deporte, los primeros recuerdos son jugando en la playa con mi papá, mi abuelo o en el jardín de casa, y hasta los seis años empecé a jugar en el equipo de mi pueblo.

Amor por el futbol

El gusto por el futbol es familiar, mi mamá también es una loca del futbol, lo llegó a jugar, fue entrenadora de un equipo femenil, no es que tuviera muchas opciones para escoger: me tocó jugar futbol porque sí. A los seis años empiezo en el equipo del pueblo con mis amigos de la escuela, a los 12 años se interesa por mí el Espanyol de Barcelona, me hacen unas pruebas y aunque siempre había sido aficionado del Barcelona, acepté la oportunidad; y a los dos meses llega el interés del Barça: fue una decisión difícil, porque con 12 años había dado mi palabra al Espanyol y sentía que estaba traicionando al entrenador. Mis padres decidieron que me fuera al Barcelona y estuve de los 12 a los 19 en la residencia para jugadores que eran de fuera de la ciudad, fui progresando escalón por escalón hasta que llegué a la edad juvenil con 17 años, empecé a jugar con el segundo equipo y a entrenar con el primero, con quien debuté a los 18 años.

 

El profesionalismo

Aparte de familia futbolera, mi familia es barcelonista de toda la vida, y cuando llego a la residencia venía al Camp Nou todos los días y mi sueño cada que pasaba por ahí era pisar esa cancha como jugador del primer equipo. Cumplí ese sueño, pero llegó un punto en el que tuve que ser lo suficientemente sensato, dejar atrás un sueño que ya había cumplido y tuve que seguir haciendo mi carrera en otro lugar. Fue una decisión difícil, pero la tuve que tomar, me fui seis meses a Francia, al Olympique de Lyon, esa fue realmente mi primer experiencia como jugador profesional. Ganamos la liga, la copa. Después me fui al Celtic de Glasgow, un club histórico que tiene una de las mejores aficiones del mundo, fueron tres años inolvidables, maduré en lo personal y después me fui un año a Rusia; al año siguiente se dio la opción de México y no lo pensé dos veces. Me vine a Santos, el primer torneo fue increíble porque fue llegar y salir campeón, no pudo ser un mejor comienzo para una nueva etapa, fueron dos años y medio intensos con momentos muy buenos, muy malos y al final necesitaba un cambio y se dio la oportunidad en Leones Negros; en lo personal y lo profesional creo que estoy viviendo el mejor momento de mi carrera.

 

El futbol mexicano

Me han tocado diferentes culturas, diferentes tipos de futbol, idiomas. El futbol mexicano me ha dejado un gran aprendizaje, sobre todo en el sentido de que las cosas son efímeras: aquí uno sale campeón un torneo y al mes siguiente empieza otro y nadie se acuerda que has sido campeón, tienes que refrendarlo día a día, la gente es exigente, muy crítica, no sirve de nada hacer dos partidos buenos y ganar si el siguiente lo pierdes. Tengo muy buena opinión del futbol y el futbolista mexicano, hay que apreciar un poco más lo nacional y no valorar lo exterior, yo sé que otras ligas venden mucho, pero no hay que desprestigiar el futbol de aquí, que es de mucho nivel.

 

La naturalización y la selección

El mayor logro de un futbolista es ser parte de una selección nacional, y sé que en lo profesional me ayuda mucho para seguir ejerciendo mi carrera en México, no ocupo plaza de extranjero y es más fácil que cualquier equipo cuente con mis servicios. Yo tengo raíces ya sembradas aquí, mi hijo es mexicano, mi familia es mexicana, lo que me ha dado en lo futbolístico y en lo personal este país es más de lo que me han dado muchos lugares, siento que tengo más raíces aquí que incluso en España, y si le sumas el conflicto que como catalán tengo con España, si me preguntas soy mexicano y soy catalán. Y quién no sueña con jugar con la selección, pero en lo que se centran mis pensamientos es en hacer bien las cosas aquí y salvar al equipo, y si llegara la oportunidad, encantado.

 

Leones Negros

Que después de 20 años sin tener el equipo en primera división la gente esté tan ilusionada e involucrada, ese sentimiento tan arraigado dice mucho de Leones Negros y lo que representa para la comunidad. Ante eso, el sentido de responsabilidad que yo tengo es que después de 20 años no sea un regreso efímero, sino que regresamos demostrando que nos queremos quedar muchos años más aquí. Cuando uno llega a una institución donde la gente exterioriza tanto su amor por el equipo, hace que uno se identifique mucho más, y yo soy una persona que siempre hago muy míos los colores que visto, y sin duda que hay instituciones que te lo hacen sentir más, y ésta es una de ellas, no sólo por ser un equipo de fútbol, sino por lo que representa la institución que tenemos atrás. Nos vamos a salvar del descenso, tenemos que hacer de Leones Negros un club importante en México y quiero formar parte de esta historia, no sólo decir que estuve en el equipo que se salvó, sino estar más años aquí y disfrutar la evolución del plantel.

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