Leo Guzman Anaya

1526

Estudió la maestría en economía en la Universidad Internacional de Tokio, Japón, donde permaneció por dos años gracias a una beca que consiguió con ayuda de la Universidad de Guadalajara, tras ser egresado, con calificaciones de excelencia de la carrera de negocios internacionales del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas. Ahora regresa y tiene la mira puesta en un doctorado en ciencias económico administrativas del CUCEA.
Es hijo de dos investigadores de la UdeG. Su padre labora en el Centro Universitario de la Costa y su mamá en el de los Altos. Uno de sus hermanos es diseñador gráfico en el CUCBA y su hermana menor está a punto de graduarse en medicina, también de la máxima casa de estudios de Jalisco.Â
Cuando era niño, Leo se interesó en la cultura japonesa porque desde su punto de vista, Japón es el país más importante de Asia y el más desarrollado en todo ese continente. Otro aspecto que lo atrajo es que no hay muchos mexicanos especializados en esa área (economía) y por eso decidió buscar su propia oportunidad.

¿Cómo decides que Japón puede ser una opción para ti y cómo fueron los trámites?
Creo que es un país muy estratégico para México. Yo  busqué universidades, planes de estudio, hice los trámites para ser aceptado y luego busqué el trámite de mi beca en la Universidad de Guadalajara y me la dieron. Entre los requisitos me exigieron buen dominio de inglés, promedio por arriba de 80 y ser egresado de la UdeG. Dentro del trámite en Japón me pidieron que entregara un proyecto que les interesara.

¿Fue difícil el cambio de cultura, de ciudad, de amigos, cómo se logró la adaptación?
Yo me fui con mi esposa y así todo fue más fácil. Nos fuimos como a la aventura, vivíamos en Kawagoe, un lugar que está pegado a Tokio, en unos departamentos muy pequeños de la universidad; miden como 35 metros cuadrados y apenas cuentan con un cuarto y un baño muy reducido, pero son baratos.
Al principio fue un poco difícil pero tengo un buen amigo allá y su familia nos ayudó muchísimo; nos consiguieron departamento, nos ayudaron con los traslados y muchas cosas. No nos dejaron solos. Mi esposa (María Guadalupe, quien estudiaba con él en CUCEA) estuvo aprendiendo japonés y participábamos en eventos culturales de la misma región, la verdad es que estuvimos muy a gusto.

¿Cómo es la gente?
Es un poco acelerada, nadie se detiene para nada. Los japoneses son muy cerrados en sus círculos y nosotros hicimos amigos que nos ayudaron a desenvolvernos mejor. Lo que más me llamó la atención es el respeto que hay entre la sociedad. Por ejemplo, en los dos años solamente una vez escuché un claxon de carro. La gente hace cosas que generalmente son muy insignificantes, pero a mí me sorprendieron mucho.

¿Qué podría México retomar de esa cultura o de esa forma de vida?
Yo creo que el orden. Son alrededor de 125 millones de personas que viven en un espacio que es como la tercera parte de México y todo está muy ordenado. Creo que es la forma en que pueden subsistir, es un país muy poblado. Son este tipo de cosas que podemos aprender de una cultura que se ha desarrollado y ahora es de las mejores del mundo. Sería muy interesante que pudiéramos tomar ese tipo de cosas que son sencillas pero que a nuestro país le vendrían muy bien.Â

Aquí en Jalisco, ¿qué sigue para ti?
Hace dos meses que regresamos y lo primero fue llevar mi título, tesis y otros documentos a la Universidad, ya que tengo la obligación de trabajar al menos dos años para ella por el tiempo que estuve becado. Ahora estoy haciendo los trámites y viendo las opciones de trabajo, también para incorporarme al CUCEA porque quiero hacer mi doctorado en ciencias económico administrativas. Me interesa seguir y me gustaría dedicarme a la investigación. La doctora Melba Falck, que trabaja en el CUCSH, tiene un Centro de Estudios Asia-Pacífico y me gustaría muchísimo estar con ella y desarrollar mis investigaciones.

Primera persona

Leo Guzmán Anaya fue por dos años consecutivos el mejor estudiante de la maestría en economía en la Universidad Internacional de Tokio, Japón, por lo que obtuvo sendos reconocimientos. Ahora está de regreso en Jalisco y a la par que trabajará para la Universidad de Guadalajara, pretende hacer un doctorado en el CUCEA.

Artículo anterior30 Aniversario del SUTUdeG
Artículo siguienteQue no viaje solo (V)