La última cuadra de Fray Antonio

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En las bancas del jardín del albergue “Fray Antonio Alcalde”, por unos instantes, las penas se disuelven. El fresno y el guamúchil hacen olvidar el sonido de las máquinas de oxigeno y los respiradores. Los familiares con enfermos en el Hospital Civil de Guadalajara o los mismos enfermos, encuentran lo que el doctor Héctor Gómez Vidrio resumió como “un oasis en medio de tanto dolor”.
Tras las puertas del número 576 de la avenida Alcalde está el albergue. Sus paredes están llenas de historia y simbolismos. Hace 300 años fray Antonio Alcalde diseñó las llamadas “cuadritas”, cuartos con camas e instalaciones para proporcionar comida a los familiares con algún enfermo en el entonces Hospital de San Miguel de Belén, hoy Antiguo Hospital Civil.
El complejo habitacional original tenía 158 casas. El tiempo las deterioró y hace nueve años fue rescatada y restaurada la última casa que sobrevivió al crecimiento urbano .
A ella no le gusta hablar mucho sobre lo que hace. Quiere ayudar, pero no ser la figura principal. La señora María Eugenia Casillas accede a contar la historia de cómo reabrió sus puertas este albergue: “Yo era voluntaria del Hospital Civil hace muchos años. Una vez que fui temprano me encontré con personas tiradas en la banqueta, a la entrada del hospital. Otros dormían en el parque que está enfrente. Al ver eso se me cimbraron las entrañas de dolor y pensé: ‘Esto es inhumano. Dios no quiere eso para sus hijos’ y fue cuando sentí ese llamado”.
Desde ese momento emprendió la búsqueda de un lugar para abrir un albergue. Entonces encontró la finca ubicada en Alcalde. Una antigua “cuadrita” de fray Antonio.
Este sitio es considerado una vivienda histórica del periodo virreinal. El Instituto Nacional de Antropología e Historia la cataloga como una “reliquia histórica”. Cada espacio fue restaurado con la supervisión del INAH, el apoyo del ayuntamiento de Guadalajara y la ayuda de bienhechores.
La refundadora, María Eugenia Casillas, invitó a los primeros huéspedes a quedarse en el albergue, una pareja con un bebé que dormían afuera del hospital. De la dura, fría y sucia banqueta pasaron estas personas a una cama con cobijas.
A la cocina la llaman “el lugar de los milagros”. Nunca falta comida. En cada oración los albergados concluyen sus rezos así: “Fray Antonio Alcalde, ruega por nosotros”.
“Las cuadritas” han hospedado desde su fundación en el año 2000, y hasta la fecha, a más de 200 mil personas. Este lugar es la realidad del sueño que el fraile tuvo cuando fundó el Hospital Civil: que sirviera “para la humanidad doliente”.

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