Con el objetivo de contar con un conjunto de indicadores sobre las áreas de oportunidad en la formación de los profesionales en temas de equidad de género en la UdeG, un grupo de estudiantes de Psicología del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) realizaron una investigación sobre los niveles de sexismo en la comunidad estudiantil.
Manuel Mendoza Matos, estudiante de séptimo semestre, señaló que este trabajo se realizó con el apoyo del doctor Bernardo Jiménez Domínguez, docente del departamento de Estudios Sociourbanos, como parte de la asignatura de Psicología Social.
En la investigación que se realizó usando una escala estandarizada en 303 estudiantes del CUCS, se encontró que hay niveles de sexismo dentro del centro universitario que se tienen que tomar en cuenta para la concientización de temas de equidad de género en los estudiantes. También reflejaron la necesidad de modificar la currícula e incluir cursos de estudios de género y temas relacionados.
Asimismo detectaron niveles de sexismo significativamente más altos en la carrera de medicina comparados con psicología social aplicada.
“Lo que se hizo fue validar una escala que es muy conocida en Estados Unidos: la escala de sexismo ambivalente. Se estandarizó y se encontró que en algunas carreras eran más altas estas conductas”, detalló Mendoza Matos, quien elaboró el trabajo en conjunto con sus compañeros Laura Yesenia Corona González y Gabriel Ángel Parra Mesa.
Apuntó que Glick y Fiske han descrito el sexismo como una forma de discriminación que se presenta en forma hostil y benevolente. A partir de esto desarrollaron el concepto de sexismo ambivalente, en el cual se engloban estas dos caras.
Este instrumento de Glick y Fiske ha sido validado en diferentes contextos obteniendo resultados similares. Los investigadores de este trabajo usaron la escala original y la tradujeron para aplicarla en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara.
“Se trata de una muestra conformada por 303 estudiantes de diferentes carreras, quienes contestaron la escala junto con otros dos ítems para medir la religiosidad y orientación política. Los resultados arrojados fueron similares a otras investigaciones: mayor religiosidad y orientación política de derecha tienen puntuaciones más altas de sexismo”, apuntó.
Los niveles de sexismo en el centro universitario fueron más bajos que en otras investigaciones, sin embargo deja ver que aún hay creencias negativas y prejuicios entre los estudiantes. Se observó que carreras como medicina y terapia física tienen puntajes más altos de sexismo comparados con psicología.
“Otro punto interesante es que el sexismo benevolente es promovido o tiene casi los mismos niveles de discriminación tanto en hombres como mujeres”, detalló.
Mendoza Matos especificó que un ejemplo de sexismo benevolente es la caballerosidad en el que ponen a las mujeres como puras, que deben estar casi en un en pedestal, lo cual restringe el comportamiento de ellas en conductas supuestamente positiva, y las mismas mujeres lo promueven, pues desde pequeñas se les infunde la idea que aceptar el rol convencional da beneficios sociales. En contraste, el sexismo hostil es más agresivo y en ese los hombres tuvieron un nivel más alto.
“La investigación también deja ver áreas de oportunidad en la formación en las carreras del área de la salud, y muestra la necesidad de concientización sobre temas como la equidad de género y sexismo en la sociedad contemporánea”, apuntó.
La información fue recibida con buenos ojos por directivos universitarios, particularmente del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, que ya conocieron los indicadores.
“Hemos tenido muy buena apertura. De hecho nos llamó el rector del CUCS (Jaime Federico Andrade Villanueva) para que le hiciéramos la propuesta de lo que se tiene pensado hacer. Nos reunimos con él y estuvo abierto a nuestras propuestas (de incluir contenidos de género en la currícula) y al parecer es algo que a ellos les interesa para comenzar a hacer estos cambios”, indicó.
