El final de los cines independientes

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El domingo por la tarde siempre es un buen día para ir al cine. Decidí cambiar mi hábito de ir al popular cine en la plaza comercial y me aventuré al cine “alternativo”, mi elección: el Cine Foro de la Universidad de Guadalajara.
Al llegar compré mi boleto, sin tener que hacer una extensa fila y el precio es accesible, más si eres estudiante de la UdeG. Arribé a la entrada de la sala y una treintena de personas esperaban para el inicio de la función; su capacidad de aforo es de 440, por lo que, los concurrentes tomaron el asiento de su preferencia.
Hasta el último trago… corazón, fue el documental presentado esa tarde; entre risas, cantos y reflexiones; los 100 minutos de la presentación pasaron como agua. No sólo me divertí, también aprendí sobre las cantantes mexicanas y su lucha ante los retos de ser mujer y cantante.
Una cualidad del cine conocido como alternativo, de autor o de arte, es que está abierto a nuevas corrientes, conserva su concepto de independiente, que lo identifican ante el mundo cinematográfico, así como también ante el público. Es un lugar donde se proyectan documentales y cortometrajes: de Europa, Iberoamérica, de todo el mundo; los cines independientes, además del lucro financiero, tiene objetivos adicionales diferentes a las salas conocidas como “comerciales”.
Los cines alternativos tienen como misión divulgar la cultura, el arte, educar y mostrar la realidad de la sociedad en una forma única. En su mayoría las películas proyectadas son hechas con bajos recursos y fuera de las grandes industrias que producen cintas, su exhibición es muy restringida y el alcance mediático para su divulgación es limitado.
La maestra Rocío Pérez Solano, coordinadora de la maestría en estudios Cinematográficos del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), hace referencia a los inicios del cine independiente y señala que: “La propuesta de los cines independientes surgió en Europa a raíz de las nuevas propuestas temáticas y estilísticas que fueron producto del contexto de los años de la posguerra, y quienes lo iniciaron fueron productores, directores, críticos como Francois Truffaut uno de los iniciadores de la Nueva Ola Francesa o Nouvelle Vague a finales de los años 50 y principios de los 60, éste movimiento estético fílmico revolucionó en el ámbito del cine a tal grado que repercutió hasta Latinoamérica con el Cinema Novo brasileño y por consiguiente a México con su ola de directores de los años 70 como Arturo Ripstein, Felipe Cazals, Sergio Olhovich, Jorge Fons, y otros más que propiciaron con sus propuestas estilísticas y temáticas que los jóvenes universitarios de entonces iniciarían los cine-debates o cine clubes universitarios, los cuales tuvieron una respuesta favorable y proliferaron en muchas partes de nuestro entorno nacional, y no sólo proyectando cine nacional también internacional y sobre todo de autor. Éste cine de producción baja y con propuestas temáticas y estilísticas interesantes están fuera de todo perfil comercial.”
Mientras que el auge del cine independiente en la ciudad de Guadalajara fue en la década de los 80, cuando se llegó a contar con 61 salas de cine, de las cuales muchas comenzarían con su declive en los siguientes años. Paradójicamente mientras muchas salas de cine cerraban, se construyeron y abrieron complejos de multisalas, sobre todo en las plazas comerciales, desplazando así este medio de las colonias a esos puntos de consumo. Para la década de los 90, las salas de cine en operación eran 43, de las cuales sólo quedaron 22 para el año 2000.
Las alternativas de cine en Guadalajara, son muy pocas, a pesar que la ciudad es la segunda más grande del país y siempre se caracterizó por su desarrollo en la industria del cine. “Actualmente ha desaparecido la cultura de los cineclubs o cines independientes o cinedebates por la razón de que el capitalismo nos ha llegado también en este sentido, ya que los consorcios cinematográficos como Cinépolis han monopolizado la distribución del cine comercial, pero también del no comercial. Tengamos en cuenta que es una empresa trasnacional que ha funcionado de maravilla de acuerdo al contexto que vivimos ya que además de disfrutar la película “gringa” la sala es cómoda y ofrece una variedad de alimentos chatarra que van acordes con la película que se está viendo”, expresó Rocío Pérez.
Hoy por hoy se cuentan con pocas salas de cine alternativo, entre ellas: La Sala Guillermo del Toro (Cabañas), la Casa Museo López Portillo, el Cineforo de la Universidad de Guadalajara, las videos salas del ex Convento del Carmen, del Centro de Arte Audiovisual, de la Alianza Francesa y del Auditorio Salvador Allende del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH). Por otro lado, los complejos multiplex suman 18, divididos en diferentes empresas; la extensión de estas salas es a causa de la demanda de los usuarios.
Al paso de los años, el monopolio de la industria cinematográfica estadounidense ha influido en el consumo de películas de otros países, incluidas las mexicanas. Los consumidores de cine hecho en Hollywood tienen enviciado el gusto por estas películas y cuando se les muestra algo diferente, no son partidarios de la idea y dejan de asistir a los cines independientes.

Cine del Bosque
La última desaparición fue la del Cine del Bosque, que el pasado 5 de agosto cerró sus puertas. Un espacio que durante 33 años ofreció un cine de arte, alternativo y además el último jueves de cada mes se organizaba el Cineclub con comentarios de expertos en la película a exhibir.
Presentar cintas no comerciales y ofrecer más que entretenimiento, el Cine del Bosque formó cinéfilos críticos y nuevos aficionados al cine independiente.
Desafortunadamente los ingresos no fueron suficientes para mantener el lugar y tuvo que despedirse de su público, su última función fue de la cinta Him, más allá de la luz, donde además de la proyección de un breve documental se celebró un brindis a unas horas de que el lugar cerrará sus puertas.
“Los cines independientes han quebrado porque la audiencia que asiste a ellos es mínima y no reditúa los gastos que genera mantener una sala independiente. También tomemos en cuenta los usos y consumos de la audiencia contemporánea que van acordes con el bombardeo estadounidense en el que estamos inmersos, no exclusivamente en materia cinematográfica sino en todo lo que nos rodea, formas discursivas, hábitos alimenticios, modas, música, tecnología, etcétera, etcétera, etcétera”, mencionó la maestra Rocío Pérez.

Consecuencias
La falta de salas de cine alternativo, con la respectiva proyección de películas independientes, origina consecuencias en la diversidad de pensamiento en la sociedad. El problema radica en la crítica y desaparición de la verdadera cultura de la cinefilia. Los cinéfilos se están terminando a la par de las salas de cine independiente, los pocos cines alternativos que quedan son foros pequeños de exhibición (varios de ellos videosalas) condenados a reciclar en corto plazo lo que mejor ha funcionado en cartelera. Además han ido disminuyendo las revistas especializadas de cine, mismas que ahora son remplazadas por publicaciones atentas al modelo editorial estadounidense (las trivias, los taquillómetros, escándalos de los actores, las recomendaciones al vapor como meros soportes publicitarios). El oficio de la crítica de cine está ligado al destino de los cines independientes y de los cinéfilos.
Las salas de cine independiente son el recinto de las cintas artísticas, el lugar donde se tratan temas tabúes, se cuestiona y se buscan transmitir un mensaje, siendo libres, sin tener que obedecer algún reglamento de la industria audiovisual, pero el problema actual del cine alternativo es la escasez de los lugares en donde se proyectan estas películas. Los grandes conglomerados de cine acaparan la audiencia, pero mientras aún haya gente comprometida con el cine de arte, habrá gente interesada en ver este tipo de cine y mientras esto subsista, aunque sea de forma casi subterránea, los cinéfilos y las pocas salas de cine que quedan seguirán proyectando la diversidad de las historias cinematográficas.

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