Un futuro de pobreza

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Resultado del trabajo transversal académico por parte de la Universidad de Guadalajara (UdeG), que encabeza el doctor Felipe de Jesús Lozano Kasten, se ha obtenido una evaluación negativa de la aplicación de políticas públicas en materia de salud ambiental en Chapala, Jamay, Jocotepec, Ocotlán, Ponci-tlán, Tizapán y Tuxcueca.

“En la ribera hay un determinante social para que las mujeres, en la adolescencia, se embaracen. Poncitlán es el más alto, 25 por ciento arriba del promedio nacional. En esta zona no parece que los programas de planificación familiar estén funcionando adecuadamente”, señaló Lozano Kasten.

Los resultados se expusieron en la conferencia “Alcances de las políticas públicas para la salud ambiental”, como parte del Seminario de salud pública y sus determinantes políticas “Dr. Ignacio Villaseñor Urrea”, en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS).

“Las políticas públicas sobre la lucha contra la pobreza extrema no tienen impacto. Parece que estamos en África, en un México de los cincuentas”, acotó Lozano Kasten, ya que datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) posicionan a los municipios ribereños hasta el doble de la media nacional en pobreza extrema, hecha excepción por el municipio de Ocotlán.

“Vivir en el lago es un riesgo, excepto en Ajijic, donde hay muchos extranjeros. Si seguimos pensando que Chapala y sus municipios son un emporio, nos estamos engañando si no lo medimos”, agregó.

La evaluación en las comunidades se realizó por medio de indicadores del Semáforo Municipal de los Derechos de la Infancia, parámetro que establece el INEGI, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización para el Desarrollo Social y la Educación para Todos, ODISEA, AC.

Un estudio de campo realizado en la comunidad de Agua Caliente, municipio de Poncitlán, a finales del año pasado, reveló que 59 por ciento de niños en edad preescolar tiene parasitosis y 84 por ciento tiene rezago neurocognitivo.

El 94 por ciento de las familias cocina con leña y quema basura, y el ingreso destinado para la alimentación por semana es de 456 pesos. Este hábito provoca desprendimiento de sustancias tóxicas que ocasionan daño pulmonar en los menores de edad.

“Dos cajetillas diarias de cigarro equivalen a lo que están respirando esos pequeños. Esa es la realidad de esas comunidades, por la pobreza y la cultura en la que ellos cocinan”, recalcó.

Las políticas de salud pública, abundó Lozano Kasten, están establecidas en el capítulo cuarto de la Ley General de Salud y en la Ley General de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes; sin embargo, no existen programas gubernamentales, ni financiamiento para que se cumplan.

Lozano Kasten llamó a transparentar los sistemas de salud y a la Secretaría de Salud Jalisco para que la información sea conocida por todos, de modo que la sociedad se involucre en la demanda de nuevas políticas públicas y tenga un financiamiento.

“El futuro de ellos no es nada bueno, es reproducir la pobreza, la miseria y mortalidad que tienen. Estas poblaciones necesitan grandes inversiones y académicos comprometidos”, concluyó.

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