Académicos en torno a Pemex

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Pemex no es una empresa. Pemex es un país. Pemex es México, si se privatiza México, este país desaparece al día siguiente y se vuelve irrelevante. No tendremos ninguna carta geopolítica qué jugar y menos con nuestros vecinos, que son muy codiciosos al respecto”, así lo advirtió el especialista en asuntos internacionales, Alfredo Jalife-Rahme, al presentar su ponencia en la mesa de diálogo “Participación privada en los hidrocarburos”, correspondiente al foro Actualidad y perspectivas del sector energético mexicano que convocó la Universidad de Guadalajara.
Consideró ilógico que Pemex, ubicada en el número 34 de la revista Fortune, y con un ingreso de 104 mil 500 millones de dólares, pretenda venderse a otras que se ubican en el lugar 90, como Repsol. El académico calificó como “entreguista” la reforma del presidente Felipe Calderón y aseguró que los mexicanos no queremos emociones fuertes —como menciona Calderón, a quien por cierto aconsejó hacer eso en su casa y no con la nación.
Durante la primera mesa de trabajo, el catedrático de la UNAM Rafael Decelis, confirmó que México cuenta con reservas petroleras para los próximos nueve años y manifestó que de suspenderse las exportaciones de crudo a Estados Unidos, el país contaría con reservas para los próximos 22 años. “Pero exportamos con infantilismo ingenuo el 60 por ciento de esa energía libre que producimos, para beneficiar a Estados Unidos”. Incluso mencionó que de recuperarse los pozos petroleros cerrados por la Secretaría de Hacienda al considerarlos incosteables, las reservas de crudo en México cubrirían un periodo de 30 años.
Por su parte, la doctora Claudia Sheinbaum, representante del Frente Amplio Progresista, destacó que el aumento en el número de pobres y la concentración de la riqueza en manos de unos cuantos es lo que distingue al gobierno de Felipe Calderón, al cumplirse este 2 de julio dos años de su elección. Advirtió que si tras realizar la consulta pública sobre la privatización de Pemex los legisladores no respetan la voluntad ciudadana, se harán nuevas manifestaciones de resistencia civil pacífica, entre las que no se descarta una nueva clausura de la tribuna del Congreso de la Unión.
Por su parte, Esteban Cedillo Pardo, del Instituto Mexicano del Petróleo, expresó que las actuales reservas comprobadas de petróleo en el país son de 44 mil 882 millones de barriles. Sin embargo, indicó que en los próximos 10 años México puede convertirse en un importador de petróleo porque las reservas se están acabando.
En la opinión de José Antonio Gómez Reyna, académico de la UdeG, la reforma energética que presenta Felipe Calderón no debería llamarse así, porque no hay una política de Estado en materia energética y no se toman en cuenta formas alternativas de energía.
El embajador Porfirio Muñoz Ledo, manifestó que durante 40 años México creció 6.4 por ciento, y desde que empezó a exportar sólo creció 2.2 por ciento. “México nunca debió ser un país exportador de petróleo. Yo peleé por eso y perdí mi cargo en el gobierno”.
El empresario Raymundo Gómez Flores, por su lado, cuestionó el objeto de la participación del sector privado como un eslabón de esta cadena. Criticó que se pretenda crear la figura de consejeros profesionales sin soporte legal lo que, según dijo, será otra laguna jurídica. Además, se pronunció respecto a los bonos ciudadanos sin soporte legal, “se aleja de los términos del mercado de deuda, como pudieran ser rendimientos, intereses, tasas fijas o variables, riesgos, etcétera”.
Durante la presentación del foro, el Rector general Carlos Briseño Torres, señaló que el tema energético precisa análisis y discusión en otros espacios institucionales y en las distintas regiones de nuestro país, con el ánimo de enriquecerlo.
En el foro se analizaron, discutieron y ponderaron en mesas de trabajo cuatro puntos: Situación financiera y de las reservas de Pemex; constitucionalidad de la iniciativa enviada por el ejecutivo federal al Congreso de la Unión; Las energías alternas y su relación con la soberanía energética y alimentaria, y La participación e inversión privada en los hidrocarburos.
En opinión de Briseño Torres, a Pemex hay que “expropiárselo a las dirigencias sindicales corruptas y los funcionarios que por muchos años han obtenido beneficios de la renta petrolera de los mexicanos”.
Afirmó que se requiere reinviertir en Pemex para que se puedan generar exploración, explotación y nuevas tecnologías. También expuso que la inversión del gobierno debe enfocarse en la educación, de modo que en las universidades se generen conocimientos que aporten al desarrollo del sector energético en el país.

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