Estudios sobre periodismo

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100803 ciudad y region sesion ordianria de la comision para la conmemoracion de los festejos del bicentenario de la independencia nacional y centenario de la revolucion mexicana en la foto el gobernador emilio gonzalez marquez foto jorge alberto mendoza

El auge que ha venido tomando el periodismo en los últimos 25 años ha sido vertiginoso, hay nuevos medios y muchos reporteros que ya no solamente ofrecen su información en los diarios impresos, sino que los nuevos medios de comunicación —con el avance tecnológico—, han ido mucho más allá de lo esperado, rebasando cualquier expectativa.
No obstante, aquel viejo periodismo que no era de “masas”, el que hicieron John Reed, César Vallejo, Ernest Hemingway, Vicente Leñero, Julio Scherer, Carlos Monsiváis o José Joaquín Blanco (entre muchos otros), sigue siendo el que ofrece las pautas de una excelencia que no ha podido ser superada, pues en otros tiempos los periodistas sabían escribir, tenían un excelente olfato de la noticia e iban hasta los confines para traer al lector las novedades y las historias que habían ocurrido en la ciudad, en otros lugares del país y hasta lejanos destinos que eran, acaso, un mito en sus existencia de tan lejanos.
En la actualidad, y debido a las nuevas formas de informar ligadas a la tecnología, desde cualquier parte del mundo una persona puede convertirse, de la noche a la mañana, en un “informante” de una noticia y de una novedad desde el extranjero.
A medida que se han multiplicado los medios, el periodismo se ha vuelto más relativo, y ya cualquier acontecimiento se convierte en noticia. De allí la importancia pertinente de un libro que ha aparecido en los días recientes, bajo el nombre de Estudios sobre periodismo. Marcos de interpretación para el contexto mexicano, que edita la Universidad de Guadalajara y que fuera coordinado por María Elena Hernández Ramírez, y que reúne a distintos investigadores de los medios de comunicación.
El estudio que presenta este material resulta de fundamental importancia, pues conforme pasa el tiempo la vida diaria se plaga de muchas “noticias” y pocas noticias, y aquellos que ejercen este oficio y hasta lo estudian como una carrera universitaria, deben tener muy claro el propio contexto del periodismo que se realiza en nuestro país y el contexto de la vida política y cultural que guardan los medios y el propio Estado en relación a los medios.
Tiene razón Franí§ois Demers en su introducción, cuando advierte que en varios países “la comunicación se convierte, incluso por su omnipresencia, en la nueva ‘naturaleza’ que forma el ambiente de su vida diaria…”. La comunicación suplanta, de ahora en adelante —dice Demers—, no sólo la naturaleza “natural” sino también a la ciudad como ambiente artificial, esta última al diluir sus fronteras físicas y sus concentraciones urbanas.
“La comunicación pública —establece Demers— lejos de centrarse como ayer en la democracia política, estalla en numerosos sectores desarrollando facetas hasta ahora presentes pero descuidadas u ocultas a los ojos de los observadores”, pues “una gran parte de la actividad mediática y periodística se especializa, sin complejos y sin remordimiento, en contenidos comerciales o lúdicos” y las profesiones, los oficios, las carreras y los empleos “vinculados a la presencia en público se multiplican mucho más allá de los periodistas, relacionistas y publicistas de los medios de comunicación generalistas”.
“La industria de la puesta en público con fines de comercialización o de espectáculo —advierte el estudioso— se automatiza”, lo que ha hecho, suponemos, que el periodismo en general se vuelva una forma de mero comercio que ha olvidado al público lector, al que se debe, y al que debe servir e informar hasta lograr el encuentro social y cultural necesario.
Estudios sobre periodismo. Marcos de interpretación para el contexto mexicano, es un libro que ya era necesario, y si en adelante se realizan disertaciones que abunden sobre el tópico, podrá dar luces a quienes ejercen el oficio ante las tendencias de las empresas informativas.
Los cuatro trabajos reunidos en este libro son significativos y sustanciales, y los nombres de los convocados dan evidencia de esta necesidad de estudios sobre el tema. Andreas Schwarz, María Elena Hernández Ramírez, Rosalía Orozco Murillo y Salvador de León, son las voces que debaten en esta obra.

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