Jorge David Rivas Carrillo

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Con la investigación “Facilitamiento del injerto de islotes pancreáticos cubiertos con células endoteliales expandidas in vitro como estrategia de éxito en el trasplante de islotes pancreáticos”, Jorge David Rivas Carrillo, académico del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), ganó el premio a mejor trabajo de investigación en el XXIII Congreso Latinoamericano y del Caribe de Trasplante, realizado en Cancún el pasado mes de octubre.

El trabajo del egresado de la carrera de Medicina de la UdeG en 2003 y del doctorado en Medicina en Kioto, Japón, en 2008, busca contribuir al desarrollo e investigación de trasplantes en el país.

¿Cuál es el objetivo de la investigación con la que concursó?
Cada participante puede presentar un trabajo original de investigación que contribuya al desarrollo tecnológico o a la mejora de los procedimientos para trasplantes en los pacientes en una de las dos categorías: Ciencias básicas y desarrollo tecnológico y Aplicación clínica. El objetivo de mi proyecto es incrementar la tasa de éxito en el trasplante de islotes, tratamiento actual para la cura de la diabetes.

Este tratamiento no existe en el país de manera clínica; de manera experimental hay algunos grupos, entre ellos el nuestro, aquí en Guadalajara, que lo estamos haciendo.

¿Cuál es la principal aportación para la sociedad?
Contribuye al desarrollo tecnológico, porque es una estrategia para que pueda ser aplicada en pacientes de cualquier edad en una próxima fase, desde el año de vida hasta los 60 o 70. A partir de mi doctorado y especialización en el área de trasplantes, en Japón, traje esta tecnología a México, por lo que soy el pionero en el área de trasplantes de islotes en el país. En la Universidad estamos tratando de poner en perspectiva esto, para en un futuro cercano aplicarlo a los pacientes.

Después del reconocimiento, ¿qué viene para este proyecto?
Este trabajo fue realizado en conjunto con mi Alma Máter, la Universidad de Kioto en Japón, y algunos colaboradores, entre éstos la UNAM y la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Este reconocimiento no es el primero que me entregan, pero sí el más trascendente. Gané este premio en 2007, cuando se realizó este congreso en Japón y yo era estudiante de posgrado. Ahora obtenerlo y ser docente en la UdeG me permite dos cosas importantes: que la red de trabajo se está multiplicando, porque ya tengo colaboraciones con la Universidad de Miami, Universidad de Pittsburgh, Universidad de Tokio, con la Universidad de Upsala, en Suecia, a consecuencia del premio y de que hubo participantes de estas instituciones en el congreso. Ahí surgieron pláticas para establecer colaboraciones, intercambios académicos y la posibilidad de gestionar fondos en Estados Unidos, a través del Sistema Nacional de Salud. Estas posibilidades son magníficas, porque tengo estudiantes de posgrado que podrán hacer estancias de investigación, de pregrado que podrán realizar veranos de investigación o estancias cortas, y desde luego, la posibilidad de impulsar más rápidamente el desarrollo tecnológico en la UdeG. Algo que me gustaría resaltar es que en este trabajo participan gente profesional y de mucho renombre, pero también estudiantes, como Diego Alonso Barba Gutiérrez. Los resultados serán publicados a principios del próximo año, en la revista de la Sociedad Internacional de Trasplantes. Otra de las metas es terminar de equipar un laboratorio para hacer todos los procedimientos aquí.

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