Luis Antonio Saavedra Ayala

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    Un padre tenía dos hijos. Uno era bastante optimista y otro, pesimista. En navidad quiso darles distintos regalos. Al pesimista una motocicleta, mientras que al optimista una caja con estiércol de caballo.
    Al otro día, al despertar por la mañana, el hijo que recibió la motocicleta se quejó de que alguien quería provocarle un accidente, mientras que el otro salió a buscar el caballo que le habían comprado como regalo de navidad.
    Chistes, anécdotas, analogías, cuentos y cuántos recursos didácticos se le ocurren para facilitar el aprendizaje de sus alumnos de química orgánica, álgebra lineal, operaciones unitarias, y sobre todo de la difícil materia de física-química, es lo que utiliza para impartir sus clases el maestro Luis Antonio Saavedra Ayala, profesor del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), de la Universidad de Guadalajara.
    “Trato de ganarme la confianza de mis alumnos, para que no sientan temor en clases. Busco que se mantengan relajados. La educación ahora es más liberal. Por eso les cuento chistes relacionados con el tema para facilitarles el aprendizaje, sobre todo a los de química farmacobiólogica, a quienes les espantan algunas materias”.
    Sus alumnos reconocen que es sumamente didáctico: utiliza gises de colores para explicar las partes de una molécula o las reacciones de algunos materiales, “para evitar que con el cañón de la computadora se duerman en clases”.
    Es profesor desde 1987. Primero lo fue en la antigua Facultad de Ciencias Químicas, cuando su asesor de tesis le legó las clases.

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