La revolución silenciosa del Derecho

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La carrera de Abogado está inmersa en una revolución silenciosa. Los paradigmas jurídicos que hasta hace apenas unos años eran válidos se han reconfigurado. Hoy el perfil del abogado ya no es el del erudito que era capaz de repetir artículos de códigos y leyes con memoria casi fotográfica; ahora, el profesional del derecho debe adaptarse a un mundo globalizado, convertirse en mediador y en alguien que sepa acercar el texto de la norma al ciudadano común. Pero sobre todo que privilegie la justicia social.

Entendiendo esa misión de ofrecer una educación a la altura de los nuevos retos, la Universidad de Guadalajara se abocó  y logró obtener la acreditación a nivel internacional otorgada por la Organización Universitaria Interamericana (OUI), consiguiéndola para los diez centros universitarios donde se imparte esta licenciatura emblemática de la Casa de Estudio.

Se trata de los siguientes centros: el de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de los Altos (CUAltos), Tonalá (CUTonalá), de la Ciénega (CUCiénega), de los Valles (CUValles), de la Costa (CUCosta), de la Costa Sur (CUCSur), del Sur (CUSur), de los Lagos (CULagos) y del Norte (CUNorte).

El Secretario General Ejecutivo de la OUI, David Julien,  destacó el compromiso notable de la UdeG con la calidad. Afirmó que el hecho de tener 80 por ciento de los programas educativos acreditados a nivel nacional y someterse a la evaluación internacional, posiciona a esta Casa de Estudio en un nivel superior.

“Es un esfuerzo sin precedente en el contexto latinoamericano que una universidad tenga una evaluación y certificación internacional de 34 programas”, afirmó durante la ceremonia en la que se entregaron placas a los responsables de los Comités de Evaluación Interna y a los centros universitarios en el Paraninfo Enrique Díaz de León el pasado 17 de marzo.

El Rector General de la Universidad de Guadalajara, Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla, explicó en qué consiste la revolución silenciosa del derecho.

“Lo que todos nosotros aprendimos en la primaria, respecto a las garantías constitucionales como una de las grandes aportaciones históricas de la Revolución mexicana, éstas se transformaron cuando México firmó convenciones internacionales. Esto nos lleva a educar a los jóvenes para defender ahora derechos de toda la humanidad. Ese es un primer gran cambio”, detalló al respecto el Rector General.

Como segundo elemento de esta revolución, Bravo Padilla enfatizó que anteriormente se percibía una división tajante entre el Derecho Romano y el Derecho Consetudinario, pero en la medida que el derecho se fue transformando a nivel mundial, las diferencias fueron fundiéndose en un Estado común en el que independientemente de cuál sistema utilicen los países, se da una gigantesca concurrencia académica, intelectual y de concepción.

“El tercer gran cambio tiene que ver con las reformas estructurales que se realizaron en el país y que llevaron, por un lado a la incorporación del nuevo sistema de justicia penal, más caracterizado en el derecho consetudinario que en el derecho romano y que funde estas características en nuestro sistema de aplicación jurídica”, puntualizó en la ceremonia.

Y por otro lado, agregó: “El derecho ya no se basa en un texto rígido o en un texto aprobado por el constituyente mexicano a través del Congreso de la Unión o de los estados. Al estar suscritos los convenios internacionales y ser vigentes, las interpretaciones y la forma en que el derecho internacional va incorporando tesis a través de diversos mecanismos, también transmiten un sistema de cierta flexibilidad a la interpretación del derecho en México. Esto es justamente lo que yo llamo una revolución silenciosa y que obliga a cambiar los paradigmas por los cuales las universidades formamos a los abogados y estructuramos académicamente los programas de las carreras de derecho”.

Abogados globales
Al sistema de valores y creencias del abogado, tanto en su ejercicio profesional como en la docencia y la investigación, le es complejo, en algunos casos, transmutar, adaptarse a las demandas que la sociedad actual en un mundo globalizado requiere de él, expresó la rectora del Centro Universitario de los Altos (CUAltos), Leticia Leal Moya, quien fue la encargada de dirigir un mensaje a nombre de los campus acreditados durante la ceremonia de la entrega de estos dictámenes.

Leal Moya detalló el perfil del abogado del siglo XXI: “Que sea solucionador de conflictos y no perpetuador de controversias; un abogado que media y no que polariza; un abogado que hace accesible al ciudadano el texto de la ley, no que lo oscurece para delimitar sus dominios; un abogado eficiente, no burocrático. En suma, una abogado que privilegia la justicia social, y en el ámbito universitario, el desarrollo de las competencias de sus estudiantes”.

Explicó que hoy más que nunca reviste importancia la formación práctica del abogado, así como la clínica jurídica que contemple el pensamiento crítico, el debate de las ideas y la reflexión, que evidentemente no va en demérito de la cátedra en aula, sino que la enriquecen con la devolución de análisis y la franca intervención del estudiante en el campo jurídico profesional.

Este ejercicio, dijo, plantea al alumno sus límites y retos, y a los docentes la información necesaria y pertinente que el discípulo transformará en conocimiento mediante el aprendizaje activo y la aplicación de novedosas técnicas pedagógicas por el instructor. 

Rumbo al plan XXV
Actualmente la UdeG trabaja para integrar el plan XXV de la carrera de Abogado. Se trata de un proyecto de reforma curricular apegado al artículo 4º del Reglamento General de Planes de Estudio.

“Para nosotros era muy importante que la evaluación internacional se diera justamente en esta carrera, por los cambios que he descrito y por la necesidad de redimensionar en este plan las características de la misma”, consideró al respecto el Rector General, Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla.

En los últimos tres años la UdeG ha realizado una cirugía profunda al plan de estudios de la carrera de abogado, enfatizando aspectos formativos como el humanismo, la cultura de la paz y la protección de los derechos, contemplando además las once reformas estructurales del sistema jurídico mexicano y a las tendencias internacionales del derecho.

Desde 2014 hubo modificaciones al plan de estudios que impactaron en trece materias, once se modificaron y se crearon once más. Después, el Consejo General Universitario (CGU) mandató al Comité Curricular Intercentros del Plan de Estudios de Abogado de la Red Universitaria (CCIA), para emprender una renovación integral del plan de estudios. Esto generó la integración de una malla curricular que concentra las aportaciones de todos los centros universitarios en 2015.

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