La cuesta sin acabar

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El 2016 será un nuevo calvario en materia económica. Si de por sí el año pasado el poder de compra de los trabajadores se depreció por la inflación, no se avizora mejoría ni solución a corto plazo. Así lo señaló Héctor Luis del Toro Chávez,  director del Centro de Investigación en Teoría Económica del Departamento de Métodos Cuantitativos del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA).

Diferentes factores son los responsables de esta situación: incrementos a la gasolina, energía eléctrica, gas, la devaluación del peso, la caída del precio del petróleo, el incremento en el costo de movilidad de productos, la especulación, acaparamiento e intermediarismo, factores que continuarán en 2016 sumado a los incrementos de nuevos impuestos producto de la reforma hacendaria.

“En general la situación que se vive para nada es halagadora, y lo peor es que no se avizora solución a corto plazo. El problema no es un asunto de carácter cuantitativo sino que reclama verdaderas acciones políticas, jurídicas y sociales apegadas a la realidad”, advirtió el académico.

Aunque el sector oficial argumenta que la situación económica es más favorable para la población en comparación a anteriores años, los resultados del proyecto de investigación “Canasta básica e indice de precios al menudeo en la Zona Metropolitana de Guadalajara” refleja una inflación acumulada de 6.67 por ciento, lo cual dista mucho de lo dicho por el gobierno.

En el estudio se analizaron 121 grupos de productos de la Canasta básica divididos en 23 bloques, de los cuales hubo 22 que tuvieron incrementos. Para adquirir toda la canasta se necesitan gastar 8 mil 600 pesos, es decir, cuatro salarios minimos vigentes. Pero si se toma en cuenta que hay que pagar educación, gas, luz, teléfono, internet y recreación, una familia de tres o cuatro miembros debería tener percepciones de 16 mil 800 pesos mensuales para gozar de bienestar.

Depreciación histórica
En los últimos años las acciones para revertir este panorama desolador brillaron por su ausencia. De otro modo no se puede entender que el poder adquisitivo se mermó en 79 por ciento en las últimas tres décadas.

Con el salario mínimo en 1982 se podían comprar 18 litros de leche y hoy sólo cuatro litros; con lo mismo, entonces se podían adquirir 51 kilos de tortilla y ahora solamente seis. Esta merma se debe al abandono gubernamental que desde hace casi tres lustros dejó de regular los precios dejándolos al arbitrio de la oferta y la demanda.

Dijo que en lugar de impulsar estrategias de ahorro, algunas empresas promueven adelantos de aguinaldo, lo cual resulta contraproducente, sobre todo en la cuesta de enero. También criticó las agresivas estrategias mercadológicas de cadenas comerciales que promueven el uso de tarjetas de crédito con engañosas oferta y deudas que merman la economía familiar.

“Hay quienes sufren de la cuesta de enero hasta junio o hasta le dan la vuelta al año”, apuntó Héctor Luis del Toro Chávez.

Ni la homologación del salario mínimo en 70 pesos por día amortigua los impactos de la inflación. “El incremento de 4 por ciento al salario mínimo es insuficiente, 2.94 pesos de aumento no sirve para hacer frente a la escalada de precios”, dijo.

Por lo tanto, agregó que en México es letra muerta el artículo 123 constitucional que ordena que los sueldos garanticen una vida digna.

Mucho se habla de una gran crisis para este año… ¿es así? ¿Qué panorama podemos esperar en 2016?, se le preguntó al especialista.

“Algunos hablan de vistos de una mejora, pero parece ser que la realidad te dice otra cosa. Si hablamos de los factores que inciden en la inflación hay varios latentes y que son difíciles de controlar, y que la evidencia nos muestra que están presentes. Específicamente la paridad peso-dólar. Rebasó a fin de año los 18 pesos y en el mes de enero estamos encima de ello, y aunque dicen que los aumentos no afectan a las finanzas familiar o a la adquisición de bienes o servicios, yo digo todo lo contrario, porque somos dependientes de muchos productos que vienen del exterior, que tienen que ver con granos, con lácteos, con carnes. E incluso mucha herramienta, fertilizantes, abonos, insecticidas que vienen del exterior y esto tienen que medirse sus gastos en dólares y repercute en ellos”.

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