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Cambio de uso de suelo: un negocio por encima del medio ambiente

El hecho de que se privilegien las ganancias al respeto de las leyes y la ética ambiental, repercute en las diferentes problemáticas que se presentan en el AMG, desde inundaciones, cambio climático hasta la escasez de agua

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¿Alguna vez te haz preguntado porque no sale agua del grifo en tu casa? ¿O porqué cada vez es más calurosa la ciudad durante la mayor parte del año? ¿O por qué hay inundaciones cada vez más brutales en tu colonia?

Uno de los factores que inciden en ese desequilibrio ecológico es el desaseo que existe en los cambios de uso de suelo por parte de las autoridades, ya sea para cambiar cultivos de forma caprichosa, por incendios forestales o para emprender proyectos inmobiliarios, con un común denominador:

Privilegiar las ganancias y el negocio por encima del medio ambiente.

En la Zona Metropolitana de Guadalajara se privilegia el interés económico, ganar dinero por parte de desarrolladores inmobiliarios, por encima de las leyes de protección ambiental. Foto: Abraham Aréchiga

“El 5 de junio se conmemora el Día Mundial de Medio Ambiente que se estableció por la Organización de las Naciones Unidas desde 1977. La idea de conmemorarlo, es justo recordar nuestro compromiso para cuidar a la naturaleza y el ambiente que nos rodea y del que somos parte», explicó Francisco Jalomo Aguirre, investigador del Centro Universitario de Artes, Arquitectura y Diseño (CUAAD).

«En la ciudad (Zona Metropolitana de Guadalajara) considero y visualizo que se privilegia el interés económico, ganar dinero por parte de desarrolladores inmobiliarios, o a través del otorgamiento de licencias, permisos y autorización para construcción por parte de municipios, no respetar las leyes en términos de protección ambiental, la falta de cultura ambiental en todos. Sociedad, empresarios y academia. Todo eso ha generado un caldo de cultivo de degradación en los lugares donde vivimos”.

Jalomo Aguirre apuntó que los gobiernos cambian uso de suelo para construir nuevos desarrollos habitacionales en lugares donde no tienen agua y los costos negativos se trasladan a quien compra con falsa ilusión. Enfatizó que a las autoridades les ha faltado ética ecojurídica y, a la sociedad, movilizarse y organizar marchas masivas cuando se pretenda cambiar usos de suelo o aprobar aberraciones que degradan el medio ambiente.

Efectos del cambio de uso de suelo descontrolado

Foto: Abraham Aréchiga

Jorge Chavoya Gama, investigador del Centro Universitario de la Costa, explicó que cambiar la vocación del uso de suelo ha repercutido de forma grave en todo el territorio del estado.

“Esto ha derivado, entre otras cosas, en que la capa superficial del suelo evite filtración adecuada del agua para recargar mantos freáticos y, en la ZMG, una de las consecuencias que hemos visto es la escasez del agua, por efecto del cambio de uso de suelo, aunado al cambio climático».

«Cualquier modificación al territorio por fines lucrativos y rentabilidad inmediata nos lleva a problemas graves».

«El territorio es un recurso no renovable y hay que entender sus dinámicas y usarlo de manera racional, si no, se pone en peligro la supervivencia de la vida del ser humano, con sequías, hambrunas y conflictos sociales”,  agregó Chavoya.

Para el año 2030, la Organización de las Naciones Unidas pronostica una severa escasez de agua por la degradación ambiental, y ya en la actualidad, 2 mil 200 millones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable. Según la UNICEF, 297 mil niños menores de cinco años mueren cada año por enfermedades diarréicas causadas por las malas condiciones sanitarias o agua no potable.

Chavoya Gama añadió que los tandeos de agua en la ZMG dejaron a más de 180 colonias sin el abasto cotidiano, lo que representa decenas de miles de personas que tuvieron que conseguir el líquido como pudieran y, si eso se agudiza con más desorden urbano, agravaría la gobernabilidad y la gobernanza por conflictos sociales.

Falta de ética ambiental

Zona de amortiguamiento intersticial en Tonalá. Foto: Abraham Aréchiga

Jalomo Aguirre, quien es especialista en Gobierno y Gestión Pública Territorial, considera que hay proyectos en diferentes puntos del AMG son un ejemplo de falta de ética ambiental, como en las cercanías de Huentitán en zonas que por decreto deberían ser un parque.

“Ejemplo donde las autoridades con artimañas jurídicas transmitieron un predio público a un particular, para que construya una torre de departamentos, donde van a aventar más plancha de concreto impidiendo infiltración de agua de lluvia y van a generar más contaminación, escombros que van a dar a cañadas o barrancas. Y en Huentitán tienen escasez de agua, tandeos desde hace casi dos meses”.

Otros ejemplos son El Salto y Juanacatlán, donde también hay autorizaciones irracionales de cambios de uso suelo y urbanización depredadora a pesar de la contaminación y la escasez de agua, movilidad deficiente e inseguridad.

“Es un fenómeno no exclusivo de Guadalajara y vemos falta de educación ambiental en estas autoridades”.

Sin rumbo. Foto: Abraham Aréchiga

¿Cómo cerrar la Caja de Pandora?

Una vez que las autoridades abrieron la Caja de Pandora en distintos rincones de la Zona Metropolitana de Guadalajara y otras entidades de la República, Jalomo Aguirre propone que la educación ambiental sea obligatoria en bachillerato, licenciaturas y posgrados; además que a los sancionados por contaminar se les obligue a tomar cursos de concientización.

“Necesitamos juzgados ambientales, porque los asuntos de cambios de uso de suelo, contaminación, pérdida de flora y fauna los resuelven juzgadores que no conocen de la materia y los resuelven por errores de formalidad, de documentos, o a rajatabla con la ley, desde la ignorancia en medio ambiente. Esto se requiere en todos los niveles”, recomendó Jalomo.

Falta de ética ambiental. Foto: Abraham Aréchiga

Chavoya Gam, concluye que en este período electoral la mayoría de los candidatos dicen que tomarán cartas en el asunto, pero en algunos casos esa promesa no es congruente con sus acciones y trayectoria y eso se debe revisar para decidir en ayuntamientos o escaños legislativos.

“Debemos exigirles regular presupuestos que se deriven en programas para proteger el medio ambiente, combatir el cambio climático y que la ley se aplique y no haya modificaciones para atender intereses particulares”, finalizó.

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