Romper fronteras

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“¿Qué se sabe de la prisión, además de la nota roja?”, se pregunta Anayanci Fregoso Centeno, académica del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH)S, quien ofreció un curso acerca de género y educación a un grupo de reclusas del penal de Puente Grande, junto a estudiantes de tres universidades de Jalisco.

“Aquí todas éramos iguales, aunque con sus propias dificultades, historias y contextos. Al programa no le interesa qué hicieron o cómo llegaron aquí. Lo que busca es romper simbólicamente con las fronteras de la prisión y establecer diálogos”, agregó.

El programa internacional del que habla Fregoso Centeno es el llamado Inside-out, con sede en Estados Unidos, que busca ampliar los conocimientos de mujeres que cumplen una condena en prisión, en materia de derechos humanos, feminismo, discriminación y estigmas sociales, entre otros.

“Es un programa incluyente. Además de traer un espacio educativo de nivel universitario aquí (al penal), vienen estudiantes de fuera”, dijo Fregoso Centeno.

Durante un semestre, alumnas de sociología del CUCSH, de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), sede Guadalajara, y el ITESO, compartieron clase cada lunes con siete mujeres internas en Puente Grande, donde leyeron a teóricos latinoamericanos y discutieron algunos temas y estudios de caso.

En la clausura del curso, la estudiante “N” (quien pidió omitir su nombre), dijo que una mujer que pasa por prisión es considerada como mala, porque contravino el papel que le corresponde como esposa o madre sumisa, dependiente y dócil. “Es un sentimiento que nos persigue desde que llegamos hasta que nos vamos de prisión”.

Afirmó que las clases que les ofrecen en el reclusorio, si bien las mantienen ocupadas y aprendiendo un oficio, sólo las vinculan como mujeres con roles de género establecidos y no brindan “roles reales para desarrollar un proceso de reinserción social”, que evite la reincidencia.

Consideró que este programa “puede ofrecer una alternativa al sistema penitenciario y disminuir la tasa real de reincidencia delicuencial en el país, así como reducir barreras sociales de exclusión”. 

Frente al espejo

La investigadora explicó que en las discusiones cada participante “se ponía frente a un espejo”, en que reflexionaba acerca de sus propias circunstancias y los motivos que las llevaron a estar en prisión o tomar el curso.

“Fueron muy sensibles a pensar las cosas, a reflexionar sus propias condiciones aquí y afuera. Son tres instituciones de fuera muy heterogéneas. Las estudiantes (vienen) de niveles de licenciatura muy diferentes, y para todas significó un reto. Las internas vienen de muchos años que no estudian, que no están en un aula, ni habituadas al ejercicio de lectura y discusión, pero se quedaron”, contó la académica del Instituto de Investigaciones en Innovación y Gobernanza de la UdeG.

El intercambio de realidad y contextos sociales hizo que las discusiones se enriquecieran y rompieran “muchos estereotipos y prejuicios”.

Mimi, una de las estudiantes universitarias, quien ofreció unas palabras de despedida durante la clausura, dijo que este programa de Inside-out les dio la oportunidad de encontrar “mundos que de otra manera permanecerían aislados, sin contacto y es en ese encuentro que podemos hacer cambios”.

“En las universidades las opiniones tienen a estandarizarse y en este espacio fueron realmente genuinas. Dimos cabida a las diferencias, las confrontamos, creamos un espacio de crecimiento, de rebeldía, de reflexión y crítica al orden patriarcal y al penitenciario. Hemos visto que la educación es una herramienta clave para romper con el círculo vicioso de la reincidencia”.

La estudiante “D” pidió a las autoridades de la Universidad de Guadalajara ofrecer más cursos que permitan aumentar el nivel educativo de las reclusas de Puente Grande, pues “sólo con educación” ellas podrán tener oportunidades para reinsertarse en la sociedad y salir adelante.

El programa fue implementado por primera vez hace un año por Danielle Strickland, profesora de la UPN y certificada por Inside-out, quien posteriormente invitó a Fregoso Centeno a impartir el curso este semestre. La intención es abrir un nuevo grupo en el reclusorio con alumnas internas y externas para febrero de 2017 e impartir otro en el Parque Metropolitano, en Zapopan.

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