Paco Franco

1969

El rostro de Jim Morrison asoma por la puerta, impresó en la camiseta de Francisco Javier Gómez Franco, mejor conocido como Paco Franco. Tiene 37 años y un vaso de vodka en la mano. En su casa los cuadros invaden todo. Están repletos de líneas angulosas, bloques de color explosivo, oscuras figuras, mujeres pálidas y homenajes a pintores y escritores: Dalí en una esquina; Melville junto a la alacena. Su nombre no sale en Google. Expone una vez al año, o menos. Es autodidacto. Empezó a pintar mientras estudiaba en el CUCEI: “Me sentía encarcelado”, dice tras un trago. En los pinceles encontró su libertad, y aunque ejerce como ingeniero, no tiene intención de soltarlos. Sus influencias son muchas —Paul Klee, Egon Shiele, Stanley Donwood—, pero la más entrañable es quizás Pollock, nombre con el cual bautizó a uno de sus hijos.

pasión
Tu trabajo debería ser tu pasión, pero en estos tiempos no se pueden unir. Si engranan, chido; si no, pues busca cómo hacerle para que tu pasión se esté moviendo. Si no ¿a qué venimos al mundo?, ¿a trabajar ocho horas y luego sentarte a ver las telenovelas? Esta vida es única.

exceso
El exceso es bueno, a veces. Yo por ejemplo me despierto a las tres de la mañana y me salgo en calzones al estudio con una idea o una imagen, pensándola. Si no la sacas no te puedes dormir. Es como un chamuquito… o ansiedad, ¿qué será? Obsesión. O enfermedad mental. Pero hasta que no sale no te deja en paz.

pintar
Depende del acto que quieras hacer, es la técnica. La onda es la improvisación con alma. Puedes aventar un charco de agua y ya, empiezas a trazar y a trazar y ahí se arma todo. O a lo mejor queda pendiente, pero lo enrollas y después lo acabas. No sé, hay muchos cuadros que empiezan de tracitos.

manifiesto
El arte debe ser honesto, rebelde e independiente. Si no, no es arte. Yo no le ando besando el trasero a nadie, ni pidiendo nada a un funcionario de gobierno.

mercado
Hay cuadros que son como tus hijos, no los puedes vender. En general no me gusta ir a mercar mis cuadros. No me gusta. Si cae alguien y los vendo, órale. No soy vendedor. Si lo fuera igual y con un solo cuadro vivo un mes. Pero no me gusta eso. El último cuadro que vendí fue hace como un mes y fue justo con un cuate con el que andaba barajando, ¡y todavía me debe!

insistencia
En el arte sobreviven los que tienen más gí¼evos. A los demás se les acaba la pasión, o los engancha el sistema, o se les olvida lo que están haciendo y se van a otro lado.

tomarte
Sigue el colectivo, pero yo la verdad estoy aquí encerrado. No soy social. Me gusta ir a las expos nada más para ver, disfrutar un ratito y mirar los colores. Lo social se lo dejo a otra gente.

Artículo anteriorCarlos López de Alba
Artículo siguienteAtinado reportaje