Del Met al Diana sin escalas

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La vía satelital es el medio para recibir en el Teatro Diana, desde el Met de Nueva York, nueve óperas en vivo. La semana pasada Lourdes González, coordinadora de artes escénicas y literatura, de la Universidad de Guadalajara y María Luisa Meléndrez, directora del Teatro Diana, dieron la magnífica noticia.
Este teatro es el primer inmueble en México, que después del Auditorio Nacional, consigue la transmisión en vivo de las producciones que componen la temporada de ópera 2009-2010 del Met de Nueva York. Las transmisiones en vivo se harán en una pantalla de cine de 14 x 9 metros, con señal de alta definición y equipo de sonido dolby 5.1 de alto poder.

La UdeG rompe viejas etiquetas
El paisaje de un público aristócrata vestido con lujosos atuendos y joyas, pobló los retratos de la historia de la ópera en todo el mundo. Desde hace décadas, muchos factores han transformado esa imagen. El consumo cultural que se refiere concretamente al espectáculo operístico ha cambiado sensiblemente; no así los imaginarios que lo rodean. Para muchos, la ópera sigue circunscrita al concepto arcaico de la llamada “alta cultura”. Por ese motivo pocos se acercan. Pareciera que habría que tener cierta edad, así como pertenecer a un círculo social específico para poder disfrutar de la ópera.
La Universidad de Guadalajara, a través de Cultura UdG, ha dejado patente el interés que tiene por incluir nuevos públicos en esta manifestación artística. En poco tiempo ha conseguido producir algunos títulos importantes, como La vida breve, de Manuel de Falla y Santa Anna, cuyo libreto escribiera Carlos Fuentes, así como su transmisión en distintos medios de comunicación. La creación de espacios como el programa Ópera Radio, se suman al esfuerzo por difundir este género lírico.
Hoy las tecnologías de información y comunicación dan pie a la difusión y democratización del arte. La UdG extiende el alcance de este género a través de un repertorio operístico extraordinario. El Met incluye nuevas producciones, debuts de directores, cantantes, equipos de producción, así como la presencia de grandes consagrados, como Zeffirelli, Renée Fleming y Plácido Domingo, entre otros.
Además de las proyecciones, de manera complementaria y sin costo extra, una hora y media antes de cada función habrá una charla introductoria en el Estudio Diana, para que de forma breve y en la voz de expertos, el público conozca más elementos y detalles de cada montaje.
También en ese mismo recinto se instituirán los Miércoles de do de pecho, para charlas especializadas sobre las óperas. La entrada, cuyo costo aún no definen, incluirá una botella de vino y una tabla de quesos.

Temporada 2009–2010
El 10 de octubre se abre el telón con Puccini y su ópera Tosca. Qué mejor que la puesta en abismo de una cantante de ópera enamorada para introducirnos en el género. La soprano finlandesa Karita Mattila llevará el rol titular, mientras que Caravadosi será encarnado por el destacado tenor argentino Marcelo ílvarez.
El 24 de ese mismo mes llegará Verdi con uno de los títulos más representativos de la ópera: Aída, bajo la batuta del italiano Daniele Gatti, quien vuelve al Met luego de 14 años de ausencia.
Turandot, de Puccini, se presentará el 7 de noviembre, con el debut del director latviano Andris Nelsons.
Diciembre 19 es la cita para gozar de Offenbach y Los cuentos de Hoffmann, espectáculo que sin lugar a dudas será de los más esperados, no sólo por el reconocido poder de la música del compositor, sino también por la presencia de dos de las cantantes más hermosas y sobresalientes en el mundo: la soprano Anna Netrebko y la mezzo soprano Elina Garanca.
2010 abrirá con Richard Strauss y El caballero de la rosa (Der rosenkavalier), que transmitirán el 9 de enero. El 16 de ese mismo mes vendrá la famosísima Carmen, de Bizet.
El 6 de febrero Plácido Domingo celebrará 40 años de presencia en el Metropolitan Ópera, encarnando uno de sus grandes desafíos: Simón Bocanegra, de Verdi. Este personaje, que fue escrito para un barítono, ha sido un reto contenido para Domingo, quien ha declarado repetidamente que no desea terminar su carrera sin interpretarlo. Sin hablar de retiro ni cambio de tesitura, esta es la oportunidad para el tenor español de cumplir su sueño, y también para muchos tapatíos de presenciarlo en “vivo”.
Los dos últimos títulos serán Hamlet, de Ambroise Thomas, que se presentará el 27 de marzo bajo la batuta de Louis Langrée; y Armida, la hechicera cautiva del compositor italiano Rossini, que estelarizará Renée Fleming y proyectarán el primero de mayo.
Los boletos ya se encuentran a la venta y su costo va de los 80 a los 250 pesos. Es posible conseguir en preventa el abono, que ofrece las nueve funciones al precio de ocho.
La ópera no es un asunto de estatus, nivel educativo o conocimiento musical. Al igual que el resto de las manifestaciones artísticas, es un asunto de goce, de disposición al placer. Grandes producciones operísticas están a nuestro alcance y no hay razón para negarse a uno de los más grandes deleites que pueden tener nuestros sentidos.

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