El doctor en Biología Experimental, Jaime Madrigal, actualmente se encuentra realizando un posdoctorado en el Centro Universitario de la Ciénega en Ocotlán, donde trabaja en un proyecto de control biológico de fitopatógenos que atacan directamente al cultivo de aguacate en su etapa poscosecha, es decir, los hongos o bacterias que perjudican al fruto en el empaquetado y en la exportación.
El proyecto se llama “Tratamiento poscosecha de aguacate con aislados de Trichoderma sp.”, y lo realiza bajo la dirección de Carmen Lizette del Toro Sánchez, del centro universitario. Su fin específico es aislar cepas del hongo trichoderma sp. y analizar su capacidad para reducir o evitar el desarrollo de hongos que atacan a los frutos de aguacate y de esta forma poder ofrecer al productor una alternativa biológica que paulatinamente sustituya el uso de productos químicos que afectan la salúd y el suelo.
El trichoderma es un organismo vivo natural, que produce ciertas sustancias que no dañan ni el ambiente ni al consumidor. Los fitopatógenos que tratarían de erradicar, se producen debido a la serie de elementos que afectan a los frutos en su etapa de crecimiento y comercialización, hongos que manchan, desfiguran y causan podredumbre en el producto, lo cual disminuye de un 20 a un 30 por ciento su precio en el mercado internacional. El trichoderma atrasaría o eliminaría los otros hongos, aumentando de un 5 a un 10 por ciento la cantidad de frutos en buenas condiciones.
“Ahora mismo el procedimiento se encuentra en su etapa de aislamiento, en el que trataremos de obtener sustancias específicas del trichoderma, setas que puedan sobrevivir sin el organismo completo, que se acostumbren al entorno y se desarrollen por sí mismas contra los fitopatógenos. A nivel laboratorio hemos trabajado con suelo, raíz, hoja y fruto provenientes de cosechas de aguacates en Atotonilco y Arandas, hasta hoy los resultados han sido favorables, las setas han funcionado bien, ahora procederíamos a tratar con cosechas en su entorno natural”, dice Madrigal, quien cursó la maestría en Procesos biotecnológicos, en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, y un doctorado de Biología experimental en la Universidad de Guanajuato.
Este resultado en el control biológico de los hongos representaría un gran avance en la exportación de aguacates que hace México, sobre todo a Estados Unidos, ya que no se utilizarían insecticidas o pesticidas para salvar los cultivos atacados por dichos hongos. México es el primer productor mundial de aguacate, con una producción que representa más del 30 por ciento de la cosecha mundial.
Esta clase de procesos biológicos, en México se han implementado con frutos como fresas, uvas, plátanos, piña y jitomates. Nunca antes en un producto agrícola tan importante como el aguacate. El trichoderma atrasaría la proliferación de fitopatógenos en unos 5 a 10 días, haciendo al aguacate más resistente a las mallugaduras y a la putrefacción.
“Las enzimas que aislaremos del trichoderma son proteínas que atacarían las paredes celulares de los fitopatógenos, esto hará que no puedan seguir creciendo y que las enzimas puedan desarrollarse y soportar el entorno por sí mismas siendo resistentes ante los patógenos. Tenemos que aislarlos porque utilizar el organismo en sí mismo es poco atractivo visualmente. Estamos hablando de hongos que atacan hongos”.
El plazo de la investigación de Madrigal es para enero del siguiente año, si los resultados siguen siendo satisfactorios para entonces, se pensará en hacer un vínculo con la SAGARPA y con los productores de aguacate en Jalisco y Michoacán.
“La última etapa sería la de formulación, en la que adaptaremos las setas para su uso masivo en las cosechas. Este sería un producto proporcionado por la Universidad de Guadalajara por medio de la SAGARPA y se acercaría a los productores de Jalisco”.
