Boxear hasta morir

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Interminables han sido los debates en torno a si el boxeo puede ser considerado como deporte, dado que a lo largo de la historia se han registrado decesos de un gran número de pugilistas, mientras que algunos otros a la larga enfrentan diversos padecimientos de salud.
Algunos de los casos más recientes del boxeo mexicano fueron los de Marco Antonio Nazareth y Daniel Aguillón
En el caso del “Texano” Nazareth en el combate contra Omar Chávez a cuatro rounds en peso superligero, el 18 de julio de este año, la pelea fue detenida en el último episodio luego de que Chávez conectó diversos golpes a la cabeza de su contrincante.
El púgil tapatío se sentó en el banquillo y se desvaneció, fue trasladado a un hospital donde fue intervenido quirúrgicamente de un derrame cerebral. A los tres días fue diagnosticado de muerte cerebral, y cuatro días después de la operación falleció.
Por su parte el mexiquense Daniel Aguillón, el año pasado en la ciudad de México, dejó de existir cinco días después del nocaut que sufrió ante Alejandro “Flakita” Sanabria.
Para el médico del deporte, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), José Luis García, es indispensable llevar al cabo acciones anticipadas.
“En el aspecto preventivo se incluye todo el seguimiento técnico-médico que se le hace a un atleta, específicamente con pruebas biomédicas para valorar sus capacidades y determinar parámetros. Aquí entra algo importante que es el control de peso, actualmente existen muchos métodos estandarizados a nivel internacional de manera nutrimental y médica para llegar a la meta de bajar de peso en estado óptimo, pero también se utilizan métodos rudimentarios donde se somete al atleta a bajar de peso de forma drástica con sistemas no adecuados consistentes en deshidratación y eso a la larga atenta contra la salud”.
Es por ello que considera que un punto importante son los procesos de recuperación después de un entrenamiento o una pelea, especialmente por los traumatismos intracraneales que recibe y que muchas veces la acumulación de estos origina inflamación interna que los puede llevar a la muerte.
“Vemos con tristeza que la mayoría de boxeadores que mueren por problemas a nivel intracraneal son jóvenes y los que sobreviven, no tienen una vida de calidad por las secuelas neurológicas. La responsabilidad de los profesionales de la salud es velar porque los atletas tengan un desarrollo de carrera óptimo y vivan dignamente después del retiro”.
El especialista del departamento de Salud Mental, señaló que en este deporte se debe ser meticuloso y manejar estudios periodicos para determinar la situación de cada boxeador y definir cuando se debe descansar más o menos y cuando está listo para otra pelea.

Riesgo latente
El púgil Ulises “Archi” Solís, quien actualmente se prepara para el combate que sostendrá tentativamente el próximo 21 de noviembre en Mérida, Yucatán, con un rival por definir, está consciente de los riesgos que representa la profesión.
“Nos preparamos de la manera más profesional y 100 por ciento consciente de los riesgos que se corren a la hora de subir al ring, por eso tenemos que llegar bien preparados”. El estudiante de la Preparatoria 2 de la Universidad de Guadalajara, explicó que cuenta además con un equipo multidisciplinario que contribuye a que tenga una preparación adecuada en todos los aspectos.
Entre los planes para el 2010, del “Archi” Solís, destacan poder disputar dos peleas de campeonato mundial.

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