El cine roló

1114
080415 arte y gente fotos de Victor Orozco, organizador del Festival de cortometrajes Ambulart, en el Museo de las Artes de la UdeG. foto giorgio viera.

Una vez más se llevó a cabo en nuestra ciudad la proyección callejera de cortometrajes Ambulart, proyecto ideado en Hamburgo por dos estudiantes latinoamericanos: Víctor Orozco y Darío Aguirre Guevara.
Del 16 al 18 de abril, el Museo de las Artes (Musa) de la Universidad de Guadalajara y el corredor Escorza, que lo flanquea, se vieron inundados por cientos de asistentes, tres exposiciones visuales y más de 80 cortometrajes provenientes en su mayoría de México, Alemania y Ecuador, países organizadores de la muestra.
El objetivo del proyecto es difundir recíprocamente la producción audiovisual local de Alemania y América Latina para generar, tanto entre el público como entre los creadores, nuevas maneras de apreciar, percibir y hacer cine, más allá de la inevitable y casi hegemónica influencia del Hollywood. Por este motivo, el programa está abierto a todos los géneros que se puedan desarrollar en menos de treinta minutos: ficción, documental, animación, experimental y aún los que no encajen en ninguna de tales clasificaciones. De todas y para todos hubo este fin de semana en el Musa.
A lo largo de estos tres días se lograron proyectar simultáneamente en Guadalajara, Quito, Tumbaco y Guayaquil, ocho diferentes programas de aproximadamente una hora y media cada uno, con una selección de temas variados, así como diferentes técnicas, por lo cual difícilmente hubo algún asistente insatisfecho.
En este sentido, la gente de Ambulart tomó la decisión correcta: no hay mejor modo de introducir nuevas narrativas y formas aún indefinidas de cine entre un público poco familiarizado que la dosificación paulatina.
Además de las actividades fílmicas, se contó con tres exposiciones plásticas en la Sala de Jóvenes creadores del Musa. Jesús Alberto Peredo, tapatío, desplegó ahí sus lonas cubiertas de aerosol; Hanna Linn, alemana, 300 kilómetros. de paisaje, fotografiados desde la ventana del tren y Ranil Beyer, alemán también, una serie de retratos y paisajes sobre la soledad y el vacío.
Ambulart fue un refrescante evento para la cinefilia tapatía y una demostración fehaciente de cómo un proyecto independiente de difusión cultural puede salir adelante y crecer con cada nueva edición.

Artículo anteriorFondo de concurso para la conclusión de obra y mantenimiento de escuelas del nivel medio superior
Artículo siguienteTransporte público