Eran las diez de la mañana y seguían ingresando al Palacio Legislativo los artistas, gestores, promotores, teatreros, directores, reporteros, funcionarios y ex funcionarios públicos de la cultura. El salón de legisladores resultó insuficiente, y algunas personas tuvieron que permanecer de pie la mayor parte del tiempo, mientras los ponentes estaban codo a codo con su compañero esperando su turno. Algunos funcionarios abandonaron el recinto antes de concluida la jornada. Sin embargo, los diputados Raúl Vargas, Rocío Corona Nakamura, y el secretario de cultura, Alejandro Cravioto, permanecían atentos a cada una de las solicitudes, quejas, propuestas y peticiones vertidas en el recinto legislativo hasta casi las tres de las tarde. Cinco horas no fueron suficientes para exponer las necesidades y rezago en torno a la cultura.
Una Secretaría de Cultura representada, además de una comisión de cultura, un Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, todos ellos representando a los ciudadanos y buscando quizás la participación en este tema. Pero todos ellos en ánimos de escucha permanecían atentos a las cifras de Cecilia Wolf Madero, directora del Instituto Cultural Cabañas. A pesar de las necesidades que tiene el instituto, el gobierno estatal sólo destina 13 millones 276 mil pesos para su mantenimiento, cifra que resulta insuficiente, por lo que dicha cantidad solamente alcanza para la nómina, sin importar que es considerado el museo más importante de la ciudad, además de haber sido considerado patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco, por lo que en voz de la titular solicita que el presupuesto sea de 33 millones de pesos para poder cubrir los gastos necesarios.
La coordinadora de la maestría en Gestión y desarrollo cultural, de la Universidad de Guadalajara, la doctora Adriana Ruiz Razura, expuso que en dicha coordinación encuentra necesidades para la investigación en el rubro de cultura, por lo que considera propició la conformación de un equipo de trabajo multidisciplinario que estudie con detenimiento las propuestas estatales y municipales, además de los posicionamientos políticos e ideológicos en torno a la cultura.
“Tomamos conciencia de que la cultura es un derecho y de la necesidad de la participación ciudadana y la relevancia de las empresas culturales en el desarrollo económico de la nación. Estos y otros lineamientos los tomamos como prioritarios en el posgrado”.
Sofía Valerio, egresada de la maestría, expuso: “La oferta cultural ha crecido en todos sus sentidos. Esto sin duda ha creado una fuerte derrama cultural para Jalisco, particularmente para la ciudad de Guadalajara. Sin embargo todavía no se ve reflejado el beneficio indudable que la cultura aporta al ser humano. Si la oferta ha crecido, ¿qué sucede entonces? Esto nos lleva a pensar que la oferta cultural sensibiliza, mas no compromete al desarrollo integral. Nos permite conocer de manera superficial, mas no aprender de ello. El crecimiento de oferta cultural en el estado no refleja el resultado deseado”.
En voz de los artistas plásticos se vieron vertidas las palabras de Javier Arévalo, pintor con amplia trayectoria en el estado de Jalisco, quien mencionó: “Todos se sienten muy bien hablando de la riqueza cultural del estado y de lo talentosos que son nuestros artistas. Se habla mucho, pero no se dice que la realidad de la mayoría de los artistas está para llorar. Mucho talento se pierde porque no tenemos apoyo para ellos. Lo mínimo sería que tuvieran seguro social”.
En la misma línea expuso la licenciada en Letras hispánicas Gloria Patricia Aceves Ramos, quien aseveró: “Los que escribimos no tenemos oportunidades para la publicación. No sabemos cuántas editoriales existen en Jalisco, ni de las independientes, menos sabemos lo que hace la Secretaría de Cultura. Los que nos dedicamos o los que estudiamos letras, no encontramos los espacios de publicación, y en ocasiones ni trabajo digno”.
En el tema de artes escénicas el gerente general del teatro La nao de los sueños, Miguel íngel Sánchez Rivera, comentó que el marco legal es antiguo o casi inexistente, y que existe un desconocimiento del bien intangible. Su ponencia estuvo basada en preguntas: “Cuántos de ustedes han ido a una función de danza o teatro en el último año, y cuántos de ustedes conocen todos los factores que intervienen en el montaje de una obra de teatro. Espero que la respuesta sea más alta que la que arroja la encuesta de hábitos y consumos culturales, que da a conocer que sólo el ocho por ciento de la población nacional ha asistido al teatro en el último año”.
Sánchez Rivera agregó: “¿Acaso las artes escénicas no generan flujo de dinero? ¿Acaso no pagamos impuestos? ¿Acaso no recibe el estado un beneficio directo o indirecto por esta actividad cultural? Entonces, por qué no existe un marco que regule, fomente y desarrolle las empresas culturales; por qué la cultura no cuenta con un apoyo legal, como lo tiene el turismo”.
El foro continuará, ya que las inquietudes generadas fueron muchas y las voces participantes todavía no se agotan. Habrá que esperar.
