El colapso del sistema carcelario

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El sistema carcelario ha entrado en la más profunda crisis de toda su historia. Después de lo ocurrido en Honduras o en México, tendríamos que esperar nuevas situaciones de esa naturaleza, indicó el doctor en sociología, Guillermo Garduño Valero, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Iztapalapa), experto en seguridad nacional y fuerzas armadas.
En su colaboración semanal en el noticiario Medios UdeG noticias, transmitido por Radio Universidad de Guadalajara, refirió que el problema crece exponencialmente, porque hay una sobresaturación de la población carcelaria.
La idea con la cual fue establecido el sistema carcelario es inexistente. Es decir, fracasó como mecanismo de readaptación y de recuperación del sujeto para que de alguna manera vuelva a insertarse en el ámbito social y abandonar la delincuencia.
“Las cárceles no se convierten en centros de readaptación, sino en verdaderas universidades del crimen. Quien llega a esos lugares adquiere la consigna de delinquir o morir. Lo de Apodaca [pelea entre reos del cártel del Golfo y Zetas, que dejó 44 muertos], no fue otra cosa que un rescate de sicarios. No estamos hablando de rebelión, sino de algo totalmente planeado, que contó al extremo con una enorme complicidad desde el ámbito mismo de las autoridades”.
Dijo que la droga cubre el aletargamiento de la población en prisión, y cuando no hay droga suficiente en ese momento, los reos provocan motines.
Actualmente el sistema carcelario se compone por seis centros federales, con una “supuesta” capacidad para 6 mil 196 reos; el gobierno del Distrito Federal cuenta con 10 penales, con una capacidad para 18 mil 340; los gobiernos de los estados tienen 136 reclusorios, con un total de posibilidad de 135 mil 978 personas y los gobiernos municipales un total de 95 cárceles, para 3 mil 357 personas.
“¿Qué es lo que se agrieta? Primero, el sistema de procuración de justicia ha demostrado una enorme ineficacia, desde el levantamiento mismo de las demandas ciudadanas, y crea por esta misma situación, una imposibilidad de seguimiento de juicio en la mayoría de los casos de los delitos. De las demandas que se establecen de origen, solamente de 100, una es la que logra sentencia definitiva. El segundo elemento es que el sistema de juzgados está saturado”.
Garduño Valero afirmó que hay una lucha interna por el control de las prisiones. Incluso la presencia de varios capos por controlar crujías y por los privilegios que esto genera.
“Los mecanismos de libertad anticipada, el traslado a prisiones próximas, la transferencia de reos a su país de origen, son medidas paliativas. Tenemos que llegar y reestructurar a nivel mundial y en particular en México, el sistema carcelario, que ha demostrado ineficacia, ineficiencia y ser el principal promotor de la delincuencia organizada en el país”.

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