Ley Católica en un estado laico

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080216 ciudad y region fotos de la marcha por la vida en contra del aborto convocada por el cardenal juan sandoval, hasta la catedral de GDL, en el centro de la ciudad. foto giorgio viera.

Se decían “la voz de los sin voz”, sin embargo, la llamada marcha antiaborto fue una especie de peregrinación convocada por sólo un segmento de la sociedad. Eran católicos encabezados por el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval íñiguez, junto con algunas organizaciones como la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) y Mexicanos por la vida.
El objetivo, según la presidenta estatal de la UNPF, Consuelo Mendoza, consistió en “reconocer en Jalisco el derecho a la vida desde la concepción” y “pedir a la Suprema Corte de Justicia que determine inconstitucional la ley que permite el aborto en el Distrito Federal”.
La marcha fue un movimiento simultáneo en cinco ciudades más, incluyendo el Distrito Federal. En Guadalajara concluyó con una misa en la catedral, oficiada por Juan Sandoval.

Paroxismo por la vida
La euforia predominaba, como si el objetivo de la marcha fuera aplaudir, gritar o besarle la mano al cardenal. “Yo soy la voz del que no tiene voz”, exclamaba una mujer tras un micrófono mientras desgarraba sus cuerdas bucales… las últimas palabras apenas y salían de sus labios, su garganta ya se escuchaba dañada, pero ella continuaba, como si por cada grito emitido cambiara la conciencia de quienes no coinciden con su pensamiento.
“Ahora una ola”, organizaba un fraile. Abundaban los niños; tal vez ni siquiera tengan claro qué es un aborto, mucho menos edad para adoptar una postura, no obstante ahí estaban. Cada organización que integraba el tumulto reía, cantaba y emitía decenas de porras “a favor de la vida”. Todas creativas, algunas graciosas.
La gente se aglutinó en la catedral. La manifestación tomó un giro distinto cuando arribó sostenida por tres pares de brazos la imagen que representa a la virgen de Zapopan. En ese momento la euforia estalló, “viva la virgen” gritaban los presentes, y la manifestación se parecía más a la romería que a la “marcha por la vida”.
Algunos lograron entrar al templo, otros presenciaron la misa desde las pantallas gigantes y el sonido que se colocó sobre la avenida 16 de Septiembre. Poco después de las seis de la tarde llegó el cardenal, quien a pesar de ser el organizador, marchó solamente las dos cuadras que había entre su vehículo y el recinto religioso.
No faltó espacio para el lucro. Además de las playeras blancas que se vendían con la leyenda “Sí a la vida”, durante la etapa de la misa que se destina especialmente para pedir limosna, diez personas equipadas con una especie de canastilla negra, salieron de la catedral a pedir dinero a los transeúntes y a las personas que escuchaban desde afuera el discurso del cardenal, quien decía, entre otras cosas, que “no somos dueños de nuestra propia vida, porque el dueño es Dios”, o que los que no coinciden con su postura “están atentando contra la nación”.
Fue una marcha “de interés católico social, sin ningún tinte político”, aseguró la dirigente jalisciense de la UNPF. Sin embargo fueron especialmente invitados algunos funcionarios panistas, de los cuales asistieron el director del OCOIT, Diego Monraz; la contralora del Estado, María del Carmen Mendoza; la presidenta del DIF estatal y esposa del gobernador, Imelda Guzmán; el secretario particular del gobernador, Antonio Gloria y el secretario de desarrollo humano, Martín Hernández Balderas.
El investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, Víctor Ramos Cortés, quien es especialista en religión y política, respecto a la presencia de funcionarios públicos en una marcha organizada por católicos, menciona que a pesar de que no se comete una falta administrativa, “deben abstenerse de promover sus convicciones religiosas para respetar el debate público… no tienen horas de trabajo, por lo que la gente los identifica como funcionarios”.

Objetivos perversos
Comenta el investigador sobre los posibles intereses de un funcionario público en una marcha de tal naturaleza: “Tenemos un uso de los símbolos religiosos manipulado por parte de los gobernantes… lo que hace de alguna manera que haya una relación relativamente perversa entre el funcionario que cree que al asistir a estas manifestaciones va a ganar votos o legitimidad, y algunos ciudadanos creen que en verdad son buenos gobernantes, pero la gente más crítica dice que son gobiernos perversos”.
Tanto de Diego Monraz, como de Martín Hernández Balderas, se presume extraoficialmente que buscarán la candidatura a la alcaldía zapopana, por lo que de acuerdo con el comentario del profesor Víctor Ramos, pudo haber sido la “marcha por la vida” una oportunidad de proselitismo para ambos.
Por su parte, el rector del Centro Universitario de Lagos de Moreno y columnista radiofónico, Roberto Castelán, calificó lo ocurrido durante la marcha como “actos que amenazan el espíritu del Estado laico, porque no fue un acto en contra de alguna acción tomada por el gobierno; en este caso, como el gobierno está a favor, este tipo de actos van en contra de las garantías individuales”.

Los señalamientos
Lo grave de la situación, según el profesor Víctor Ramos, es que ni siquiera hay apertura para discutir el tema: “Mientras el debate siga, de un lado acusando a quienes están a favor de la maternidad voluntaria de asesinos y el lado contrario siga incriminando a quienes están en contra del aborto de estúpidos, pues no vamos a llegar a ningún lugar”.
La cerrazón que comenta el profesor Ramos, se evidencia con las declaraciones de la presidenta de la UNPF: “no se puede discutir lo indiscutible… el aborto es algo brutal, es un asesinato”.

El Congreso
Respecto a la viabilidad de la iniciativa, se perciben escasos resultados. Ni siquiera la bancada panista, que es la más identificada con dicha postura, considera que proceda. Jorge Salinas, coordinador de los diputados panista smanifiesta su inconformidad porque “implicaría que las mujeres que sean violadas o en un embarazo de alto riesgo, no se puedan practicar un aborto”, por lo que no está de acuerdo en que proceda.
Tomando en cuenta las opiniones de los legisladores y los argumentos de ambos grupos, concluyó el investigador Ramos tocante a la marcha, que “no sirvió para nada”, calificándola además de mera publicidad de una postura y de un grupo religioso, lo que no corresponde a la opinión de la ciudadanía.

El conflicto

A pesar de las manifestaciones, lo único claro entre las personas que se muestran “a favor de la vida” y quienes están a favor de la “maternidad voluntaria”, es que no han llegado a un acuerdo.
Entre los argumentos que subrayan las personas en contra del aborto, destaca el que éste “es un asesinato”, mientras que la contraparte muestra su preocupación por la cantidad de abortos clandestinos que se practican en el país, y que ponen en riesgo la vida de la madre y del producto.
Al respecto comenta el profesor Víctor Ramos que “Aquellos que dicen garantizar la vida desde la concepción, olvidan que con esa legislación están matando a miles de mujeres… la mujer que aborta trae una pena y un dolor muy grandes, y a pesar de ello se le castiga con la cárcel, ¿esa es una actitud cristiana de misericordia?” comenta el profesor en relación a la postura católica.
Los católicos argumentan que se puede evitar la muerte de las mujeres víctimas de un aborto mal practicado, con la prevención del embarazo; sin embargo la contraparte objeta que no es posible, pues aún así los abortos se practican. Tal y como lo arguye la periodista Silvana Patemostro en su libro En la tierra de dios y del hombre: “Nada detendrá a una mujer desesperada por poner fin a un embarazo no deseado: ni la ley, ni su padre, ni su esposo, ni su dios”.
Jalisco es una muestra de que a pesar de que la ley y la religión católica prohíben el aborto, hay mujeres que recurren a dicha práctica de manera clandestina y muchas veces insalubre. Estadísticas del Hospital Civil de Guadalajara, proporcionadas por el doctor Sergio Fajardo, quien es jefe de la división de gineco-obstetricia, señalan que de las mujeres que llegan en condiciones graves de salud por haberse practicado un aborto, un 24 por ciento arriba al lugar con hemorragia, lo cual para algunas es causa de muerte; un 16 por ciento padece de complicaciones anestésicas; un 17 por ciento llega con una infección; y el resto queda propensa a perder su capacidad reproductiva a causa de la perforación o mutilación del útero.
Debido a la clandestinidad de estas prácticas, no existen cifras precisas sobre la cantidad de abortos practicados en la entidad, sin embargo el Consejo Nacional de Población estima que en el país se realizan anualmente un promedio de 150 mil abortos clandestinos.

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