Las enseñanzas de Kurosawa

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En 1950 un hombre conmovía al mundo occidental con una película. Los jueces, críticos y el público en general que se encontraban sentados en una de las salas del Festival Internacional de Cine de Venecia, quedaron impactados con lo que acababan de ver, se trataba de Rashomon del director japonés de 40 años de edad llamado Akira Kurosawa. Por primera vez alguien se atrevía a salir del esquema tradicional en el momento de contar una historia y lo hacía de manera magistral contando “lo mismo”, desde cuatro puntos de vista distintos: En el bosque ocurre un asesinato, un ladrón ha dado muerte a un señor feudal y ha violado a la esposa de éste. Cuatro personajes discuten sobe el juicio que deberá cumplir el asesino. Los incidentes son narrados desde el punto de vista del mismo ladrón, la mujer violada, el asesinado con ayuda de un médium y un leñador, único testigo del asesinato. En su momento fue tan importante esta narrativa fragmentada, que hoy en día en las escuelas de cine se le conoce como el “efecto Rashomon”.
Fue así, con Rashomon (ganadora del León de Oro, máximo galardón del Festival de Venecia) como se dio a conocer internacionalmente el director Akira Kurosawa, llamado hoy en día “El emperador del cine”, debido a su extensa trayectoria fílmica y a sus valiosas aportaciones al séptimo arte.
Kurosawa, uno de los grandes maestros del cine de todos los tiempos, tendrá mayor presencia este año en las salas cinematográficas de todo el mundo, ya que este 2010 se conmemora el centenario de su nacimiento, ocurrido en Tokio una mañana del mes de marzo de 1910.

Director prodigio
El ingenio y la creatividad de Kurosawa en el momento de contar historias con imágenes en movimiento, se dio desde muy temprana edad. Antes de Rashomon escribió varios guiones y realizó nueve películas, entre las que destacan principalmente dos: El íngel borracho (1948) y El perro rabioso (1949). En la primera, un médico alcohólico se enfrenta a un gángster tuberculoso. Mientras que en la segunda, se acerca más a un thriller policíaco. En la cinta muestra una mirada neorrealista del Tokio de las posguerra. Pero lo más sobresaliente del director japonés fue quizá su experimentación en la técnica de la narrativa audiovisual. Se daba el gusto de utilizar varias cámaras a la vez para filmar la misma escena desde varios ángulos. También era un apasionado del uso del teleobjetivo, le gustaba el efecto de aplanar el encuadre. Estaba convencido de que mientras más lejos estuvieran las cámaras de los actores, mejores interpretaciones se lograrían. Kurosawa era un perfeccionista, casi un obsesivo, podía durar horas filmando el mismo plano. Le daba mucha importancia a todo lo visual: los efectos especiales, el vestuario, la escenografía, a toda la puesta en cuadro. Se dice que les entregaba el vestuario a sus actores días antes para que lo usaran diariamente y no se sintieran ajenos a éste, para que establecieran un “vínculo” con lo que usaban.

Influencia mundial
Kurosawa sigue siendo uno de los directores más importantes del séptimo arte a escala mundial. Aunque llegó a ser considerado “muy occidental” por la misma crítica japonesa, siempre estuvo influenciado por la cultura de su país y se sintió atraído por el teatro Kabuki y Noh, así como por las artes marciales y los samuráis. Recordemos que viene de una familia donde algunos de sus antepasados fueron guerreros. No por nada, al igual que Rashomon, Los siete samuráis (1954) es una de las películas más importantes en su filmografía. Inspiradora de varios remakes en el cine occidental, Los siete samuráis es la historia de unos campesinos, que cansados de ser asediados por una banda de ladrones, deciden contratar a siete samuráis para que les defiendan. La cinta ganó el León de Plata del Festival de Venecia y tiene gran influencia del director John Ford. La película se desarrolla en un Japón medieval con grandes similitudes al lejano oeste, que la hacen parecer un western. Se hicieron varias versiones de Los siete samuráis en distintos géneros, además del western se realizaron remakes en ciencia ficción y en artes marciales. Una de las versiones más conocidas es la de Los siete magníficos(1960), dirigida por John Sturges.
Varios directores contemporáneos han reconocido la influencia de Kurosawa en algunas de sus obras, como el realizador George Lucas. La fortaleza escondida (1958) del director nipón, es una clara influencia para los episodios IV (Una nueva esperanza) y VI (El regreso del Jedi) de la saga de La Guerra de las Galaxias.

Homenajes
Con motivo del centenario del nacimiento de Kurosawa, varios festivales de cine realizarán este año algún tipo de homenaje o retrospectiva en su memoria. Sin embargo, hay otros que se adelantaron como el Festival Internacional de Cine de Venecia que no se pudo aguantar hasta el 2010 y que el pasado mes de septiembre, en su edición 66, le rindió un homenaje que abarcó la proyección de varias de sus películas, hasta un debate sobre la vida y obra del director oriental. Uno de los festivales que dedicará parte de su programa al realizador de Japón, es el XI Festival Internacional de Cine de las Palmas de Gran Canaria que se celebra del 12 al 30 de marzo próximo. Éste dedicará un ciclo al cine del director, además de una singular exposición en el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) que incluye los dibujos, retratos, acuarelas y bocetos realizados por Kurosawa, quien antes de dedicarse al cine se interesó por la pintura y la literatura.
Hasta el momento, el Festival Internacional de Cine de Guadalajara no ha dado a conocer si llevará a cabo algún tipo de homenaje o reconocimiento al realizador japonés en su próxima edición 25, a celebrarse del 12 al 19 de marzo. Sin embargo, se espera que este año, en todo el mundo, se vea mucho cine de Kurosawa.

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