De predicciones a predicciones

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Había algo raro en esa escultura que no les checaba a los expertos. Parecía auténtica, pero aun así creían que había algo mal. Por más que le buscaban, no encontraban qué era. Se trataba de una escultura supuestamente antigua, representando a un joven, que querían vender a un museo por una buena cantidad de dinero, pero justo antes de comprarla se dieron cuenta de que era una falsificación.
Esta es una situación que describe Michael Gladwell en su libro Blink sobre la intuición, en el que dice que los expertos apelan a su intuición para saber si algo es auténtico o no, pero no siempre le atinan. De hecho, es más común que fallen, por más expertos que sean.
En psicología, y en muchas otras ciencias de la salud, el diagnóstico y los tratamientos están basados en su mayoría en un “mágico” sentido de los expertos, o intuición, que es bastante falible.

Dos métodos
Las críticas comenzaron desde hace mucho tiempo. En 1954, Paul Meehl (uno de los creadores del MMPI) realizó un análisis de la toma de decisiones clínicas y delineó dos aproximaciones: el método clínico y el método mecánico. En este segundo se usa un algoritmo o reglas de decisión como criterios para determinar si alguien está enfermo o no.
Lo que demostró Meehl, para sorpresa y enojo de muchos, es que la predicción mecánica era constantemente más precisa que el juicio experto de los clínicos. Desde entonces han repetido la investigación de Meehl y se ha encontrado lo mismo (Grove y colaboradores, 2000): es mejor la predicción mecánica que la clínica para un amplio rango de temas que van desde el diagnóstico psiquiátrico, la efectividad de la psicoterapia, la predicción de suicidios, el desempeño en la escuela y militar, las carreras de caballos, cuánto tiempo va a estar hospitalizado alguien y las probabilidades que tiene de morir.

Resistencia
A pesar de décadas de investigaciones, los psicólogos clínicos no se convencen de lo contrario. En una investigación realizada por la Asociación de Psicólogos de Estados Unidos (APA), 22 por ciento de los psicólogos afiliados creen que la forma mecánica de evaluación y predicción es menos eficaz que el juicio experto. Incluso, un 3 por ciento de ellos jamás había oído de los métodos mecánicos de toma de decisión, y claro está que jamás los habían usado (Grove y Lloyd, 2009).
Otras razones (Grove y Meehl, 1996) para que el mito del juicio experto perdure, es que se cree que si predominara la predicción mecánica, podrían remplazar a los clínicos por computadoras (una objeción sin fundamento, puesto que los clínicos hacen algo más que realizar decisiones) o bien que los expertos pueden usar los dos tipos de juicio, tanto el clínico como el mecánico (lo cual no tiene sentido, porque cuando uno de los métodos entra en conflicto con el otro, y se debe decidir entre cualquiera de los dos, volviendo con ello al problema con el que iniciamos).Â
Unos más objetan que la predicción mecánica es irrelevante, porque cada caso que se atiende es individual y único, porque cada persona es diferente. Por ejemplo, la investigación ha demostrado que la mejor forma de tratar una fobia es exponer sistemáticamente a la persona a sus miedos (Barlow, 2002), pero muchos psicólogos no aplicarían esta terapia, porque creen que el sujeto que están atendiendo tiene circunstancias especiales que lo harían una excepción a la regla, pero la investigación lo que ha encontrado (Grove y colaboradores, 2000) es que los expertos rutinariamente encuentran demasiadas excepciones a la regla.
Una última objeción es que dicen que se “deshumaniza” la terapia al usar el método mecánico; este reproche es irrelevante, porque sentirse confortable es menos importante que tener un correcto diagnóstico y tratamiento. Ahí está el caso de la serie televisiva “Doctor House”. Es un patán que hace sentir horrible a sus pacientes y colaboradores, pero que le aguantan todo porque sabe hacer bien su trabajo.
La cuestión es que, a pesar de que hay amplia evidencia de que los medios mecánicos son mejores que el juicio clínico a la hora de tomar decisiones, siguen sin ser usados, lo cual es una pena. Si el juicio y la intuición no son suficientes para identificar cuando una escultura es falsa o no, y por ello se hace necesario que sepan sobre resinas epóxicas o sobre espectroscopia, de la misma manera los profesionales de la salud deberían servir a sus pacientes de la mejor manera, lo que significa usar los métodos mecánicos que en la actualidad rechazan. [

* departamento de Neurociencias, Universidad de Guadalajara.

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