Alejandro Zohn memoria construida

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“Yo nací en Tlaquepaque a los ocho años de edad”, dice una voz que no es la de Alejandro Zohn, aunque las palabras sí. Su primer nacimiento había sido en Viena, Austria, en 1930, de donde emigró su familia ante la inminencia de la Segunda Guerra mundial. En el video que forma parte de la exposición de homenaje que se puede apreciar en el Museo Nacional de Arquitectura desde principios de agosto, la voz continúa recordando que los regalos más preciados de su infancia eran herramientas para recortar, cepillar la madera: “Eso puede haber sido el presagio de un interés por las formas, cómo se originan, expresan y construyen”.
Como muestra de ello, maquetas, fotografías y planos de sus obras más destacadas se intercalan con apuntes, bibliografía, e incluso algunos juguetes de madera que estarán expuestos hasta el 31 de octubre en la planta alta del Palacio de Bellas Artes, en el corazón de la Ciudad de México.
“El objetivo es, primero, generar un interés mayor en la arquitectura como arte y como medio de expresión social y cultural contemporánea. Y también hay un interés didáctico, pues la memoria es muy corta y los jóvenes ya no saben quién hizo algunos edificios emblemáticos de la ciudad. No se trata de tener la mirada anclada en el pasado, sino de entender que la arquitectura del presente es producto de un proceso en el que me atrevo a decir que Alejandro Zohn fue un parteaguas en el país”, comenta Gina Zohn, una de las hijas del homenajeado y activa participante en la selección de las piezas del archivo personal del arquitecto.
La referencia imprescindible en ese sentido es el Nuevo Mercado Libertad, mejor conocido como “San Juan de Dios”, por ubicarse en este barrio. Declarado monumento artístico en 2002, se trata de un proyecto de 1957 que ya demostraba la estética modernista que le influyeron a Zohn profesores como Mathias Goeritz y Horst Hartung Franz, fundadores de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara.
A pesar de ser su primera obra, el Mercado Libertad refleja también el paso del tiempo en el espíritu creativo y racional de Zhon, pues tuvo la suerte de que las remodelaciones y ampliaciones necesarias décadas más tarde fueran hechas con la misma mano; así como el diseño de la estación del Tren Ligero que ahí se instaló al construirse la línea dos a principios de los noventa.

Verdad, justicia y amor
Cuando en 1999 Alejandro Zohn recibió el premio Arpa FIL, se publicó un libro en el que resumía sus principios elementales como creador y constructor. En Arquitectura y reflexiones se transcribe una entrevista que también forma parte del video producido por el INBA y que se puede consultar en Youtube: “Hay, creo, tres valores en los que estamos de acuerdo todo mundo. Y éstos son para mí: verdad, justicia y amor. Estos tres puntos pueden hacer que nuestra arquitectura sea más armónica: si mi arquitectura no responde al clima, estoy diciendo mentiras; si uso recursos en exceso en una obra, se los estoy quitando a otras gentes, o si hago una construcción llena de monotonía, se emite un mensaje opresivo, intimidante, es una arquitectura que no siente cariño por quien la habita”.
En consonancia, destacan sus proyectos para unidades habitacionales de interés social —como la CTM Atemajac y la Ricardo Flores Magón en Guadalajara— se preocupan por evitar la repetición, cuidar la privacidad, la durabilidad, la funcionalidad interior, la durabilidad y mantenimiento de los materiales, y un rasgo que permea toda su obra: el esmero por los remates superiores y azoteas, que se convierten así en elementos estéticos o incluso en sitios para estar.

Alma mater
Los pliegos de cuero que acreditan los títulos de arquitecto e ingeniero civil a Alejandro Zohn también forman parte de muestra, pero no fueron su único vínculo con la Universidad de Guadalajara. “Él era universitario de hueso colorado. Estaba muy contento de dar algunas clases en los posgrados”, recuerda Gina Zohn.
Además, entre los 38 proyectos que se enfatizan en la exposición, se incluyen los edificios que diseñó para el Centro Universitario del Sur, y algunos que no se han construido, como el edificio de posgrados del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas y un centro de investigación que originalmente se ubicaría donde ahora se encuentra el Auditorio Telmex.

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