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El tema sobre políticas públicas en materia educativa continúa siendo prioridad en el desarrollo del país, tanto como la asignación de recursos económicos para el desempeño de las universidades públicas y el equipamiento de infraestructura, para que propicie el acceso a la oferta educativa, asignación que se trabaja desde la Cámara de Diputados, encabezada por el presidente de la Comisión de educación pública y servicios educativos, diputado José Trinidad Padilla López, quien se ha pronunciado a favor de la designación de un presupuesto acorde a las necesidades de las universidades.
También la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), a través de su director general, Rafael López Castañares, solicitó que destinen 9 mil 500 millones de pesos para el subsidio a universidades públicas, con el objetivo de lograr el crecimiento de la matrícula y de la infraestructura.
La distribución de los recursos, como la oferta académica, resulta sólo un principio en el eslabón de la educación, razón por la cual se considera la formación como una herramienta fundamental en la actividad educativa, mediante la creación de talleres, cursos y diplomados, tanto en línea como presenciales, mismos que tienen por objetivo formar y actualizar a los directivos, académicos y funcionarios mediante un espacio de aprendizaje sustentado en condiciones académicas, técnicas y didácticas necesarias para el desarrollo y fortalecimiento de las competencias necesarias.
La propia ANUIES ofrece un diplomado en línea, llamado “Formación de formadores de tutores”, que tiene por objetivo desarrollar un programa de formación a distancia para académicos competentes, de nivel licenciatura, que se asuman como gestores de procesos educativos innovadores, para fungir como formadores de tutores, dotados de capacidades en el dominio de los elementos teóricos, metodológicos y prácticos de la tutoría, y poseedores de una visión clara de su institución, para planear, diseñar y operar programas de formación de tutores, acordes con su respectivo modelo educativo.
De igual forma en el terreno cultural, la preocupación por la formación de públicos ha propiciado que se desarrollen cursos, talleres y diplomados en temas culturales, de forma paralela a la demanda de políticas culturales que doten a todas las disciplinas, manifestaciones culturales, e infraestructura, como parte del desarrollo de la oferta educativa y cultural del país. Por ejemplo, en el caso del teatro, se puede observar que existen subsidios para equipar salas, sostener ciertos gastos de preparación y producción de una obra, y si estos subsidios son pequeños, dependerá en gran medida del alcance que podría tener en la difusión de la obra, por lo que una dinámica de producción de espectáculos está pensada en muchos casos para que dure ocho o diez semanas en cartelera y después retirarse. Por lo que se puede suponer que están destinados para que cumplan con determinados públicos y después se disuelvan. Además, si agregamos que el público especializado en teatro guarda una relación entre obras, elencos y salas, donde todo tiende a la rotación, por los escasos apoyos económicos y falta de políticas culturales, éstos y otros factores generan escasez de públicos especializados en teatro y otras disciplinas.
Sin embargo, la promotora cultural independiente, Alejadra Tello, con experiencia en la gestión cultural y en el teatro independiente, propone que la formación de públicos puede darse a partir de proyectos como “La escuela del espectador”, el cual tiene la función de instruir y formar a públicos en teatro, por lo que se reúnen en las instalaciones del Centro de Capacitación Artística, para comentar las diferentes obras que se presentan en la ciudad, además de contar con la presencia de los artistas involucrados en el montaje, lo que propicia que los integrantes tengan la obligación de asistir a las puestas en escena y conocer más el trabajo de la comunidad teatral de Jalisco.
Por lo anterior se sugiere un profundo análisis del público teatral en relación al consumo cultural, así como a las propuestas estéticas y sin perder de vista que la formación de espectadores es lo que puede cambiar la situación que vive hoy el teatro independiente en relación a su público.
De igual forma, la tarea educativa será la de disminuir el rezago en la educación mediante políticas públicas que permitan acrecentar la oferta académica y mejorar la calidad en la formación cultural.

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