La “Universa revelada”, de Sofía Echeverri, en el MUSA

La artista tapatía aborda una crítica del patriarcado a partir de rituales indígenas, en tres proyectos resultantes del programa “Artista en residencia”

1585
Foto: Gustavo Alfonzo

¿Cómo sería el presente si el pasado prehispánico femenino se hubiera leído como si se hubiera tratado de varones?

Mientras que los antropólogos y arqueólogos han nombrado a figuras prehispánicas masculinas con títulos como “gobernante”, “chamán”, “guerrero”, a las femeninas sólo se les bautiza como “mujer sentada”, “mujer de pie”.

Ese hecho motivó a la artista plástica tapatía Sofía Echeverri a transmutar esa memoria histórica a lo femenino en la muestra Universa revelada, que estará expuesta del 15 de julio al 29 de agosto en el Museo de las Artes (MUSA) y que es resultado del programa “Artista en residencia” del mismo recinto universitario.

Foto: Gustavo Alfonzo

La exposición incluye 33 piezas, entre pinturas, dibujos e instalación, como parte de una investigación antropológica y otra arqueológica sobre ritos de pueblos originarios mexicanos; en especial de los del Occidente del país: Michoacán, Jalisco y Nayarit.

“Es una invitación a reflexionar sobre la historia que nos han contado de la imagen de la mujer y ciertos cuestionamientos sobre ausencias y omisiones durante todos estos siglos”, compartió la creadora.

Pedir la lluvia

Foto: Gustavo Alfonzo

Universa revelada está compuesta de tres proyectos que abarcan distintos espacios de la planta alta del MUSA: Pedir la lluvia, en la que se muestran dibujos, máscaras rituales y pinturas donde protagonistas mujeres son ahora las que comandan los rituales para pedir abundancia.

Ahí, wixárikas, tastoanas, tlahuilas y más están plasmadas en paisajes monocromáticos donde notables trazos de color irrumpen; algunas de esas obras son Tastoana en Chapala frente a la barranca de Huentitán o Traductora huichola con sobrero de machetes.

“A la hora de hacer la investigación me doy cuenta de que los varones son quienes tienen el poder y el derecho de portar una máscara, de ingerir sustancias que les alteran el sistema central de forma sagrada y de bailar libremente para pedir la lluvia”, dijo Echeverri.

“Y las mujeres, mientras tanto, siguen sus labores domésticas y de cuidado. Entonces, mi cuestionamiento es cuándo es el tiempo para hacer catarsis, para jugar y tener total libertad y goce”, detalló la creadora.

Arqueología secreta

Foto: Gustavo Alfonzo

Otra sección de la muestra es la de Arqueología secreta, donde se cuestiona sobre el hecho de que las cerámicas prehispánicas de mujeres se les identifica por su sexo y no por su oficio.

Aquí, varias pinturas fueron intervenidas en el sitio con la intención de “extenderlas” más allá del cuadro mediante figuras geométricas que buscan eliminar la etiqueta de “figura femenina”, que vuelve anónimas a las mujeres.

Sofía Echeverri indicó que dicha residencia artística en el MUSA consistió en tener al público visitante del museo como espectador en el proceso de creación, pues una de las salas se convirtió en su taller.

“Al mismo tiempo se convive con ellos; fue muy interesante, pues sí hubo hallazgos. La gente retroalimenta acerca de los señalamientos que tengo, sobre todo de Arqueología secreta, donde a las figuras arqueológicas femeninas les asigné profesiones y oficios”, refirió.

Señoras del saber

Foto: Gustavo Alfonzo

Por último está Señoras del saberuna instalación al interior de una sala oscura donde 10 figuras totémicas (creadas con pedazos de ropa, cerámicas, plumas y más) se congregan en semicírculo para representar el promedio de 10 feminicidios diarios que ocurren en México.

Al interior se escuchan 10 voces de mujeres que entonan consignas feministas de la colectiva chilena “Lastesis”, leídas en 10 lenguas originarias de México (náhuatl, tlapaneco, mazateco, chinanteco, zapoteco, mixteco, mixe, tzeltal, tzotzil y maya).

“De ahí que la instalación invoque, como canto sagrado, el fin de la estructura actual del crimen e intimidación contra las mujeres”, detalla Zyanya Mariana en el texto curatorial.

Sofía Echeverri añadió que presentar su obra en el MUSA es un logro personal, al ser el museo de su Alma mater; pues ella es egresada de Artes Visuales de la UdeG.

El coordinador de Exposiciones, Vinculación y Desarrollo de Proyectos del MUSA, Moisés Schiaffino, recalcó que esta muestra es resultado del apoyo del Legado Grodman, coordinado por la University of Guadalajara USA y que toda persona podrá visitarla con las respectivas medidas sanitarias.

Artículo anteriorExperimentan jóvenes universitarios frustración y hartazgo a 15 meses de la pandemia
Artículo siguienteCulminan cursos 439 estudiantes del Sistema Universitario del Adulto Mayor