La cultura está desnuda

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Cancelan exposición. Frase corta y contundente que se lee en diferentes diarios de circulación nacional para exponer las “razones” por las que no será inaugurada una determinada muestra de arte. En algunos casos se observa la falta de planeación; en otros, asuntos diplomáticos que, al exponer la obra del artista, “afecta” las creencias políticas y religiosas de alguien. Un ejemplo fue la exposición del arte de México en Francia, para deleite de los parisinos en el museo de Lyon, como parte de los festejos del año 2011 dedicado a México en aquel país.
El gobierno mexicano decidió cancelar la exposición a consecuencia de que el presidente francés, Nicolás Sarkozy dijo que los eventos culturales se dedicarían a la ciudadana francesa Florence Cassez, encarcelada en México por el delito de secuestro. Este hecho propició que la muestra no fuera inaugurada, sin importar que a la exposición “México: las culturas antiguas de Veracruz” se le hubiese destinado un año de trabajo para el montaje, con valor de 20 millones de pesos, más otros 16 millones de pesos en los seguros y transporte de la obra. Estaba programada para febrero y permanecería hasta agosto de 2011. Lo que no sucedió. El gobierno francés anunció mediante un comunicado de prensa que se cancelaba por la tensión diplomática suscitada (Notimex).
En situación similar se canceló la exposición de Diego Rivera, que sería expuesta en la ciudad de Burdeos, enmarcada en los mismos festejos del año de México en Francia. Sin embargo, el argumento para cancelarla fue que las piezas no podían salir del país. Se llamaría “Diego Rivera, de México al París de los cubistas”, programada para marzo de este año.

Políticas culturales mochas
En Guadalajara también se cancelan exposiciones programadas y listas para ser apreciadas por el público. Tal es el caso de la reciente exhibición que pretendía ser inaugurada en mayo de este año, en la galería del Tren ligero, un espacio que destaca por la gran afluencia de personas que concentra, al ser un punto de partida y llegada todos los días en la estación Juárez.
Para mayo estaba programado inaugurar la exposición del artista Arturo Muñoz, quien declaró que la misma fue cancelada por censura, puesto que los argumentos fueron “morales” y no artísticos. “Es siniestro y retrógrada que se impongan estos criterios. Ni el Vaticano tiene criterios tan mochos”, dijo Muñoz (Público-Milenio).
Resulta indispensable comprender el contexto político cultural por el que se rige nuestro país, lo que nos permitirá conocer algunas de las “razones” por las que los funcionarios culturales actúan bajo un marco lógico del ideal que conlleva la cultura hegemónica. Ya lo mencionaba el doctor Néstor García Canclini al referirse al uso del espacio y ejercicio del poder, en el que los actores sociales participan del espacio cultural con un enfoque relativista, pero sin dejar de comprender que la política cultural oficial no se manifiesta de una sola forma, sino que presenta tendencias y que los individuos tienen que lidiar con aquello que se les ofrece o les es impuesto, para cambiar el rumbo de los significados.
Es menester de la ciencia política, del estudio de las formas y significado de las acciones y contextos sociales en que vivimos, para entender las decisiones de los funcionarios públicos. Hay que preguntarnos si la política cultural que rige nuestro país propicia el desarrollo del arte o la censura. Resulta pertinente evaluar las demandas sociales como parte de un análisis no paternalista, además de considerar el ejercicio del derecho a la cultura, la libertad de expresión y los deberes ciudadanos.

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