Durante la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, Hábitat III, en Quito, Ecuador, que concluyó el día 20 de octubre pasado, se han abordado temas de gran relevancia relacionados principalmente con la expansión metropolitana mundial. La Conferencia tiene como objetivo la adopción de la Nueva Agenda Urbana, como el documento guía del desarrollo urbano sostenible para los próximos dos decenios.
Según cifras de ONU-Hábitat, actualmente hay en el mundo un millón de ciudades que albergan alrededor de 3 mil 900 millones de personas, esto es, más de la mitad de la población mundial. Según proyecciones y de acuerdo con el aumento constante de la población, se estima que en 2030 habrá 41 megaciudades con al menos diez millones de habitantes cada una.
Uno de los puntos centrales en el desarrollo de las conferencias del evento citado, ha sido el tema de la cultura como parte de la identidad de una ciudad. En el informe que dio a conocer la UNESCO, titulado Cultura: Futuro urbano, se considera que éste es el factor fundamental para el desarrollo de ciudades más creativas, inclusivas y sostenibles, y que representa una de las condiciones claves para cumplir el Objetivo 11 del Desarrollo Sostenible: “Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”.
Se considera que la cultura es el medio para el desarrollo y la cohesión social, sin esto, las ciudades sólo serían espacios sin sentido. Ciertamente lo material es indispensable para que las personas continúen desarrollándose, pero para que este desarrollo se dé, la cultura tiene un papel transversal desde las actividades sociales hasta las actividades económicas y productivas, y es el factor para iniciar un diálogo entre los habitantes y comenzar a combatir los fenómenos negativos de las grandes urbes.
El Informe cita varios estudios de caso y detalla el impacto de la cultura en las megaciudades, incluyendo aquellas que han estado o se encuentran inmersas en conflictos; asimismo se proponen estrategias para preservar la vivienda en zonas históricas y se hacen recomendaciones para reconocer y promover la diversidad cultural de las ciudades, e integrar la cultura en las estrategias para disminuir la violencia urbana. La finalidad es “invertir para incluir la cultura en el planeamiento urbano e incluir el patrimonio cultural y la creatividad”.
Cabe señalar que trabajar en políticas públicas y estrategias que produzcan cambios para cumplir los objetivos de la Agenda del Desarrollo Sostenible son decisivos en todos los países. El informe de la UNESCO es un acercamiento y una opción viable de lo que se puede implementar, es necesario que los gobiernos contribuyan al desarrollo económico y social con políticas que tomen en cuenta esta información y que perfeccionen la elaboración de las mismas; asimismo es imprescindible que la cultura reciba el suficiente apoyo financiero que tanto hace falta en México, sin esta particularidad no se verán reflejados los cambios, es momento de comenzar a trabajar para transformar y la cultura es una opción para que haya un desarrollo sostenible.
Dentro de la Conferencia HABITAT III se prevé que los Estados miembros de las Naciones Unidas adopten la Nueva Agenda Urbana, documento guía que impulsará la consecución del desarrollo urbano sostenible por los próximos 20 años.
