En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Universidad de Guadalajara se sumó, de las 12:00 a las 13:00 horas, al paro internacional por la igualdad entre mujeres y hombres, y en contra de la violencia de género.
La coordinadora de Relaciones Institucionales, Nadia Mireles Torres, explicó en entrevista que el evento fue “una adhesión a la manifestación que hay en más de 50 países, para expresar que la vida y los derechos de las mujeres importan igual que los de todos”.
La actividad se replicó en toda la Red Universitaria, en las preparatorias y centros universitarios, hubo diversas actividades como foros y conferencias.
En el caso de la Administración General, el punto de reunión fue la escalinata del Museo de las Artes (MUSA), donde se congregaron las mujeres y hombres que laboran en las dependencias que conforman la Rectoría General, la Vicerrectoría y la Secretaría General.
Los universitarios reunidos sostuvieron con grandes pancartas que podían leer peatones y automovilistas que pasaban por avenida Juárez. En una de ellas se leía que la Casa de Estudio reconoce “que las mujeres desempeñan un rol fundamental en el desarrollo social y económico de los países, pero esto no es una lucha sólo de las mujeres, sino de mujeres y hombres por el reconocimiento de que todas las personas tienen los mismos derechos”.
Las pancartas individuales hicieron referencia a varios aspectos, como los siguientes: “En México sólo 3 por ciento de los puestos de primer nivel están ocupados por mujeres”. “En México las mujeres ganan entre 15 y 20 por ciento menos”.
Algunos otros elaboraron carteles con los siguientes textos: “Jalisco, octavo lugar nacional en violencia contra las mujeres #NiUnaMás”; “Jalisco, 46 feminicidios en 2016 #VivaNosQueremos”.
Hubo otras pancartas relativas al acoso u hostigamiento: “Ni golpes que duelan ni palabras que hieran”, “Déjame caminar tranquila por la calles”.
Tras una hora, los participantes concluyeron el paro coreando una consigna: “Una hora de paro, una vida de derechos”.
“Este día no debería de existir como tal, pero es muy necesario, porque mientras haya desigualdades laborales o violencia se debe seguir luchando”, añadió Mireles Torres.
Contra la violencia de género
Además de las actividades realizada, un documento firmado por el Consejo de Rectores de la UdeG, señala que esta Casa de Estudio rechaza cualquier tipo de violencia que se ejerza en contra de la mujer en cualquiera de sus formas como son la física, la psicológica, la patrimonial, la económica, la sexual y se manifiesta en favor de todos aquellos mecanismos cuyo objetivo sea la búsqueda de su erradicación, como es el caso de la Alerta de Violencia contra las Mujeres.
La UdeG trabaja de manera permanente en pro de la equidad de género y lleva a cabo distintas iniciativas, entre las que destacan: la construcción de guarderías para apoyar a las y los estudiantes en los procesos de maternidad/paternidad sin que abandonen la escuela, y la entrega de becas para estudiantes mujeres jefas de familia.
Asimismo, la adhesión a HeForShe, iniciativa de la ONU que busca involucrar a los hombres y niños como agentes de cambio en este tema; la realización de proyectos de investigación en torno a este tema por parte del Centro de Estudios de Género y el Centro de Estudios de Masculinidad, así como por distintos departamentos e institutos de toda la Red Universitaria.
La publicación de La Ventana, revista de estudios de género, que forma parte del Sistema de Clasificación de Revistas del Conacyt; la organización de las cátedras de Género y de Igualdad y no Discriminación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
La conformación de grupos de trabajo para desmitificar la idea de que hay programas de estudio que corresponden sólo a hombres, particularmente en las áreas de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas; la impartición de programas de formación y educación continua como el diplomado de empoderamiento de la mujer.
Además, actualmente la institución trabaja en el diseño e implementación de distintas acciones afirmativas, como la figura de defensoría de los derechos universitarios; un código de ética; un protocolo que vigile, prevenga y sancione la misoginia y el acoso físico y verbal, así como programas para la sensibilización a la comunidad universitaria, incluyendo la reinvención de la masculinidad y el uso del lenguaje.
