Los endemoniados del teatro

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En 2008 y bajo la dirección artística de Luis de Tavira, el Instituto Nacional de Bellas Artes recupera la figura de la Compañía Nacional de Teatro. Aun antes de este renacimiento, distintas y calificadas voces cuestionaron directamente, tanto a Tavira y su visión artística, como a los directivos del INBA responsables de esta decisión. A tres años de existencia, la compañía ha conseguido, incluso por quienes le dieron el beneficio de la duda, una colección de críticas que no sólo señalan el grosero presupuesto –que en aras de ser nacional– absorbe, sino también a la oscuridad de su administración y a una cuestionable selección de dramaturgias.
¿Para qué nación es ese teatro?, ¿quiénes lo han visto?, ¿a qué o a quiénes representa?, ¿qué aporta al teatro de los estados?, son algunas de las preguntas que nos hacemos quienes hemos visto su trabajo.
A Guadalajara llegó apenas uno de sus montajes durante la pasada Muestra Nacional de Teatro, una obra de Chéjov rebautizada sabiamente por el público como “El jardín de los bostezos”.
No tan lejos del centro del país y como si las noticias viajaran en diligencia, parece que no terminamos de aprender y reaccionar ante los tropiezos y daños de un federalismo que otorga 20 millones de pesos a la Compañía Nacional y deja a Jalisco apenas un millón para una producción que no asegura un número determinado de funciones, menos la permanencia de un equipo ni la profesionalización de sus participantes, y que por lo tanto deja en duda la calidad de los montajes.
En febrero se abrió la convocatoria para la Compañía Estatal de Teatro 2011, que más que una compañía, lo que hace es beneficiar un proyecto escénico con recursos públicos, asunto que para muchos creadores resulta la única posibilidad de presentarse dignamente en escena.
El pasado 15 de abril se publicó el fallo del jurado formado por los tres miembros de la comisión de teatro del CECA: Yosi Lugo, Efraín Franco y David Zumaya; un representante de la comunidad independiente, en este caso Teatristas Unidos de Jalisco: Gabriel Gutiérrez y Carlos Sánchez, quien está al frente de la Dirección de Actividades Culturales.
El dictamen señala como ganador al proyecto del director escénico Carlos Vázquez, Los endemoniados, obra del dramaturgo jalisciense Hugo Salcedo. Como siempre ocurre, una vez que se dio a conocer el resultado comenzaron a surgir opiniones encontradas respecto a la decisión. El también director y concursante en la convocatoria, Luis Aguilar “El Mosco”, cristalizó su inconformidad y la de algunos creadores más, en una carta –por todos conocida–, dirigida al secretario de Cultura de Jalisco (SC), el arquitecto Alejandro Cravioto. Éste casi de inmediato dio respuesta a la misiva, en la que dejó claro que el fallo del jurado es inapelable.
Más allá de los señalamientos de “El Mosco” y otros creadores de Jalisco, antes y después de este proceso siguen vigentes muchas preguntas, como: ¿Qué es la Compañía Estatal de Teatro?, ¿qué meta artística busca?, ¿para quiénes es el teatro que cada año produce bajo este esquema?, ¿a quiénes y de qué modo beneficia?, ¿cuál es la apuesta cultural de esta estrategia de producción?

El jurado
Para Efraín Franco una de las fortalezas del proyecto ganador es la dramaturgia elegida: “Se trata de la obra de un gran autor jalisciense. Cuando montemos nuestras obras, cuando sean parte de nuestro repertorio, llegarán a ser clásicos. Crearemos un teatro que hable de nuestra circunstancia. Si queremos un teatro jalisciense o mexicano, debemos privilegiar e impulsar en primer término lo nuestro, los valores dramatúrgicos y crear una poética y estética propias”.

El elegido
Carlos Vázquez, quien cuenta con más de 20 años de trabajo en la dirección escénica, señaló que participar en la convocatoria de la SC no fue una decisión fácil. “En otras ocasiones no me llamaba la atención ver el canibalismo entre nosotros y había declarado que me abstenía de entrar a estos concursos para estar al margen del torbellino de descalificaciones. Pero mi formación profesional y experiencia me permiten ver el nivel de mi teatro en festivales internacionales, así que decidí asumir el reto. Es la primera vez que cuento con un presupuesto decoroso. Los endemoniados es una obra sobre la conquista del occidente de México, la imposición de la fuerza española ante los chichimecas. La resistencia chichimeca genera un cambio en el pensamiento y actitudes de Nuño de Guzmán, similar a lo que vivió Cabeza de Vaca, quien se va culturizando de acuerdo a los americanos. Es sobre el violento encuentro entre estos pueblos y el imperdonable abuso de poder. El texto da pauta no sólo a pensar en la conquista, sino en los atropellos del imperialismo y neoliberalismo. Ese es su vínculo con el presente. No es solamente una obra histórica.”

¿Y el teatro?
Las artes escénicas en Jalisco atraviesan una severa crisis producto de políticas culturales que repiten un fallido esquema centralista, basado en una miope visión trienal o sexenal. El conflicto de ningún modo debe centrarse entre los creadores. Esa distracción ha abonado a la sordera de las autoridades y al retraso de la solución. La confrontación no debe ser entre quienes buscan lo mismo: recursos y espacios que les permitan definir su voz creativa, profesionalizar su quehacer y con ello la producción y difusión de la cultura. A la par de exigir que las autoridades operen de acuerdo a los procesos creativos de los artistas escénicos, éstos han de preocuparse por generar y mantenerse en comunidad.
En julio tendrá verificativo un foro sobre artes escénicas, coordinado por Arturo Camacho, titular del CECA, a quien Carlos Sánchez solicitara de manera expresa, sirviera de vínculo con la comunidad artística. De ambos lados preparan propuestas. Esperemos que la madurez e inteligencia reinen, para que el público no tarde en aplaudir los resultados en las salas.

Calígula como proyecto
“Mi inconformidad no es con el proyecto elegido ni con su responsable, sino con los procesos de selección, que en este caso considero hubo un claro favoritismo. Señalarlo, para mí, es una cuestión de dignidad. A las instituciones y concretamente a la Secretaría de Cultura le hace falta conocer qué y quiénes somos los artistas de la escena, cómo hacemos las cosas. Este desconocimiento se refleja en el tipo de convocatorias que lanzan. No es la primera vez que hay quejas. Todas las versiones de convocatoria han tenido siempre algo discutible. Incluso la que lanzaron hace un año cuando me invitaron a ser jurado. El asunto es que la convocatoria no está engarzada a ninguna política cultural, es demasiado abierta. ¿Qué pretende la SC o el gobierno del estado con una compañía? No lo sabemos”.
”Ahora oriento mi inconformidad en el foro abierto de artistas escénicos que tiene su sede en La Casa de Al Teatro en Bici y que afortunadamente ha tenido una buena respuesta, pues se ha unido también la comunidad dancística. En este momento mi postura no tiene que ver con un proyecto que ya es un hecho, aunque hay argumentos para debatirlo. Creo que lo que se está gestando es más importante. Buscamos cambios de fondo, particularmente en las direcciones de teatro y danza en relación a la vida y el quehacer de los artistas escénicos. Queremos respuestas a los problemas que enfrentamos cuando buscamos una coproducción, cuando nos acercamos a los espacios y a los administradores y técnicos de esos lugares, a sus recursos materiales, a las programaciones de los teatros, a los criterios de selección para abrir temporadas”.

El Emperador
“El proyecto con el que concursé es Calígula. Estamos ensayando desde enero. Es una apuesta muy ambiciosa en términos estéticos y de producción. El montaje lo gestiona Manuel Medina. Yo voy como director de escena. El proyecto entero cuesta casi cuatro millones. Lo metimos a concurso sin esperar los cuatro millones, sino el capital semilla, que es un millón, para atraer el resto. El trabajo de Manuel sigue adelante. Está buscando el total del recurso. El proyecto continúa y es completamente tapatío. Por ello queremos que se quede aquí y estrenar la obra en el Degollado”.

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