La política como espectáculo

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New York Senator Hillary Clinton (L) listens as Illinois Senator Barack Obama (R) makes a point during the CNN/YouTube Democratic Presidential Candidates Debate 23 July 2007 at the Citadel Military College in Charleston, South Carolina. The first CNN/YouTube debate is billed as a bid to ditch stale, staged showdowns for an edgy and risky leap into cyberspace. AFP PHOTO/Stan HONDA (Photo credit should read STAN HONDA/AFP/Getty Images) ORG XMIT: DEC048

En Estados Unidos la atmósfera banal domina en los contenidos de los medios de comunicación cuando tocan el tema de las elecciones. Cíclicamente acontece esto y su influencia es definitiva, pues el 99 por ciento de los electores tiene acceso a la televisión, y los espacios en diarios, internet y la radio están saturados de esta información.
Los resultados de un análisis sobre la cobertura mediática de las elecciones del 2000 marcan que los medios, a través de sus conductores, llevan el paso, pues éstos hablaron el 74 por ciento del tiempo, los candidatos el 12 por ciento y los comentarios del público abarcaron el siete por ciento, según información obtenida de la Oficina de Programas de Información Internacional, del Departamento de Estado de Estados Unidos.
La televisión es la reina de la información en Estados Unidos, concuerda el analista Jaime Preciado Coronado. “También allá el elector decide su voto a partir eminentemente de la información que obtiene por la televisión. Hay una cultura más amplia acerca de la consulta de la prensa escrita y no podemos tampoco minimizar el poder de los medios de alcance nacional ubicados en las principales ciudades de Estados Unidos”.
El investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, explica que el cartabón mediático no se ha modificado para las elecciones de Estados Unidos, pero desde su punto de vista aparece –para este 2008– una marcada insistencia sobre la mercadotecnia en torno a las candidaturas.
“Lo que destaca ahora son perfiles más definidos por la mercadotecnia electoral, en la que se enfatizan, dependiendo las regiones y los estados donde se llevan a cabo, los procesos preliminares, en los que destaca el carácter mulato de Obama o el evangélico de McCain y en ese sentido los medios están efectuando un papel funcional”.
Preciado Coronado insiste en que esta vez la mercadotecnia electoral se ha volcado de manera práctica y funcional, para subrayar las fortalezas de los candidatos en las condiciones particulares que ofrece cada estado y en echar abajo las simpatías que sus oponentes puedan mostrar en esas entidades. “La mercadotecnia electoral goza de cabal salud en el vecino país del norte”.
Hay una corriente crítica en la prensa de Estados Unidos, que mantiene una visión liberal, pero que utiliza un elemento común: la constante editorialización, asegura Preciado Coronado.
Este “reducido sector honesto” se ve coartado por el uso indiscriminado de la figura legal del cabildeo y que roza o abarca también a los propios medios de comunicación, “porque los políticos compran voluntades”.

Momentos impredecibles
La moneda está en el aire, afirma el analista José Manuel Fabila Márquez, entrevistado sobre el proceso electoral de Estados Unidos. “A diferencia de algunas elecciones anteriores, incluso muchas desde hace 40 años, en ésta no se puede predecir qué va a pasar. Uno de los datos más distintivos es que las encuestas y los medios han fallado”.
Fabila explica que no es que los sondeos sean malos. “No es que estén malhechos, sino que realmente la elección está en el aire, aunque para decir eso hay que separar los procesos de los demócratas y de los republicanos”.
El proceso electoral interno de la elección demócrata parece más claro para este universitario, pues la marcha de la candidata Hillary Clinton se ve consistente, de acuerdo a los reportes y debates de la televisión, los que pueden ser vistos en México. En tanto, el proceso republicano parece más complicado, por las disyuntivas sociales y económicas ligadas al gobierno republicano en turno, y que influyen en el proceso electoral.
“En el contexto americano, los medios de comunicación están actuando de manera tradicional, previsible. Privilegian mucho la apertura al debate, que todo mundo hable. Los encuentros no son como los de aquí, todos acartonados, con reglas de treinta segundos. Son debates de verdadera confrontación, y todo puede pasar”.
Precisa el académico, que medios como New York Times, ligados tradicionalmente a los demócratas, y otros conservadores ligados a los republicanos, “se ajustan a lo tradicional de la figura de debate, pero con matices propios”.

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