El Modelo de Equidad de Género

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Recientemente una nota del diario Mural, hizo referencia a que en el estado de Jalisco se había relegado la atención que merece el distintivo certificador del Modelo de Equidad de Género, establecido por el Instituto Nacional de las Mujeres.
En primer lugar debo decir que este modelo “es una estrategia que proporciona una herramienta dirigida para que las empresas privadas, las instituciones públicas y los organismos sociales asuman el compromiso de revisar sus políticas y prácticas internas, para reorganizar y definir mecanismos que incorporen una perspectiva de género e instrumenten acciones afirmativas y/o a favor del personal, que conduzcan –a corto y mediano plazo– al establecimiento de condiciones equitativas para mujeres y hombres en sus espacios de trabajo”1.
Así, el objetivo de este modelo es desarrollar, fomentar e impulsar la equidad de género en las organizaciones y propiciar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el acceso al empleo, condiciones de trabajo, remuneraciones equitativas, así como en el desarrollo profesional, la capacitación, actualización y participación en la toma de decisiones.
El “Programa de certificación en equidad de género” tiene carácter voluntario para las empresas privadas, instituciones públicas y organismos de la sociedad civil. Éstos adquieren el compromiso de establecer, implantar y mantener un sistema de gestión incluyente con la perspectiva de género. Quienes lo han aplicado han visto grandes resultados en la optimización de sus recursos, relaciones interpersonales en ambientes de trabajo y eficiencia y competitividad.
Los hombres y las mujeres cuentan con diferentes habilidades, perspectivas y maneras de trabajar y participan en el cumplimiento de los fines de la organización y en la satisfacción de sus propias necesidades. Está ha demostrado que con mejores ambientes de trabajo se genera un mayor compromiso y lealtad hacia la empresa, organismo o institución por parte de los empleados, a la vez que se obtiene el reconocimiento del público en general a los productos y servicios que cuentan con el sello de equidad de género otorgado por el Instituto Nacional de las Mujeres, por estar asociados con un compromiso con la equidad en el ámbito laboral.
El sistema de gestión que deben implantar cada uno de los organismos o instituciones incluye acciones permanentes y sustentables de carácter afirmativo, reflejadas en programas de trabajo con perspectiva de género, como una política general orientada a garantizar la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres en todos los aspectos de su vida laboral, así como el establecimiento de medidas, lineamientos y procedimientos necesarios para erradicar conductas inapropiadas que afecten la esfera individual y colaborativa de los trabajadores. Se trata de crear ambientes propicios y eficientes para mejorar el clima organizacional, fortaleciendo el capital humano y dando una mejor imagen de las organizaciones al exterior.
En Jalisco, 95 instituciones, empresas y organismos promueven la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, por lo que ya cuentan con el distintivo de equidad de género. Entre éstas se hallan 31 paraestatales (principalmente de la Comisión Federal de Electricidad), 29 empresas privadas nacionales, en las que se encuentra el grupo Omnilife), 12 organismos públicos federales (10 son institutos tecnológicos) y 8 organismos públicos estatales. Por desgracia, entre ellos no está la Universidad de Guadalajara.
Es innegable que el nivel de participación de las mujeres en la vida económica, política y cultural del país ha ido en aumento, pero es necesario redoblar esfuerzos para impulsar la equidad y prevenir todo tipo de hostigamiento y acoso, tanto sexual como laboral. Acciones como las impulsadas por el Inmujeres permiten modificar la cultura imperante en la sociedad desde los espacios de convivencia en los que mayor tiempo pasan los ciudadanos: los centros escolares y de trabajo.
Si bien es cierto que en nuestra casa de estudios no existe discriminación de género en la contratación o en el ingreso a cualquier nivel educativo, la realidad es que no han desaparecido los casos de acoso sexual y laboral y prevalecen actitudes de desprecio y sojuzgamiento hacia las mujeres en muchos de los espacios universitarios.
Una asignatura pendiente es la de considerar el Modelo de Equidad de Género y el logro de la certificación respectiva, como una política para mejorar las condiciones de desarrollo personal de quienes asisten a la Universidad de Guadalajara.

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